Castro y su sordera
selectiva
Pablo Alfonso. El
Nuevo Herald, 10 de abril de 2005.
Dicen que no hay peor ciego que quien no quiere
ver. Suele decirse también que no hay peor
sordo que quien no quiere oír. Sobre todo
cuando la sordera es selectiva. Quien padece -
o practica- la sordera selectiva escoge, como
es de suponer, sólo aquello que quiere
escuchar, es decir, lo que le conviene.
A propósito de la muerte de Juan Pablo
II estamos asistiendo, en el caso del dictador
cubano Fidel Castro, a un ejemplo típico
de sordera selectiva. Además de usar el
fallecimiento del Papa, para tratar de realzar
su imagen en los medios de prensa, Castro ha subrayado
del mensaje de Juan Pablo II sólo lo que
le conviene a sus intereses políticos.
La dictadura cubana ha puesto su mayor énfasis
en destacar que, durante su histórica visita
a Cuba, el Papa Juan Pablo II, denunció
el embargo norteamericano a la isla, declarando
que las sanciones económicas impuestas
desde el exterior, eran "injustas y éticamente
inaceptables''. Es verdad. Pero también
dijo otras muchas cosas, a manera de mensaje y
legado de su visita. Esas verdades no las ha querido
escuchar Castro.
Aquí van algunas de las cosas que Juan
Pablo II dijo durante su visita a Cuba:
* Es de desear que las publicaciones católicas
y otras iniciativas puedan disponer de los medios
necesarios para servir mejor a toda la sociedad
cubana.
* Cuando la Iglesia reclama la libertad religiosa
no solicita una dádiva, un privilegio,
una licencia que depende de situaciones contingentes,
de estrategias políticas o de la voluntad
de las autoridades, sino que está pidiendo
el reconocimiento efectivo de un derecho inalienable.
* El Estado, lejos de todo fanatismo o secularismo
extremo, debe promover un sereno clima social
y una legislación adecuada que permita
a cada persona y a cada confesion religiosa vivir
libremente su fe, expresarla en los ámbitos
de la vida pública y contar con los medios
y espacios suficientes para aportar a la vida
nacional sus riquezas espirituales, morales y
cívicas.
* La libertad que no se funda en la verdad condiciona
de tal forma al hombre que algunas veces lo hace
objeto y no sujeto de su entorno social, cultural,
económico y político, dejándolo
casi sin ninguna iniciativa para su desarrollo
personal.
* Al dejar esta amada tierra, llevo conmigo un
recuerdo imborrable de estos días y una
gran confianza en el futuro de su Patria. Construyan
lo con ilusión, guiados por el espíritu
de la fe...capaces de crear un ambiente de mayor
libertad y pluralismo.
Claro que no hay espacio para continuar recordando
citas.
Habría que añadir, además,
el comunicado del Papa lamentando los fusilamientos
de aquellos jóvenes cubanos que intentaron
desviar a la fuerza un embarcación para
escapar de la isla.
Castro negó el pasado jueves que estuviera
tratando de usar la muerte del Papa en provecho
propio. Sin embargo, cuando la prensa cubana nos
abruma casi en exclusiva con las imágenes
de Castro asociadas a Juan Pablo II, hay razones
para creer lo contrario.
En estos días Granma despliega fotos de
Castro y el Papa; el dictador y su hermano, firmando
el libro de condolencias en la Nunciatura del
Vaticano en La Habana, Castro asistiendo a la
misa fúnebre en la Catedral, un par de
cartas -muy protocolares, por cierto, dirigidas
por Juan Pablo II a Castro y así por el
estilo.
Hay alguna prensa en el mundo que haya hecho
algo semejante con sus respectivos Jefes de Estado?
Por supuesto que no. Pero claro, de eso no pueden
tener conciencia los cubanos de la isla, porque
ellos no tienen acceso a los medios internacionales
de prensa. No pueden comparar. Su única
alternativa de información es la prensa
oficial. !Que pena!
Sin embargo todavía queda tiempo para
escuchar, si de verdad existiera voluntad política
porque, como dijo el Papa, "Cuba ha de abrirse
al mundo y el mundo debe acercarse a Cuba, a su
pueblo, a sus hijos, que son sin duda su mayor
riqueza. Esta es la hora de emprender los nuevos
caminos que exigen los tiempos de renovación
que vivimos...!''
palfonso@herald.com
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