Valdés volvería al caso
Molina a pedido a la familia
Eduardo Valdés, el
ex funcionario de la Cancillería desplazado
por el presidente Kirchner, fue tentado por Roberto
Quiñones para que lo represente en la Argentina
Infoabe,
Argentina, 10 de enero de 2005.
De esta manera, el ex funcionario
volvería el caso Molina, luego del conflicto
diplomático con Cuba, cuyo gobierno se
negó a aceptar el reencuentro de la médica
cubana Hilda Molina con su hijo y con sus nietos
argentinos.
"En el Gobierno mostró experiencia
y sensibilidad. Creemos que, si acepta, nos puede
ayudar a que este caso humanitario no quede en
el olvido", dijo al diario La Nación
Roberto Quiñones, el hijo de Molina, que
vive en Buenos Aires con su esposa argentina y
sus chicos de 3 y 9 años.
En su condición de Jefe de Gabinete, Valdés,
había sido el principal negociador argentino
en la disputa diplomática para que Cuba
permita la salida de Molina de la isla.
Sin embargo Kirchner pidió su renuncia
hace tres semanas luego de que el caso Molina
alcanzará un alto grado de exposición
pública. Valdés había sido
quien le recomendó firmar una carta pública
dirigida a Fidel Castro, en la que le pedía
que facilite el reencuentro de la familia Molina.
La negativa de Castro desencadenó la crisis,
por lo que Valdés debió alejarse
de su cargo.
Sin embargo el ex funcionario y Quiñones
siguieron en contacto tras la renuncia a la Cancillería
y en más de una reunión analizaron
cómo seguir el litigio.
"Lo estoy analizando. El martes daré
una respuesta", respondió Valdés
al diario La Nación al admitir que recibió
la propuesta de parte de Quiñónez.
Rechaza el encuentro en Cuba
La médica cubana dijo que se opone a que
su hijo Roberto Quiñones, que reside en
la Argentina, viaje a la isla para visitarla,
aunque admitió, sin embargo, que él
"es un adulto" y ella respeta "sus
decisiones".
Molina respondió así a las declaraciones
realizadas el viernes por su hijo en Buenos Aires,
según las cuales no descartó la
posibilidad de visitar a su madre y abuela en
la isla para que conozcan a sus dos nietos, ya
que ellas no pueden viajar a la Argentina.
Quiñones declaró a medios de prensa
argentinos que "no es que uno esté
inflexible a nada. Si hay tanta inflexibilidad
del lado de ellos (autoridades de Cuba) que no
dejan otra opción que esa, sería
lo último que haría en mi vida,
pero tampoco quiero que mi abuela muera sin conocer
a sus bisnietos".
Por su parte, la neurocirujana dijo estar "opuesta"
a esa idea. "Tal vez sea que está
desesperado o quizás sea que él
(Quiñones) no quiere mantener la posición
de inflexibilidad del gobierno" cubano, agregó.
No obstante, insistió en señalar
que "temo por mi hijo y eso me causa ansiedad,
por lo que prefiero que si es así, no venga".
Hilda Molina, de 62 años, intentó,
hasta ahora, conseguir el permiso de las autoridades
cubanas para viajar a Buenos Aires, junto a su
madre de 86 años, para visitar a su hijo,
casado con una ciudadana argentina, para conocer
a sus nietos.
"Ayer conversé telefónicamente
con mi nuera, pero no me dijo nada sobre eso.
Sé que ellos están desesperados
sobre todo por la situación de mi mamá",
señaló.
Molina, quien no volvió a ver a su único
hijo desde mayo de 1994, cuando abandonó
la isla, dijo que para ella sería "la
alegría de once años sin verlo"
pero "tengo tanto miedo tal vez... y pienso
que después le digan que no puede salir"
de Cuba.
Dijo que en el caso de que vayan a Cuba su nuera
y nietos no crea que "tuvieran problemas"
y en el caso de su hijo "fue siempre muy
respetuoso en sus declaraciones y nunca ofendió
al gobierno cubano".
La neurocirujana cubana sostiene que la negativa
de las autoridades de la isla a concederle el
permiso para viajar se debe a que, en 1994, renunció
a su puesto como directora de un importante centro
médico especializado, por lo que desde
entonces fue considerada como una disidente.
El presidente argentino, Néstor Kirchner,
había enviado una carta a su par cubano,
Fidel Castro, en la que le solicitaba que autorizara
a Molina y su madre, Hilda Morejón, a viajar
a Argentina y pasar aquí la Navidad con
su hijo.
Pero el líder cubano respondió
a esa petición con una invitación
a Quiñones para que viajara a La Habana
a visitar a su madre y abuela, opción que
hasta ahora fue rechazada por la familia.
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