PRENSA INTERNACIONAL
Enero 14, 2005
 

Caso Astillero de Curazao

Asociación por la Tercera República Cubana, 13 de enero de 2005.

El Astillero de Curazao (DOK) y la Empresa Nacional de Astillero (ENA, con su oficina principal situada en la Carretera del Naval #9. Casa Blanca, La Habana, Cuba) tienen un convenio mediante el cual traen de Cuba a trabajar en el DOK técnicos y trabajadores especializados en cuestiones de reparaciones y mantenimiento navales. Esta mano de obra le resulta barata al Astillero de Curazao, y provechoso al gobierno cubano que se queda con una buena parte de lo que el astillero paga por el trabajo de estos hombres. También se comenta, pero no lo hemos podido confirmar que el gobierno cubano le está pagando al gobierno de Curazao deudas que tiene con ellos con el trabajo de estos especialistas.

A finales de diciembre Alberto Justo Rodríguez Licea (nacido el 25 de junio de 1965), Operario en Conservación de Buques, decidió no continuar trabajando para el gobierno cubano y salió del lugar donde estos cubanos viven y trabajan. El viernes 7 de enero, Luis Alberto Casanova Toledo (nacido el 12 de diciembre de 1978) y Fernando Alonso Hernández (nacido el 9 de noviembre de 1965), ambos Soldadores, Paileros y Montadores de Sistemas Navales, decidieron también romper con el gobierno cubano. Desde entonces no se sabe su paradero, no se sabe si todavía permanecen en Curazao o si se han ido a otro país. Han declarado que temen por su vida, pues en una llamada recibida horas después de "desertar" les informaron que agentes de la Seguridad del Estado cubana los buscan para llevarlos de regreso a Cuba. No se sabe hasta que punto las autoridades de las Antillas Holandesas son cómplices con el gobierno cubano en este caso y todo parece indicar que son buscados también por la policía curazoleña. Ellos cuentan que la persona que el gobierno cubano designó como jefa de personal que según dicen es además la persona que la Seguridad del Estado cubana pone para controlarlos, Rosana Grau, les decía que si había intento de "deserción", ella llamaría a los agentes de emigración de Curazao y los reportaría como ilegales, pues los permisos que tienen para permanecer en la isla son válidos mientras trabajen en el astillero para el gobierno de Cuba, que de no seguir trabajando allí, estos permisos se invalidarán y serían deportados hacia Cuba donde se les juzgaría por "desertores" e irían directamente a la cárcel.

Estos tres trabajadores afirman que se sienten engañados por las autoridades cubanas, pues antes de venir a las Antillas Holandesas, en Cuba firmaron un contrato que luego no es respetado por los representantes del gobierno cubano que los dirigen en Curazao. Por ejemplo, en el contrato dice que ellos deben trabajar seis (6) días y descansar uno (1). Pero en Curazao los hacen trabajar de diez (10) a 15 (quince) días seguidos sin descanso. Igualmente sucede con respecto a las horas de trabajo, el contrato dice que no trabajarán más de 12 (doce) horas diarias, entre otras cosas porque ese tipo de trabajo es peligroso. Sin embargo, los hacen trabajar catorce (14) a quince (15) horas diarias, uno de los turnos más comunes es de las tres (3) de la tarde a las siete (7) de la mañana. El contrato se les hace por cuatro a seis meses. Las horas extras y los días festivos no son pagados, incumpliendo las leyes de las Antillas Holandesas. Además declaran que los días de navidad y de fin de año las únicas personas que trabajaron fueron los cubanos.

Los trabajadores reciben 12 dólares diarios, que son 336 dólares al mes y el salario en pesos cubanos en Cuba que son unos 400 pesos, si tenemos en cuanta que un dólar equivale en Cuba a aproximadamente 25 pesos, esto hace otros 16 dólares al mes. Se calcula que un trabajador curazoleño recibe por ese mismo tipo de trabajos unos 2000 dólares al mes. Manifestaron que donde se alojan y alimentan las condiciones son aceptables.

También declararon que son obligados a trabajar en condiciones donde se pone en riesgo su seguridad física, como espacios pequeños donde hay agua elevando su nivel y poco oxigeno. Narran que en cierta ocasión uno de los jefes cubanos quería que utilizaran luces de 220 voltios en unos andamios desde donde se iba a limpiar el exterior de un barco con chorros de agua a presión, poniendo en riesgo de ser electro ejecutado a la persona que trabajaba en el andamio, quien pudo librarse del peligro después de una fuerte discusión donde fue amenazado de ser deportado hacia Cuba si no hacia lo que le ordenaba.

Denuncian que sus pasaportes han sido retenidos por Rosana Grau para limitarles así la libertad de movimiento. También se les prohíbe reunirse con personas no afines con el gobierno cubano y son obligados a vigilarse unos a otros. Ellos sienten ser unos esclavos de pleno siglo XXI sin libertad, ni derecho que los asista. Las amenazas de deportación y encarcelamiento son armas utilizadas por los representantes del gobierno cubano para que acepten las condiciones en que trabajan.

Estas personas tienen miedo de ir a la oficina de labor de las Antillas Holandesas o a las autoridades locales, pues no saben hasta que punto el gobierno de Curazao está de acuerdo con el cubano para mantenerlos a ellos en estas condiciones.

El dia 12 de enero una compañía privada distribuyó las fotos de los tres cubanos desertores diciendo que eran "presos fugados de la cárcel" y anunciando que se les buscaba.

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