NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
EEUU proyecta construir una cárcel
de $25 millones en Guantánamo
Paisley Dodds / Ap, Base de Guantánamo,
Cuba. 10 de enero de 2005.
El campamento para sospechosos de terrorismo
en Guantánamo cumplirá el martes
tres años, y el ejército de Estados
Unidos proyecta construir una cárcel, a
un costo de $25 millones, y un ala para tratamiento
psiquiátrico por $1,7 millones, además
de establecer una fuerza de guardias permanente.
La mayoría de los 550 prisioneros de 42
países han dejado de ser considerados de
gran importancia para recoger información
de inteligencia, pero se estima que muchos que
fueron capturados en Afganistán durante
la invasión de Estados Unidos a fines del
2001 no serán liberados en el futuro inmediato.
Algunos, debido al estancamiento de sus procesos;
otros, porque son considerados todavía
una amenaza para Estados Unidos o sus aliados.
''Ignoro si esto continuará cuatro o cinco
años más'', declaró el teniente
general Jay Hood, quien ha encabezado la misión
durante nueve meses.
Tales incertidumbres, acompañadas por
la multiplicación de las denuncias de malos
tratos a los presos, han sido cuestionadas por
abogados y grupos de defensa de los derechos humanos,
que consideran al campamento de prisioneros una
afrenta a los valores estadounidenses.
Apenas cuatro hombres han sido acusados. La mayoría
de los presos no han podido tener acceso alguno
a abogados.
Amnistía Internacional, con sede en Londres,
afirmó en un comunicado al aludir al tercer
aniversario de la creación del campo de
detenidos que "Guantánamo se ha convertido
en un emblema de descontrol ... peligroso para
todos nosotros''.
Diez casos de denuncia de maltratos han tenido
trascendencia. Documentos publicados en fecha
reciente muestran que el FBI formuló una
serie de quejas un año antes de estallar
el escándalo de abuso a presos iraquíes
en Abu Ghraib, y que el gobierno no hizo nada
para subsanar problemas.
Día de Reyes para hijos de disidentes
Associated Press, La Habana. 9
de enero de 2005.
Un grupo de esposas de disidentes cubanos festejaron
ayer el Día de los Reyes Magos junto a
una docena de hijos de opositores encarcelados
y les entregaron regalos.
Rodeados de globos, guirnaldas y con un árbol
de Navidad con un ''75'' en su parte superior,
una decena de niños participó de
una fiesta organizada por las llamadas ''damas
de blanco'', disfrutaron los juguetes recibidos
y se divirtieron, constató la AP.
El número ''75'' hace referencia a la
cantidad de personas detenidas en marzo del 2003
y sentenciadas un mes después a severas
penas de prisión.
''Son niños que no tienen a sus padres,
porque están presos, para que les compren
juguetes'', explicó a la AP Laura Pollán,
esposa de Héctor Maseda --un disidente
condenado a 20 años de cárcel--
y anfitriona de la fiesta.
En total, explicó la mujer, los hijos
de los presos suman 53, de los cuales 13 viven
en la ciudad de La Habana o sus alrededores y
fueron los invitados a la fiesta. A los de las
provincias se les harán llegar sus regalos,
agregó.
El dinero para los juguetes, informó Pollán,
fue donado por la Fundación Nacional Cubano-Americana,
con sede en Miami.
''Esa suma no fue para pasear ni divertirnos
nosotras, porque estamos llenas de dolor, sino
para darles dos horas de felicidad a nuestros
hijos'', manifestó Pollán.
Acusados de ''mercenarios'' y de recibir orientaciones
de Estados Unidos para socavar al gobierno cubano,
los 75 fueron condenados por un tribunal a cadenas
de hasta 28 años de cárcel. Tanto
los inculpados como varios funcionarios de Washington
rechazaron esas acusaciones.
Entre los jóvenes invitados a la fiesta
estuvieron los hijos de Héctor Raúl
del Valle, condenado a 12 años de cárcel,
José Ubaldo Izquierdo, sentenciado a 16
años, y Angel Moya, recluido por 20 años.
Además se invitó a vástagos
de presos recientemente liberados como Manuel
Vázquez Portal o Roberto de Miranda.
Hace varias semanas, las autoridades cubanas
excarcelaron a 14 de los opositores presos, entre
ellos a Martha Beatriz Roque y Raúl Rivero.
La doctora Molina está opuesta a la
visita de su hijo a la isla
Efe, La Habana. 9 de enero de
2005.
La médica cubana Hilda Molina dijo ayer
que está ''opuesta'' a que su hijo Roberto
Quiñones, que reside en Argentina, viaje
a la isla para visitarla, pero afirmó que
él "es un adulto y yo respeto sus
decisiones''.
En declaraciones a EFE, Molina respondió
así a las declaraciones realizadas el viernes
por su hijo en Buenos Aires, según las
cuales no descartó la posibilidad de visitar
a su madre y abuela en la isla para que conozcan
a sus dos nietos, ya que ellas no pueden ir a
Argentina.
Quiñones declaró a medios de prensa
argentinos que "no es que uno esté
inflexible a nada. Si hay tanta inflexibilidad
del lado de ellos [autoridades de Cuba] que no
dejan otra opción que esa, sería
lo último que haría en mi vida,
pero tampoco quiero que mi abuela muera sin conocer
a sus bisnietos''.
Por su parte, la neurocirujana dijo estar ''opuesta''
a esa idea. ''Tal vez sea que está desesperado
o quizás sea que él [Quiñones]
no quiere mantener la posición de inflexibilidad
del gobierno'' cubano, agregó.
No obstante, insistió en señalar
que "temo por mi hijo y eso me causa una
ansiedad, por lo que prefiero que si es así
que no venga''.
Hilda Molina ha intentado hasta ahora de conseguir
el permiso de las autoridades cubanas para viajar
a Buenos Aires, junto a su madre de 86 años,
para visitar a su hijo, casado con una ciudadana
argentina, para conocer a sus nietos. ''Ayer conversé
telefónicamente con mi nuera, pero no me
dijo nada sobre eso. Sé que ellos están
desesperados sobre todo por la situación
de mi mamá'', señaló.
El Papa preocupado por el embargo
Associated Press, 9 de enero de
2005.
El papa Juan Pablo II reiteró ayer su
preocupación ante el embargo comercial
impuesto por Estados Unidos a Cuba, al tiempo
que instaba a una mayor apertura de la isla comunista.
El Pontífice habló acerca de Cuba
al reunirse ayer con el nuevo embajador de la
isla en el Vaticano, Raúl Roa Kouri.
''La Santa Sede desea ardientemente que los obstáculos
que actualmente impiden la libertad de comunicación
e intercambio entre Cuba y la comunidad internacional
puedan ser superados lo más pronto posible,
consolidando así, por medio de un diálogo
respetuoso y abierto, las condiciones necesarias
para un desarrollo genuino'' del país,
aseguró el Pontífice en una declaración.
El Papa reiteró varias veces su deseo
de que se promueva el diálogo en la isla,
y declaró que la Iglesia cubana deseaba
iluminar "la realidad social''.
El Vaticano se opone al uso de embargos económicos
con propósitos políticos, entre
ellos el embargo impuesto a La Habana.
Juan Pablo II hizo una visita histórica
a Cuba en 1998.
Un balsero fue el único sobreviviente
de odisea
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 7 de enero de 2005.
Tras casi 20 horas batallando desesperadamente
por alcanzar la orilla, Vladimir Bestard acopió
sus últimas fuerzas para arrastrarse hasta
la carretera más cercana y reclamar ayuda
para seis compañeros de travesía
que habían quedado a la deriva en alta
mar.
Entonces se desplomó. Estaba deshidratado,
con quemaduras en todo el cuerpo y los pies en
carne viva, tiritando de frío. Era la 1:30
de la madrugada del 19 de diciembre, ocho días
después de que el grupo de siete cubanos
zarpara en un bote de fabricación casera
desde la playa Juan Francisco, en la costa norte
de Villaclara.
''De tanta desesperación e incertidumbre
[en el mar], llega un momento en que no te importa
lo que pase'', recordó Bestard, de 31 años,
en entrevista con El Nuevo Herald. "Recordé
a mis hijas, a mi familia, y le pedí a
Dios que me llevara hasta la orilla''.
Aún Bestard no puede salir de su asombro.
Desnudo, con el único auxilio de un chaleco
salvavidas y un par de aletas, braceó unas
25 millas para llegar a la costa de West Palm
Beach. Era el único del grupo que no sabía
nadar.
''Pero estaba confiado en que esta vez iba a
llegar, tenía que llegar'', expresó
el joven, quien había protagonizado 12
intentos de abandonar la isla desde diciembre
del 2003. Para Javier Acosta, el capitán
del bote, era el intento 26.
Tras la alerta, el Servicio Guardacostas emprendió
una intensa búsqueda de los seis hombres
desaparecidos. Pero el 22 de diciembre la pesquisa
se suspendió sin que se hallara ninguna
pista, ni siquiera fragmentos de la embarcación,
que zozobró a unas 40 millas de las costas
estadounidenses.
''Es extraño, porque todos tenían
salvavidas'', señaló Bestard. "Todavía
sueño con que mis amigos aparecen, que
algún barco los recogió en el mar''.
La expedición fue pacientemente planificada
en el poblado de Vueltas, en el centro de la isla.
El bote fue fabricado con planchas de aluminio,
a un costo de $700 (unos 18,000 pesos cubanos).
A última hora Bestrand tuvo que vender
en $50 sus zapatillas deportivas para comprar
la rosa náutica.
La fuga se fijó para el 11 de diciembre,
adelantándose a los ejercicios militares
previstos en la zona por la maniobra Bastión
2004. La travesía transcurrió sin
sobresaltos hasta el viernes 16, cuando se acabó
el combustible y la nave comenzó a hacer
agua, cerca de Bahamas.
''Entonces tiramos el motor al agua y nos quedamos
dos días a la deriva, sin comida y casi
sin agua'', contó Bestard, quien estuvo
detenido por seis meses en el Campamento de Refugiados
de Nassau antes de ser devuelto a Cuba, el pasado
julio.
Fue al amanecer del 18 de diciembre que sobrevino
la decisión crucial. Cuatro hombres optaron
por permanecer en la embarcación, pero
Bestard y los hermanos Javier y Yosvani Acosta,
de 29 y 28 años, respectivamente, se lanzaron
al mar confiados en arribar a las costas floridanas.
''Ellos [los hermanos] eran nadadores profesionales
y me dieron las patas de rana [aletas] para que
me mantuviera flotando'', relató. "Pero
después de tres horas a Yosvani comenzaron
a entumírsele los músculos por el
frío del agua''.
En ese momento, los hermanos Acosta decidieron
que Bestard intentara llegar a la costa en busca
de socorro. Las luces y siluetas de edificaciones
podían divisarse a lo lejos. Eran las 9
a.m. cuando los vio por última vez.
Luego de una breve estancia en el Hospital Jackson
Memorial, Bestard está ya completamente
recuperado de las lesiones. En estos días
festivos visitó en Miami a familiares de
sus amigos desaparecidos y hoy emprenderá
viaje a Las Vegas, Nevada, como beneficiario del
programa para inmigrantes cubanos y haitianos
de la Conferencia de Obispos Católicos
de Estados Unidos.
Ayer Bestard habló por teléfono
con su esposa, Tania Miranda, y sus hijas, Claudia,
de 8 años, y Laura, de 6, que residen en
el Reparto Eléctrico, una popular barriada
de La Habana.
''Por ahora sólo pienso en trabajar para
ayudarlos a ellos'', confesó Bestard, que
no tiene familiares en EEUU. "Y voy a luchar
por tenerlos a todos conmigo aquí''.
Del dinero que recibió de recién
conocidos por Navidad, Bestard se apuró
en mandar una remesa para sus familia en Cuba.
Según él, su decisión de
emigrar se intensificó al no conseguir
empleo ''por mi expediente de salidas del país'',
lo que lo forzaba cotidianamente a negocios ilegales
para poder alimentar a su familia.
''Me cogieron con 15 libras de carne de res y
tenía un juicio pendiente para pedirme
14 años... y yo prefería morirme
en el mar que cumplir en una cárcel de
Fidel Castro'', dijo.
Había estado preso por tres años
cuando cumplía el servicio militar en 1993,
acusado de hurto. El motivo: la sustracción
de la batería de un tanque de guerra para
adaptarla a un automóvil particular.
''El robo en Cuba es una necesidad, porque es
la única manera de sobrevivir'', opinó.
"Los camiones del ejército no pueden
arrancar muchas veces porque los oficiales y los
reclutas se roban la gasolina para revenderla''.
Aún con la tristeza por los amigos desaparecidos,
Bestard se siente un afortunado por sobrevivir
al naufragio y por el trato recibido en EEUU.
''Nunca en mis 31 años había sido
tratado con tanto respeto y cordialidad como en
los días que he pasado en este país'',
afirmó.
wcancio@herald
Fallece el reconocido escritor cubano Antonio
Benítez Rojo
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 7 de enero de 2005.
El escritor y profesor cubano Antonio Benítez
Rojo, reconocida figura de las letras hispanoamericanas,
falleció la noche del miércoles
en Northamptson, Massachusetts, víctima
de complicaciones pulmonares y cardíacas
derivadas de un aneurisma. Tenía 73 años.
La muerte de Benítez Rojo se produjo en
el Hospital Cooley-Dickinson. El fin de semana
de Navidad fue operado y su estado se mantuvo
crítico, lo cual provocó que tuvieran
que amputarle la pierna izquierda.
Autor de una extensa obra narrativa y ensayística,
la escritura de Benítez Rojo se destaca
por una fértil imaginería, la experimentación
virtuosa de estilos y géneros, y una erudición
que descubre y entrelaza las claves de la identidad
cubana y caribeña.
''Su gran contribución a la literatura
cubana fue asimilar los métodos de narración
histórica de un Alejo Carpentier, revitalizarlos
y acercarlos a la postmodernidad'', declaró
ayer desde La Habana el escritor Antón
Arrufat, quien estimuló a Benítez
Rojo en sus comienzos de escritor. "Era un
humanista, un intelectual de vastísima
cultura''.
Nacido en La Habana en 1931, Benítez Rojo
cursó la enseñanza básica
en el Colegio de Belén, y en los años
50 vino a estudiar en la American University de
Washington.
Todo apuntaba a que su vida estaría ligada
al mundo de los negocios. Tuvo éxito en
los bienes raíces y al triunfo de Fidel
Castro dirigió el departamento estadístico
del Ministerio de Trabajo.
Pero un hecho fortuito cambiaría su rumbo
en 1963. Sufrió una fractura de columna
vertebral y, enyesado en cama, cayó en
sus manos un libro de cuentos del argentino Julio
Cortázar.
''Cuando terminé de leerlo, sentí
que todo eso era muy afín a lo que yo llevaba
por dentro'', recordaría después.
Al calor de esa revelación, comenzó
a escribir relatos que deslumbrarían a
sus contemporáneos. En 1967 ganó
el Premio Casa de las Américas con Tute
de Reyes y casi de inmediato el máximo
galardón anual de la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba (UNEAC) por El escudo de hojas
secas (1968).
En Cuba realizó además una intensa
labor como traductor y antologador. Fue director
del Centro de Estudios Caribeños de Casa
de las Américas hasta su deserción
en París en 1980.
''Tute de Reyes y El escudo de hojas secas son
de la mejor literatura que se publicó en
Cuba en esos años, y fueron lecturas fundamentales
para los escritores de mi generación'',
manifestó en Miami el novelista Carlos
Victoria. "Me es duro aceptar que se fue
el escritor y el amigo.
En EEUU, Benítez Rojo fue catedrátrico
del prestigioso Amherst College, de Massachusetts,
sin abandonar su obra creativa, que escaló
peldaños significativos con el ensayo La
isla que se repite (1989) y las novelas El mar
de las lentejas (1991) y Mujer en traje de batalla
(2001).
''Esta novela nos hace lamentar el descubrimiento
de América'', escribió el célebre
escritor norteamericano John Updike sobre El mar
de las lentejas.
Lo sobreviven su viuda, la profesora Hilda Otaño,
y su hijo, Jorge.
Las exequias se realizarán en Amherst.
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