Abortos promovidos por
Cuba impiden salida de una disidente
Mario D. Camarillo Cortés.
Crónica
de Hoy, México, 30 de enero de 2005.
Han pasado varias semanas desde que quedó
en el letargo y semiolvidado el caso de la neurocirujana
cubana Hilda Molina, a quien las autoridades de
la isla impidieron con un rotundo ¡no! su
salida del país para que pudiera visitar
a su hijo, Roberto Quiñones, su nuera y
sus nietos en Argentina. Los argumentos del gobierno
cubano no se dieron a conocer, pero a cambio se
desató un escándalo en el que se
acusó a la disidente de buscar refugio
en la embajada argentina en La Habana. Pero en
el trasfondo de este caso figura un secreto de
Estado, que implica a más de 100 mil abortos
practicados como negocio, promovidos por el gobierno
y que la doctora Molina debe, al parecer, conservar
hasta su muerte sin salir de casa.
Información dada a conocer por páginas
web de medios de comunicación de la disidencia
cubana y presentada por el periódico argentino
Nuevo Siglo on Line, revelan que la verdadera
causa por la que la doctora Molina es retenida
contra su voluntad y como si fuera una prisionera
en su propio país, responde a que ella
sabe y conoce los pormenores del turbio negocio
de interrupciones de embarazos que promueve el
gobierno castrista pues trabajó para el
Centro Internacional de Restauración Neurológica
(CIREN), institución que desarrolla mediante
abortos una sustancia llamada nigra fetal, constituida
por células espinales y tejido neuronal
de embriones humanos vivos que ayudan una vez
trasplantada, a la regeneración del tejido
nervioso en adultos.
DENUNCIA. Sobre las labores financiados por el
gobierno cubano y que de alguna manera tienen
atada a la neurocirujana Hilda Molina a vivir
de por vida en la isla, los medios disidentes
hacen referencia a un libro del director del CIREN,
doctor Julián Álvarez, titulado
Artesanos de la vida y editado por la Cooperativa
Cinco Continentes en 1995, revela pasajes de lo
realizado en este centro de investigación.
El doctor Álvarez señala que "actualmente
se realizan unos 100 mil abortos al año,
pues el CIREN se encuentra en capacidad, por ello,
de obtener con relativa facilidad el tejido embrionario
para su empleo en estos tratamientos".
Asimismo, se hace referencia a que "el gobierno
castrista, de paso, utiliza estos 100 mil abortos
para sus estadísticas de 'baja mortalidad
infantil' ".
El director del CIREN indica también que
"el día programado para realizar un
neurotrasplante, un equipo de especialistas de
este centro se traslada a un centro de maternidad
de La Habana, donde cada día se realizan
decenas de interrupciones. Así se obtiene
el tejido embrionario, siempre después
de la aprobación de la donante (la madre),
que se transporta de inmediato y en las condiciones
requeridas a nuestra institución".
Frente a esto, los medios disidentes denuncian
que "todos los que conocen las interioridades
de la vida en Cuba saben que las 'pacientes' no
pueden decidir nada al respecto. Muchos de los
abortos o 'interrupciones' se hacen de acuerdo
a las necesidades del CIREN", más
no de las donantes.
ARGUMENTOS. "Antes de 1959 el aborto era
ilegal, lo que generaba numerosas muertes, sobre
todo en mujeres de poco poder adquisitivo (...).
El triunfo revolucionario (...) abrió las
puertas para el establecimiento del derecho pleno
a la planificación-familiar. De ahí
que (...) se autorizara gratuitamente la interrupción
de embarazos en centros hospitalarios, a fin de
ofrecer solución a los fracasos generados
por los medios contraceptivos...", señalan
los medios disidentes apoyados en referencias
del libro del director del CIREN.
NEGOCIO. Asimismo, citan que "las 'interrupciones'
cubanas que abastecen diariamente al CIREN de
nigra fetal son legales y patrocinadas por el
Estado. Un Estado al que, una planificación
familiar que fuera muy, pero muy exitosa (en la
que cada mujer cubana tuviera fácil acceso
a un dispositivo intrauterino, por ejemplo), sería
inconveniente".
"¿Qué haría un centro
como el CIREN, que tantos euros y dólares
le representa al erario cubano, si bajara la tasa
de 'interrupciones'? ¿Tendría que
asociarse con la clandestina secta de los Raelianos
para producir nigra fetal de otro modo? Son sólo
conjeturas", señala por su parte el
rotativo argentino Nuevo Siglo on Line.
PROPIEDAD. Es a raíz de estos polémicos
procedimientos científicos en los que entra
el caso de la doctora Hilda Molina, pues ella
"es el CIREN. Y decir CIREN en Cuba es decir
un bien estratégico. Y un secreto de Estado.
¿Qué pasaría si la doctora
Molina, una vez fuera de Cuba, decidiera quedarse
a vivir con su hijo y sus nietos en otro país?
¿Qué pasaría si decidiera
escribir sus memorias, o revelar alguno de sus
'secretos de Estado'?".
Impedir a toda costa la salida de la isla de
la disidente para visitar a su hijo Roberto, también
médico cubano pero nacionalizado argentino,
es un obstáculo que no le ha costado trabajo
al gobierno castrista, por lo que la neurocirujano
Hilda Molina, consciente de su situación,
no se hace ilusiones de que saldrá de su
país, pues sabe que ella, como muchos cubanos
más, son propiedad del Estado.
(Con información de
el diario argentino Nuevo Siglo on Line, La Voz
de Cuba Libre y La Nueva Cuba)
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