Especialistas
opinan sobre la derogación del dólar en Cuba
La opinión de Gideon
Lichfield, editor de la revista The Economist,
y Richard Lapper, editor para América latina
del Financial Times
La
Nación Line, Argentina, 26 de octubre
de 2004.
El gobierno de Cuba anunció que pondrá
fin a la circulación del dólar estadounidense
en la isla, lo cual, en opinión de economistas,
permitirá a las autoridades obtener más
control sobre los cientos de millones que envían
los cubanos radicados en el extranjero.
BBC Mundo conversó con expertos de medios
de prensa económicos británicos,
quienes ofrecen las primeras reacciones a la decisión
anunciada por La Habana.
Gideon Lichfield, editor de la revista The
Economist
Hay tres aspectos. Primeramente, esto parece
parte de una tendencia general que Castro ha demostrado
en el último par de años de tratar
de restringir el negocio privado y el uso de dólar
para que el Estado tenga más control sobre
la economía.
Lo segundo es que se trata también de
una reacción a las sanciones que Estados
Unidos ha estado imponiendo para restringir el
flujo de dólares a Cuba.
Y luego lo tercero, es la intención política.
Parece que Castro quiere demostrar al pueblo cubano
que después de la caída que sufrió
hace unos días no está inhabilitado,
sino fuerte y en control. Él habló
durante 3 horas en la televisión a pesar
de las fracturas que sufrió.
Estas medidas tendrán un efecto enorme
sobre la población, e incluso sobre la
industria turística. Yo creo que al principio
esto va a fortalecer las reservas del tesoro,
pero a medida que el turismo se frene y las remesas
tal vez disminuyan, los efectos van a ser negativos
y el resultado a largo plazo puede ser una caída
en momentos en que el Estado no puede financiar
la infraestructura básica.
Lo que Castro está haciendo es una medida
arbitraria que la anuncia con apenas dos semanas
de anticipación. Hacer política
económica de esa forma contribuye a la
inseguridad.
Puede que el país maneje esto de una manera
adecuada, pero es difícil creer que esto
ha sido planeado por economistas, sino que tiene
un mensaje político.
Castro permitió la circulación
del dólar en los años noventa cuando
la economía sufrió una caída
muy fuerte, y nunca le gustó mucho la idea.
Ha tardado tal vez más tiempo de lo que
él quería en revertir la medida.
Richard Lapper, editor para América
latina del Financial Times
En principio esta medida va a complicar la vida
para la población cubana que padece una
grave crisis de energía, de agua.
Un resultado es que la población acudirá
a la economía negra o informal en vez de
cambiar sus dólares en las tiendas oficiales.
Esa práctica ha existido antes y ha sido
muy reprimida, pero la economía informal
en Cuba es gigantesca.
La gente con la que yo he hablado en Cuba, la
gente en ciudades pequeñas como Santa Clara
o Camagüey que recibe un poco de dinero de
sus familiares en La Florida, va a tener una existencia
mucho más complicada ahora con este gravamen
que va a frustrar sus vidas.
Los cubanos usan los dólares provenientes
de Estados Unidos para adquirir productos básicos
como pasta de dientes o cosas muy simples que
no son accesibles en Cuba.
Igualmente para los cubanos en Estados Unidos
se complicará adquirir otras monedas aparte
del dólar, como el euro o la libra esterlina,
y los bancos seguramente harán que esto
se haga difícil.
Está claro que cada vez que se endurece
el embargo estadounidense el presidente Castro
consolida su control de la economía. Esto
es ya algo predecible. Castro responde de esta
manera.
Esto para mí es un juego político.
Para Castro siempre fue muy vergonzoso tener al
dólar como la moneda principal de Cuba.
Se trata de un juego retórico. Es más
una medida de hostigamiento a la población
para aplicar más controles.
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