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Delfín Fernández, ex agente
de los servicios secretos de Castro, amenazado
por presentar el libro 'Conexión Habana'
MADRID, 24 (EUROPA PRESS) - La publicación
del libro "Conexión Habana",
de los periodistas Santiago Botello y Mauricio
Angulo, ya ha tenido la primera respuesta del
gobierno cubano. Delfín Fernández,
disidente y ex agente de los servicios secretos
de Castro, ha sido amenazado por los cuerpos de
seguridad de su país de origen por participar
en la presentación de la obra publicada
por Temas de Hoy.
'Conexión Habana', cuya segunda edición
se puso en marcha incluso antes de que el libro
saliera a la venta, narra la historia de la infiltración
de los autores en las mafias del narcotráfico
para denunciar la implicación del gobierno
cubano en el mantenimiento de la ruta Cuba-España.
Delfín Fernández, gran conocedor
de la realidad retratada en el libro, confirmó
las tesis de Botello y Angulo. "Nada se mueve
en Cuba sin que Fidel o alguien del gobierno lo
sepa", afirmó Fernández, quien
también explicó que su función
como agente de Castro era vigilar a los españoles
de relevancia que llegaban a Cuba, mediante seguimientos,
escuchas y grabaciones en vídeo.
Tras su presencia en la presentación,
la familia de Delfín Fernández que
todavía vive en la isla recibió
amenazas, mientras que a sus familiares en España
le han sido retirados los permisos de entrada
en Cuba que les acababan de conceder. Fernández
confirmó que su intención al respaldar
este libro era mostrar la verdadera cara de Cuba,
a pesar de que su actitud le podría poner
en el punto de mira, como así ha sido.
Cuba: Zapatero apoya a Argentina en el caso
de la disidente Hilda Morales y aconseja un trabajo
diplomático "discreto"
Europa Press, 26 de enero de 2005.
El presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, aseguró hoy
en Buenos Aires que España está
y seguirá estando "cerca del Gobierno
de Argentina" en el caso de la doctora cubana
disidente Hilda Molina, para cuya resolución,
según Zapatero, es necesario realizar "trabajos
diplomáticos con discreción".
"El Gobierno de España está
cerca del Gobierno de Argentina interesándose
por este asunto que tiene una dimensión
humana y personal importante. Vamos a seguir cerca
del Gobierno de Argentina", declaró
el jefe del Ejecutivo, para quien, en asuntos
como éste, es necesario, además
de "solidaridad y apoyo", un trabajo
diplomático discreto.
La disidente cubana Hilda Molina, una médico
de 84 años de edad, no logró la
autorización de las autoridades castristas
para salir de la isla y viajar a Buenos Aires
para encontrarse con su hijo, Roberto Quiñones,
quien vive desde hace varios años en Argentina
junto a su esposa, Verónica Scarpatti,
y a sus dos hijos de 3 y 9 años de edad,
a los que Hilda aún no conoce.
El pasado mes de diciembre, la presencia de la
disidente cubana en la sede de la Embajada argentina
en Cuba durante una noche provocó un desencuentro
diplomático entre La Habana y Buenos Aires,
que llevó al Gobierno de Néstor
Kirchner a despedir a su jefe de gabinete del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Eduardo Valdéz,
quien pasó a actuar como abogado y asesor
de Quiñones.
Según anunció a principios de este
mes Roberto Quiñones, su esposa y sus dos
hijos viajarán en mayo a Cuba para visitar
a Hilda Molina. Sin embargo, explicó que
él no viajará al país caribeño
porque teme que no lo dejen salir de la isla,
algo que no ocurrirá en el caso de Scarpatti
y sus hijos porque ambos tienen nacionalidad argentina.
España: El escritor cubano Alvarez
Gil asegura que entre Andalucía y Cuba
"siempre hubo una relación muy íntima"
Europa Press, 26 de enero de 2005.
El escritor cubano Antonio Alvarez Gil, ganador
del LI Premio Ateneo Ciudad de Valladolid por
la novela de ficción 'Delirio nórdico'
(Editorial Algaida), aseguró hoy que entre
Andalucía y Cuba "siempre ha existido
una relación muy íntima".
En una entrevista concedida a Europa Press, el
autor señaló que la novela, cuya
trama encuentra su génesis en un drama
colectivo cubano, traslada al lector al año
1994, época en la que la difícil
situación económica de Cuba hizo
que el continuo éxodo cubano hacia el exterior
aumentara bruscamente de repente. Así,
según el escritor, muchos cubanos optaron
por buscar asilo político en Suecia, país
con régimen de libre visado.
--crisis de los balseros-- hubo mucha gente que
optó por la variante sueca porque había
grupos de cubanos que, después de haber
estudiado en Rusia, país cercano geográficamente
a Suecia, fueron "corriendo la voz"
sobre la prosperidad de aquel país. Al
principio, según Alvarez, "la cosa
funcionaba, pero la entrada de 2.000 cubanos en
Suecia hizo al país activar las alertas
e incluso enviar una comisión a Cuba".
A partir de ahí, aunque se iba a analizar
caso por caso, emergió la tendencia de
no dar asilo a los cubanos que, "en nuestra
incultura y nuestra falta de información,
pensábamos que el problema real era salir
y que, una vez que pusiéramos el pie en
otro país, todo estaría solucionado",
agregó el escritor. No obstante, aseguró
que "una vez allí comprobamos que
las cosas no eran tan fáciles para nosotros".
Los exiliados, según Alvarez, después
de pasar una primera entrevista en el aeropuerto
eran enviados a un campamento --título
de la primera parte de la novela--. Una vez allí,
tenían que pasar una segunda entrevista
que, realizada por un funcionario que había
estudiado pormenorizadamente cada caso concreto,
era decisiva para conseguir la residencia.
Según el autor, la obra "no narra
exactamente mi vida, pero yo estuve involucrado
en todos esos hechos". De esta manera, el
escritor puso de manifiesto que "es una novela
de ficción, aunque narro acontecimientos
extraídos de la vida real, de los cuales
o bien fui partícipe directo de ellos o
me llegaron por los compañeros que compartieron
conmigo esa vivencia".
En la misma línea, señaló
que "en situaciones límites como aquellas
se crean lazos muy fuertes con las personas que
conoces" y aseguró que "hay un
mecanismo de defensa, tal vez atávico al
hombre, que consiste en creer que todos juntos
somos más difíciles de derrotar".
Por ello, la obra está dedicada a sus hijos,
que estuvieron con él en el campamento
y, además, a sus amigos y compañeros,
según el escritor.
Aquellos "afortunados" que, como el
autor, consiguieron la residencia disfrutaron
de una acogida por parte de los suecos "admirable".
A este respecto, Alvarez expuso que "nos
apoyaron y el país nos apadrinó
extraordinariamente" y matizó que
"el problema estuvo en que muchos cubanos,
a pesar de no conseguir la residencia se quedaron
en el país o bien fueron a otros lugares,
con pasaporte falso, para no tener que regresar
a Cuba".
De esta manera, explicó que en Cuba, país
que sufre una dictadura de izquierdas desde hace
45 años, "Fidel Castro es la única
persona que goza de libertad". Los que tuvieron
que regresar, según el escritor, una vez
que se "quitaron la careta y criticaron al
gobierno de Castro", sintieron "pánico"
de retornar a un país en el que "no
existía, ni existe, la libertad de expresión".
Las dos partes de la novela --'El campamento'
y 'Estocolmo'-- narran un drama pero con "una
dosis grandísima de humor". Así,
destacó que "una característica
de los cubanos es que las cosas más terribles
nos las tomamos siempre con un cierto punto de
relajo". En este sentido, puntualizó
que la primera parte es "mucho más
coral", mientras que en la segunda, los personajes
se disgregan, quedando como protagonistas "únicamente"
los héroes centrales.
Asimismo, añadió a Europa Press
que en 'Estocolmo' existe una dosis menor de humor,
tal vez porque la trama de la obra ya se va acercando
hacia el clímax o desenlace, el cual "no
da lugar al chiste". Por otra parte, a la
pregunta de porqué los cubanos, siendo
gente de una vastísima cultura, no se revelan
contra el régimen de Castro, el escritor
señaló que "Cuba es un pueblo
muy despierto, pero que durante 45 años
ha vivido sin libertad", a lo que agregó
que "Fidel, persona muy carismática,
ha introducido en la sociedad cubana un terror
congénito".
Con respecto a lo bueno del régimen Castrista,
Alvarez señaló que "las partes
más pobres se han beneficiado, pero en
general, la rentabilidad del pueblo cubano se
podrían comparar, más o menos, con
cómo el ganado de una finca se puede beneficiar
del buen cuido que le da el dueño de la
misma".
En cuanto a la finalidad de haber escrito esta
novela, el autor de 'Delirio Nórdico' --segunda
entrega de una trilogía formada por el
título previo 'Naufragios' y la novela
'El futuro que somos' que será publicada
próximamente-- expuso que fue la de "saldar
la deuda moral que me quedó tras la convivencia
con los compañeros en el campamento de
Estocolmo". Por último, explicó
que, "aunque en un primer momento pensé
en escribir un libro de crónicas, aquello
fue creciendo y salió esta novela".
Antonio Alvarez Gil (Cuba, 1947), narrador y
traductor literario, obtuvo en 1983 el Premio
David de la Unión de Escritores y Artistas
de Cuba con el libro de cuentos 'Una muchacha
en el andén'.
Posteriormente, ha publicado 'Unos y otros',
'Variaciones sobre un tema de Bulgakow' y 'Fin
del capítulo ruso', entre otras novelas.
También, ha publicado obras como 'Del
tiempo y las cosas', 'Naufragios', con la que
obtuvo el V Premio Ciudad de Badajoz, y 'La largas
horas de la noche' con la que quedó finalista
del Premio Casa de las Américas en 1993.
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