Caso Astillero de Curazao
Asociación por la Tercera
República Cubana, 13 de enero de 2005.
El Astillero de Curazao (DOK) y la Empresa Nacional
de Astillero (ENA, con su oficina principal situada
en la Carretera del Naval #9. Casa Blanca, La
Habana, Cuba) tienen un convenio mediante el cual
traen de Cuba a trabajar en el DOK técnicos
y trabajadores especializados en cuestiones de
reparaciones y mantenimiento navales. Esta mano
de obra le resulta barata al Astillero de Curazao,
y provechoso al gobierno cubano que se queda con
una buena parte de lo que el astillero paga por
el trabajo de estos hombres. También se
comenta, pero no lo hemos podido confirmar que
el gobierno cubano le está pagando al gobierno
de Curazao deudas que tiene con ellos con el trabajo
de estos especialistas.
A finales de diciembre Alberto Justo Rodríguez
Licea (nacido el 25 de junio de 1965), Operario
en Conservación de Buques, decidió
no continuar trabajando para el gobierno cubano
y salió del lugar donde estos cubanos viven
y trabajan. El viernes 7 de enero, Luis Alberto
Casanova Toledo (nacido el 12 de diciembre de
1978) y Fernando Alonso Hernández (nacido
el 9 de noviembre de 1965), ambos Soldadores,
Paileros y Montadores de Sistemas Navales, decidieron
también romper con el gobierno cubano.
Desde entonces no se sabe su paradero, no se sabe
si todavía permanecen en Curazao o si se
han ido a otro país. Han declarado que
temen por su vida, pues en una llamada recibida
horas después de "desertar" les
informaron que agentes de la Seguridad del Estado
cubana los buscan para llevarlos de regreso a
Cuba. No se sabe hasta que punto las autoridades
de las Antillas Holandesas son cómplices
con el gobierno cubano en este caso y todo parece
indicar que son buscados también por la
policía curazoleña. Ellos cuentan
que la persona que el gobierno cubano designó
como jefa de personal que según dicen es
además la persona que la Seguridad del
Estado cubana pone para controlarlos, Rosana Grau,
les decía que si había intento de
"deserción", ella llamaría
a los agentes de emigración de Curazao
y los reportaría como ilegales, pues los
permisos que tienen para permanecer en la isla
son válidos mientras trabajen en el astillero
para el gobierno de Cuba, que de no seguir trabajando
allí, estos permisos se invalidarán
y serían deportados hacia Cuba donde se
les juzgaría por "desertores"
e irían directamente a la cárcel.
Estos tres trabajadores afirman que se sienten
engañados por las autoridades cubanas,
pues antes de venir a las Antillas Holandesas,
en Cuba firmaron un contrato que luego no es respetado
por los representantes del gobierno cubano que
los dirigen en Curazao. Por ejemplo, en el contrato
dice que ellos deben trabajar seis (6) días
y descansar uno (1). Pero en Curazao los hacen
trabajar de diez (10) a 15 (quince) días
seguidos sin descanso. Igualmente sucede con respecto
a las horas de trabajo, el contrato dice que no
trabajarán más de 12 (doce) horas
diarias, entre otras cosas porque ese tipo de
trabajo es peligroso. Sin embargo, los hacen trabajar
catorce (14) a quince (15) horas diarias, uno
de los turnos más comunes es de las tres
(3) de la tarde a las siete (7) de la mañana.
El contrato se les hace por cuatro a seis meses.
Las horas extras y los días festivos no
son pagados, incumpliendo las leyes de las Antillas
Holandesas. Además declaran que los días
de navidad y de fin de año las únicas
personas que trabajaron fueron los cubanos.
Los trabajadores reciben 12 dólares diarios,
que son 336 dólares al mes y el salario
en pesos cubanos en Cuba que son unos 400 pesos,
si tenemos en cuanta que un dólar equivale
en Cuba a aproximadamente 25 pesos, esto hace
otros 16 dólares al mes. Se calcula que
un trabajador curazoleño recibe por ese
mismo tipo de trabajos unos 2000 dólares
al mes. Manifestaron que donde se alojan y alimentan
las condiciones son aceptables.
También declararon que son obligados a
trabajar en condiciones donde se pone en riesgo
su seguridad física, como espacios pequeños
donde hay agua elevando su nivel y poco oxigeno.
Narran que en cierta ocasión uno de los
jefes cubanos quería que utilizaran luces
de 220 voltios en unos andamios desde donde se
iba a limpiar el exterior de un barco con chorros
de agua a presión, poniendo en riesgo de
ser electro ejecutado a la persona que trabajaba
en el andamio, quien pudo librarse del peligro
después de una fuerte discusión
donde fue amenazado de ser deportado hacia Cuba
si no hacia lo que le ordenaba.
Denuncian que sus pasaportes han sido retenidos
por Rosana Grau para limitarles así la
libertad de movimiento. También se les
prohíbe reunirse con personas no afines
con el gobierno cubano y son obligados a vigilarse
unos a otros. Ellos sienten ser unos esclavos
de pleno siglo XXI sin libertad, ni derecho que
los asista. Las amenazas de deportación
y encarcelamiento son armas utilizadas por los
representantes del gobierno cubano para que acepten
las condiciones en que trabajan.
Estas personas tienen miedo de ir a la oficina
de labor de las Antillas Holandesas o a las autoridades
locales, pues no saben hasta que punto el gobierno
de Curazao está de acuerdo con el cubano
para mantenerlos a ellos en estas condiciones.
El dia 12 de enero una compañía
privada distribuyó las fotos de los tres
cubanos desertores diciendo que eran "presos
fugados de la cárcel" y anunciando
que se les buscaba.
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