Todos
son "presos" en Cuba
Carlos Vidal Prado. Libertad
Digital, España, 26 de octubre de 2004.
Se ha hablado mucho en los últimos tiempos,
por parte del Gobierno español y del PSOE,
de los gestos de buena voluntad de Fidel Castro,
por "liberar" a siete de los 75 presos
detenidos en la primavera de 2003. Quizá
no se han estudiado bien la legislación
cubana, como tampoco parecen haber estudiado la
Posición Común Europea, fruto del
consenso entre todos los Estados y que se mantiene
desde hace más de ocho años.
Hay que partir de la base de que la Constitución
y las leyes en Cuba no están para cumplirse,
como ocurre en cualquier Estado de Derecho. Aquello
no es un Estado de Derecho, ni por supuesto democrático.
Lo que diga una Ley en Cuba es sólo una
especie de situación ideal que difícilmente
se cumple en la realidad. A estos presos supuestamente
liberados, en realidad, se les ha concedido una
"licencia extrapenal". Este "novedoso"
concepto jurídico es como una espada de
Damocles que puede caer en cualquier momento sobre
los presos. No supone, en ningún caso,
una liberación de los presos, como parece
querer sugerir el Gobierno español.
El artículo 31.2 del Código Penal
cubano dice que "el tribunal sancionador
puede conceder a los sancionados a privación
de libertad, por causas justificadas y previa
solicitud, licencia extrapenal durante el tiempo
que se considere necesario. También puede
concederla el Ministro del Interior, por motivos
extraordinarios, comunicándolo al Presidente
del Tribunal Supremo Popular". Como puede
verse, es una licencia temporal, que en cualquier
momento puede ser revocada. Es decir, siguen siendo
presos, pero en lugar de estar en la cárcel
están vigilados en sus casas. Y, recordémoslo,
su único delito ha sido escribir, hablar,
organizar actividades culturales y docentes al
margen de las que organiza el sistema comunista
cubano.
A mayor abundamiento, su condición de personas
privadas de libertad viene demostrada por el hecho
de que el propio artículo 31, en su apartado
4, establece (¡sólo faltaría!)
que "el tiempo de las licencias extrapenales
y de los permisos de salida del establecimiento
penitenciario se abonan al término de duración
de la sanción privativa de libertad, siempre
que el sancionado, en el disfrute de la licencia
o del permiso, haya observado buena conducta".
Ello quiere decir que, en este momento, siguen
cumpliendo condena, aunque sea de otra manera.
Ya sé que, en realidad, es todo el pueblo
cubano el que está cumpliendo condena,
el que está preso de una dictadura, pero
éstos de los que ahora hablamos son los
que más lo sufren en sus carnes. Fidel
ha "liberado" a siete cubanos no para
mostrar un gesto de buena voluntad. Lo ha hecho
porque casi todos están enfermos, en condiciones
de salud muy precarias, y pueden morir en cualquier
momento. Lo que no quiere es que se mueran en
sus cárceles, porque la respuesta internacional
se intensificaría.
Mientras los políticos españoles
se enzarzan en sus batallas internas, siete cubanos
siguen presos vigilados en sus casas, y varios
centenares más están pudriéndose
en las cárceles de aquella querida isla.
Raúl Rivero es su abanderado, pero detrás
hay otros muchos, más o menos conocidos,
anónimos algunos de ellos, pero que merecen
el mismo apoyo internacional para que se logre
su liberación inmediata.
Carlos Vidal Prado es profesor
titular de Derecho Constitucional en la UNED
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