El desamparo de los
huérfanos
Nicolás Pérez Diez
Argüelles, El
Nuevo Herald, 18 de abril de 2005.
En el año 1978, cuando funcionarios norteamericanos
nos entrevistaron a más de 3,000 ex presos
políticos en la Sección de Intereses
de los Estados Unidos en La Habana como condición
previa para entrar en este país, una de
las preguntas de rigor era: ''¿En alguna
ocasión ha participado usted en un acto
terrorista?'' Al escuchar aquella payasada quedé
convertido en estatua de sal, y después
de una emotiva reflexión mental sobre lo
amarga que eran las derrotas, le respondí
al amanuense que no era un terrorista, pero que
conocía perfectamente de fósforo
vivo, C4, blasting caps y mechas, y de manejo
de armas, gracias al gobierno de los Estados Unidos.
El funcionario, supongo que entrenado para una
eventualidad como la que se acababa de producir,
me respondió con una sonrisa helada, y
prosiguió con su próxima pregunta.
A esto podríamos llamarlo el desamparo
de los huérfanos. Se trata de cuando el
ciudadano de un pequeño país en
la lucha por la libertad de su pueblo se encuentra
en territorio de nadie a merced de los intereses
bastardos, caprichos, y sobre todo frente a la
hipocresía visceral de las grandes potencias.
Esto no es nuevo. Lo sufrió el partido
comunista de Alemania cuando la NKVD después
del Pacto Ribbentrop-Molotov lo entregó
atado de pies y manos a Hitler. El caso de la
División Azul, abandonada a su suerte por
el régimen de Franco en el gulag soviético
durante decenas de años. La traición
del propio Fidel Castro a las guerrillas de América
Latina en general, y a la venezolana en particular,
por los años 60 y 70, de lo cual mucho
tienen que decir Teodoro Petkoff, Américo
Martín y otros. El inexplicable abandono
de los Estados Unidos a la Brigada 2506 en 1961
en Bahía de Cochinos. Y suma y sigue.
Todo esto viene a cuento con la solicitud de
refugio político en los Estados Unidos
de Luis Posada Carriles. Sobre esto, el representante
demócrata por Massachusetts William Delahunt,
un pino nuevo, una gran esperanza blanca yanqui,
acaba de declarar que la concesión de asilo
a Posada ``destruiría la credibilidad de
EEUU en la lucha contra el terrorismo''.
¿De que rayos habla Delahunt?, ¿qué
significa ``muchos se hacen eco de la frase de
que lo que para algunos es un terrorista, para
otros es un combatiente por la libertad''?
Castro desde que tomó el poder practica
el terrorismo de estado a visera descubierta,
lo admite en todos los foros internacionales,
es un aliado reiterado y consecuente de ETA, IRA,
la guerrilla colombiana, Hugo Chávez, Evo
Morales y cuanto grupo subversivo y desestabilizador
existe en el mundo. Posada Carriles ha tratado
de implantar una democracia en su país
desde hace 45 años, quién sabe 15
aliado a los EEUU y 30 por cuenta propia. ¿Trata
de decirnos el representante por Massachusetts
que durante los 15 años que cooperó
con Washington fue un luchador por la libertad,
y los 30 que luchó por su pueblo, sin patria
pero sin amo, fue un terrorista? ¿Son los
EEUU, entre ellos el señor Delahunt, quienes
deciden arbitrariamente quién es un subversivo
y quién un patriota? Y del mismo modo,
¿qué cubano tiene o no derecho,
cuándo, dónde y como le venga en
ganas de liberar a su patria de la dictadura más
repugnante de la historia de América?
Un incidental. Posada ha sido sometido a dos
juicios en Venezuela y uno en Panamá, y
en los tres ha sido declarado inocente. Las supuestas
pruebas de que el incansable luchador ha violado
leyes internacionales todas son débiles
y circunstanciales. Tengo amigos en todas las
tendencias de este exilio y no hay nadie que me
haya podido asegurar que esta Némesis de
Castro haya tenido absolutamente nada que ver
con el atentado del avión de Cubana en
Barbados.
Por otra parte, el cruento terrorismo de este
luchador es un mito creado por el propio Fidel
Castro, que le teme a Posada, vive aterrado con
Posada. Del mismo modo que su coco internacional
es Washington, su coco nacional es Posada. Y al
igual que inventa todas las mentiras creíbles
e increíbles sobre la agresividad, violencia
e irrespeto por las leyes internacionales de Washington,
hace lo mismo con Posada.
Si un juez de este país intenta denegarle
el asilo político en los EEUU a Luis Posada
Carriles acusándolo de terrorista, muy
bien, pero si es consecuente debe retirarles la
ciudadanía o la residencia y condenar a
cárcel al presidio político cubano,
a los alzados del Escambray y a los miembros de
la Brigada 2506. Todos han hecho lo mismo que
Posada, luchar con las armas en la mano por lograr
la libertad de Cuba.
Hace muchos años que abandoné la
lucha armada y decidí intentar lograr la
libertad de Cuba por medios pacíficos.
Pero respeto y admiro profundamente a hombres
como Luis Posada Carriles que siguen soñando
con lograr ajusticiar al tirano. Y es que hay
muchas cosas que se pueden criticar y atacar en
política, salvo una fe absolutamente inquebrantable
y justa.
nicop32000@yahoo.com
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