D'Rivera celebra carrera
entre amigos
Eva Sanchis/EDLP. El
Diario La Prensa, New York, 12 de enero de
2005.
Nueva York - Estuvieron Bebo Valdés, Israel
"Cachao" López y el percusionista
Cándido, quien llegó con la ayuda
de un bastón. También Michel Camilo,
Pablo Ziegler y Tania León, quien recordó
los viejos tiempos en un conservatorio cubano.
Interpretaron su música favorita Claudio
Roditi y Rosa Passos, quien le sacó la
lengua y le llamó "genio". Y
como preámbulo de todo esto, el anfitrión,
Bill Cosby, se burló de sus zapatos de
charol.
El tributo a Paquito D'Rivera en el Carnegie
Hall fue, en definitiva, una celebración
entre amigos de 50 años de carrera, pero
también de confidencias, aprendizajes y
aventuras musicales compartidas.
Titulado "50 años y 10 noches de
carrera" porque fue imposible concertar una
fecha en el 2004, el año del aniversario,
el concierto recreó los momentos más
importantes de la carrera del saxofonista y clarinetista
cubano.
El espíritu del padre del músico,
el fallecido saxofonista Tito Rivera, estuvo presente
durante todo el concierto. D'Rivera le recordó
en varias ocasiones como la persona que le enseñó
a amar la música y forjó su sensibilidad
musical. Desde un palco siguió el tributo
su madre Maura, quien muchos años atrás,
en la etapa temprana de su carrera en Irakere,
le vio actuar en el Carnegie sentada entre la
multitud.
El concierto de tres horas comenzó con
una interpretación por parte de D'Rivera
y la Banda Caribeña de "Night in Tunisia"
de Dizzy Gillispie. "Si quieres terminar
bien, has de empezar mejor", aseguró
D'Rivera.
A continuación, D'Rivera rindió
homenaje con un popurrí al pianista y compositor
cubano Ernesto Lecuona, en el que destacaron los
solos de Dave Samuels en la marimba, Andy Narel
en los "steelpan" y el joven Edmar Castañeda
en el arpa.
Con el pianista dominicano Michel Camilo, D'Rivera
rememoró una temprana colaboración,
el tema "Why not?", en cuya ejecución
intercambiaron miradas cómplices. Al dúo
se unieron el trompetista brasileño Roditi,
el guitarrista Lumbambo y el baterista Portinho
para interpretar "Samba for Carmen".
La música brasileña, una de las
pasiones de D'Rivera, predominó junto al
jazz y también estuvo presente en las actuaciones
del Coro de Voces de Nueva York y la brasileña
Rosa Passos, quien cantó acompañada
por el violonchelo del magistral Yo-Yo Ma.
D'Rivera, quien acompañó a sus
amigos, unas veces con el clarinete, otras con
el saxo, rememoró también sus sesiones
de tango con el pianista Ziegler, con quien interpretó
"Libertango" de Astor Piazzolla. También
rindió tributo a la música clásica,
base de su formación, con interpretaciones
del "Cuarto Movimiento" de Johannes
Brahms y "Adagio" de Wolfgang Amadeus
Mozart, ésta última junto a la Orquesta
Sinfónica Juvenil de las Américas.
Los momentos más emotivos del concierto,
sin embargo, coincidieron con las actuaciones
de los músicos veteranos, los que abrieron
el camino a D'Rivera. Los octogenarios Bebo al
piano, "Cachao" en el bajo y Cándido
en la percusión pusieron al público
de pie con su interpretación de "Lágrimas
negras".
Las también octogenarias Hermanas Márquez,
acompañadas por una guitarra y unas maracas,
fueron vitoreadas por su desparpajo al interpretar
"Esto es felicidad" y "La tartamuda".
Cerró el concierto la soprano Brenda Feliciano,
esposa de D'Rivera, quien interpretó una
selección de temas de George Gershwin y
a quien D'Rivera dedicó el broche, "A
Brenda con amor", acompañado por el
taconeado del bailaor español Rafael Amargo.
El diario/LA PRENSA.
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