Castro manda a trabajadores
cubanos para que sean explotados en los astilleros
de Curazao
Libertad
Digital, España.
13 de abril de 2005.
La dictadura de Fidel Castro manda a trabajadores
cubanos para que trabajen en condiciones de esclavitud
en los astilleros DOK de Curazao (Antillas holandesas).
Estos trabajadores cobran 12 dólares diarios
cuando los trabajadores locales cobran 25 dólares
la hora. Además, viajan vigilados por funcionarios
de la dictadura. El pasado enero tres trabajdores
abandonaron su trabajo. Ahora están siendo
buscados por la dictadura y una empresa de seguridad
venezolana. El régimen castrista contrajo
una deuda de 13 millones de dólares hace
unos 15 años con estos astilleros. Clara
Olivia, activista de derechos humanos de Curazao,
ha denunciado esta situación.
(Libertad Digital) En 1989 la dictadura castrista
contrajo una deuda de 13 millones de dólares
con los astilleros DOK de Curazao (Antillas holandesas)
debido a la reparación de la draga III
Congreso, rebautizada como "Quality Stars".
Para pagar dicha deuda, el régimen cubano
decidió enviar trabajadores cubanos especializados
a los astilleros en condiciones de esclavitud.
Clara Olivia, activista de derechos humanos de
Curazao, ha denunciado esta situación en
un informe titulado "El astillero de Curazao
y los trabajadores cubanos".
Estos trabajadores cumplen jornadas de unas 15
horas diarias en períodos de hasta 15 días
sin descanso. Cobran 12 dólares diarios
cuando el salario de los trabajadores locales
es de unos 25 dólares la hora. Los trabajos
más peligrosos son encomendados a los trabajadores
cubanos. Además, se les retiene su documentación
personal lo que les deja en una situación
de ilegalidad e indefensión fuera de los
recintos de los astilleros. Estos trabajadores
son vigilados por funcionarios de la dictadura
castrista.
El pasado mes de enero tres trabajadores cubanos
abandonaron sus puestos de trabajo de los astilleros
Curaçao Dokmaatschappij (DOK). Se pusieron
en contacto con el semanario El Periódico
de Curazao para denunciar su situación.
Antes de viajar a los astilleros, firmaron un
contrato con la Empresa Nacional de Astillero
de Cuba (ENE), propiedad del gobierno cubano.
Al llegar a los astilleros, el acuerdo que firmaron
no fue respetado.
Firmaron trabajar seis días y descansar
uno. Firmaron trabajar al día como máximo
12 horas. Pero la realidad fue otra: trabajaban
quince horas diarias durante 15 días seguidos
sin descanso. Tampoco les pagaban las horas extras
y los días festivos, incumpliéndose
así las leyes laborales de las Antillas
Holandesas.
Nada más llegar a sus puestos de trabajo,
Rosana Grau, jefa de personal de los cubanos,
señalados por ellos mismo como una agente
de la Seguridad de la dictadura castrista, les
retuvo sus pasaportes. La funcionaria Grau les
aseguró que si había intento de
"deserción", llamaría
a los agentes de emigración de Curazao
para más tarde deportarlos a Cuba y juzgarles.
El siguiente paso: la cárcel por "desertores".
Hartos de esta explotación laboral, tres
trabajadores cubanos decidieron abandonar sus
puestos de trabajo el pasado mes de enero de 2005.
Sus nombres: Alberto Justo Rodríguez Licea
(40 años. Operario de conservación
de buques) Luis Alberto Casanova Toledo (27 años.
Montador de sistemas navales) Fernando Alonso
Hernández (40 años. Soldador y Pailero
Naval).
Tras el abandono, una compañía de
vigilancia privada de nacionalidad venezolana,
Servicio Panamericano de Vigilancia, comenzó
a repartir fotografías de los trabajadores
cubanos asegurando que eran presos peligrosos
escapados de la cárcel. Uno de los trabajadores
del servicio panamericano aseguró a una
activista de derechos humanos que la funcionaria
cubana Rosana Grau les aseguró que quería
a los trabajadores cubanos "vivos o muertos".
El jueves 13 de enero de 2005, el semanario "El
periódico" de Curazao publicó
la denuncia de los trabajadores cubanos.
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