Enviado
a Cuba expone su visión
Por David Cázares. El
Sentinel, Florida, 17 de diciembre de 2005.
La Habana · En los tres meses en los que
Michael Parmly se ha desempeñado como el
encargado de la Sección de Intereses de
Estados Unidos en Cuba, ha hablado con "gente
muy inteligente" que según él
reflejan el sentir de la isla: los principales
disidentes y figuras de la oposición.
Parmly está convencido que los cubanos
en la isla anhelan la transición de un
sistema comunista a un nuevo gobierno democrático.
"No sé cuándo ocurra el cambio
definitivo", dijo Parmly. "Sólo
sé que se están dado cambios importantes".
Importantes organizaciones de noticias, como
The Christian Science Monitor y The Economist,
anunciaron recientemente que Caleb McCarry, el
nuevo promotor estadounidense de la democracia
en Cuba, ha intensificado los planes para ayudar
a los cubanos a cambiar su sistema económico
y político.
The Monitor informó que los planes incluyen
la reconstrucción del sistema de servicios
públicos de Cuba, el castigo de los aliados
cubanos, así como estrategias para trastornar
los esfuerzos de Castro de transferir el poder
a su hermano Raúl.
"La idea de que Caleb McCarry venga y supervise
la transición en Cuba es absurda",
dijo Wayne Smith, ex feje de la misión
diplomática estadounidense en Cuba bajo
la administración de Carter. "Los
cubanos nunca aceptarían eso, ni siquiera
los cubanos que se oponen al gobierno".
El gobierno cubano no está para nada a
punto de colapsar, dijo Smith, aunque su economía
esté débil.
"Ninguna de las medidas tomadas por Estados
Unidos -- como el aumento de la radiodifusión
y las limitaciones de viaje, entre otras -- va
a derribar al gobierno como tampoco lo va a obligar
a hacer nada", dijo Smith.
Parmly, diplomático profesional quien
remplazó en septiembre a James Cason, dijo
que Estados Unidos ofrecería ayuda al nuevo
gobierno sólo si lo piden los cubanos en
la isla, y que si estos deciden transformar su
país comunista en uno democrático,
para lo cual los cubanos exiliados en el sur de
la Florida y otros países podrían
colaborar con la transición.
"Cada país que ha cambiado comienza
con la diáspora", dijo Parmly en una
entrevista con el South Florida Sun-Sentinel.
"Siempre que sean los cubanos los que lideren
el poder -- aquellos con un profundo interés
en el futuro -- van a buscar ayuda de Miami y
de la Florida".
Los funcionarios cubanos se han burlado del plan
de transición, diciendo que Estados Unidos
desea controlar a Cuba, país en el que
los negocios estadounidenses tuvieron alguna vez
una fuerte presencia.
En un discurso llevado a cabo el mes pasado,
Castro calificó a Estados Unidos como un
"imperio super poderoso que nos acecha y
nos amenaza, que tiene planes de transición
y de acciones militares".
"Están esperando que ocurra un evento
natural y lógico, la muerte de alguien",
dijo Castro. "En este caso, me habrán
honrado al pensar en mí. Sería yo
una confesión de lo que no han sido capaz
de hacer en mucho tiempo".
Parmly, considerado por sus observadores como
más diplomático y cauteloso que
su predecesor, dijo que los actos de repudio por
lo que los partidarios del gobierno acosan a los
opositores continúan y son signo de que
Cuba necesita un cambio.
Sin embargo, una transición en Cuba sería
difícil porque muchos cubanos exiliados,
entre ellos personas que dicen haber sido prisioneros
políticos en Cuba, están molestos
por el encarcelamiento de algunos opositores.
Por ello, algunos líderes de la oposición
han sugerido la elección de un comisionado
para la reconciliación similar al del de
Sur Africa.
"Cualquier proceso de transición
exitoso tiene el aspecto de lo punitivo",
dijo Parmly. Es importante que la gente crea que
se están cometiendo maldades contra personas
responsables de crímenes atroces".
Sin embargo, muchos cubanos en la isla no están
tan preocupados por las presuntas fechorías
políticas del gobierno, como por los problemas
que enfrentan en la vida diaria para conseguir
comida, ropa y otros artículos básicos.
Por ello, cubanos como Cristian Díaz,
estudiante de sicología de la Universidad
de la Habana, no quiere un cambio de régimen
sino un cambio económico, como el que se
dio en la China comunista o Vietnam.
"En Cuba, no puedes comprarte lo que necesitas
porque te pagan en pesos cubanos y la comida se
maneja al cambio del dólar y es muy cara",
dijo Díaz, de 27 años, miembro de
la Unión de Jóvenes Comunistas.
"Necesitamos un cambio. Necesitamos el capitalismo,
la competencia, mejores alimentos y mejores cosas".
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