Paquito D'Rivera: cinco
décadas y diez noches
Maryl Celiz. HolaHoy,
EEUU, 7 de enero, 2005.
Los Angeles -- Este legendario músico
cubano tiene más de 30 álbumes de
jazz, bebop, música latina y clásica.
Toda su vida ha sido un sueño, incluido
el momento en que ganó un Grammy por sus
composiciones "Portraits of Cuba" (1996),
"Tropicana Nights" en el 2000 y "Live
at the Blue Note" en el 2001.
Luego de memorables satisfacciones personales
y exitosas presentaciones a escala nacional, el
mismo Rivera y el escenario del Carnegie Hall,
ahora serán testigos de uno de los homenajes
más importantes que le puedan rendir a
una leyenda del jazz latino.
Figuras de la talla de Bill Cosby, Bebo Valdés,
Las Hermanas Márquez, Samuel & Andy
Narell, Claudio Roditi, Brenda Feliciano, Pablo
Ziegler, Cándido, Cachao, Michel Camilo;
entre otros, formarán parte de este espectáculo
que engalanará el famoso auditorio de Manhattan
bajo el nombre de "50 Years and 10 Nights
of Show Business" (50 años y 10 noches
de espectáculo).
Emocionado por sus logros y luego de haber brillado
junto a New York Voices durante su presentación
en Costa Mesa, California, Paquito D' Rivera conversó
con Vidahoy de su nuevo álbum, Brazilian
Dreams, su experiencia al lado de NYV, de su inseparable
amigo: su saxofón y mucho más.
¿Cómo se siente de ser homenajeado
por tan importantes figuras de la música?
Para mí es un verdadero placer y me siento
muy honrado de tan importante tributo, ya que
estos artistas brillan con luz propia y gozan
de un prestigio internacional que todos los seguidores
del género admiran con devoción.
Con mucho de ellos, he tenido la oportunidad de
compartir el escenario y de vivir experiencias
inolvidables, y poder verlos juntos en un mismo
escenario es todo un sueño.
¿Cómo se dio la colaboración
con New York Voices?
Eso fue un regalo que me hicieron los hermanos
Ashby. Uno de ellos toca el trombón (Jay)
y otro la guitarra (Marty). Ellos saben de mi
amor por la música brasileña y de
mi gusto por los cuartetos vocales americanos,
y uno de ellos (Jay) está casado con una
de las cantantes de New York Voices (Kim Nazarian),
que es un grupo extraordinario. Entonces, ellos
decidieron armarme todo el potaje este y me juntaron
en un proyecto de música brasileña
con este cuarteto maravilloso que yo admiro tanto,
quienes me invitaron a ser el artista invitado.
Yo estaba como un niño en una juguetería
porque son dos de mis grandes pasiones: la música
brasileña y los cuartetos vocales americanos.
¿Cuál es ese amor que le tienes
a la música brasileña?
La música brasileña pienso que
es uno de los fenómenos artísticos
del siglo 20 y de todos los tiempos. La música
popular y la clásica de ellos es extraordinaria.
Es donde mejor se conjugan los elementos de armonía,
ritmo, melodía y letra en partes iguales.
La calidad de esta música es... bueno,
tienen que haber partes malas por ahí ¡pero
yo no las conozco! Ellos logran la combinación
perfecta. Yo siempre digo que es una pena que
la barrera del idioma haya privado a los latinoamericanos
del disfrute de la música brasileña
porque en el resto de Latinoamérica se
hace cada cosita que, oigame, hay una cantidad
enorme de vulgaridad y tonterías en la
música latinoamericana que realmente se
da mucho menos en la música brasileña.
Nosotros tenemos una cantidad de cosas de poca
calidad que dan miedo, que sobrepasan las cosas
de calidad en Latinoamérica. Pero no quiero
que se me entienda mal. Yo soy un luchador y defensor
de la música y arte latinoamericano, pero
de calidad.
¿Cuál es la que consideras 'de
calidad'?
Toda la música de [Astor] Piazzolla en
Argentina, por ejemplo; cantantes como Danny Rivera
en Puerto Rico, como Michel Camilo en Santo Domingo.
¿Por qué escogiste el saxofón
como tu instrumento?
Porque mi padre era un saxofonista clásico.
Desde niño siempre lo vi a él tocando.
Estudiaba 26 horas diarias, se pasaba todo el
día soplando y bueno, no sé, no
tuve otro remedio. Eso es lo que escuchaba en
casa todo el día.
Al escuchar tu disco, parece como si el saxofón
fuera una quinta voz.
Te digo, es muy difícil encontrar cantantes
de calidad. Todo el mundo puede cantar, pero cantantes
de calidad hay muy pocos. Hay los populares, unos
que tú dices '¿cómo es posible
que este hombre cante? Deberían mandarle
una orden judicial para prohibirle cantar mas
que en la ducha. ¡Y eso cuando la familia
no está en casa!'. Pero cuando uno se tropieza
con cuatro cantantes de esa calidad como los de
New York Voices, uno como que trata de imitar
lo que ellos hacen. Por eso es que tu escuchas
el saxofón como si fuera una voz más,
porque yo trato de meterme dentro de esas cuatro
voces, como una voz más. Esa es la idea,
imitar esas voces.
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