Cámaras de vigilancia
y sexo en el "paraíso" cubano
El
Semanal Digital, España,
22 de abril de 2005. /
Muchos rostros conocidos del mundo de la farándula
y del ámbito empresarial han sido espiados
por el régimen castrista. Los famosos españoles
tienen miedo de que su intimidad salga a la luz.
22 de abril. Un reportaje emitido en Pecado Original
ha vuelto a poner de manifiesto que Cuba no es
una isla segura para el viajero. Al menos no para
los famosos españoles que año tras
año eligen como destino de sus vacaciones
este paradisíaco rincón del Caribe.
Y todo por la obsesión casi patológica
que tiene Fidel Castro de vigilar a cualquier
personalidad que aterriza en el país.
"Siempre que determinados famosos visitaban
La Habana, hasta el más mínimo de
sus movimientos era grabado en audio y vídeo.
Las habitaciones estaban preparadas de antemano",
explicó en su día a Diario 16, hace
ya cuatro años, Delfín Fernández,
antiguo agente de la contrainteligencia cubana
y hoy reconvertido en guardaespaldas de famosos.
El asunto adquiere tintes escabrosos cuando se
conoce que los hoteles cubanos están muy
lejos de ser un lugar de reposo para el turista.
"Cuando los visitantes llegaban a los hoteles
Nacional, Meliá Habana o Meliá Cohiba,
las habitaciones ya estaban preparadas con los
sistemas más sofisticados de grabación",
declaró Fernández en marzo de 2001.
En este punto es conveniente recordar el testimonio
que Máximo Valverde aportó en Crónicas
Marcianas. El actor se encontraba alojado en el
Nacional cuando pidió que le cambiaran
de habitación, sin embargo la dirección
del establecimiento le comunicó que eso
no era posible. Lo más extraño del
caso es que el hotel no estaba al completo. Quizás
es que la habitación reservada al andaluz
era de esas que, según el testimonio de
Fernández, "están siempre preparadas.
Además de los aparatos de audio y vídeo,
un agente se hospeda en la habitación superior,
en la de abajo o en las contiguas. Para no levantar
sospechas, se elige a una pareja joven o a un
matrimonio con niños".
A día de hoy, en España son muchos
los rostros conocidos que tiemblan al saber que
su intimidad está en manos de Castro. Según
relatan Santiago Botello y Mauricio Angulo en
Conexión Habana: una peligrosa infiltración
en las mafias rusas, publicado hace pocas semanas
por Temas de Hoy, Bibiana Fernández y Pedro
Almodóvar fueron grabados en una fiesta
muy comprometida, y también Barbara Rey,
Massiel y Joaquín Sabina entraron a formar
parte del Gran Hermano Cubano. Claro está
que ellos no tenían ni idea.
Sin embargo, quien sí notó algo
sospechoso en su estancia cubana fue Imanol Arias.
El actor observó cómo al levantarse
de la cama "algo se activaba", aunque
no fue capaz de descubrir ninguna cámara.
La realidad indica que no sólo los integrantes
del mundo de la farándula han sido espiados
por Castro. Y es que muchos empresarios de nuestro
país ya forman parte de la videoteca personal
del dictador. Rodolfo Martín Villa, Pedro
Ferreras, Carlos Martínez Albornoz, Mariano
Pérez Claver, Gregorio Mayayo y Javier
Valls, entre otros, según recogen Botello
y Angulo.
Tampoco han escapado a la vigilancia gubernamental
los grandes amigos del régimen comunista
como Gabriel García Márquez o el
desaparecido Antonio Gades. En ambos casos, los
dos fueron estrechamente observados en las fantásticas
residencias que el gobierno cubano puso a su disposición.
A estas alturas de la película son muchos
los que se preguntan qué busca Castro con
estas prácticas que violan los derechos
elementales del individuo. Pues ni más
ni menos que publicidad para el país que
él ha convertido en una prisión
de máxima seguridad. Eso sí, siempre
con la ayuda de muchas empresas españolas
y canadienses que tienen grandes intereses en
la isla y que prefieren cerrar los ojos ante situaciones
como las que acaban de ser denunciadas.
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