PRENSA INTERNACIONAL
Octubre 25, 2004
 

La sordera de Castro y la mudez de Zapatero

Alejandro Gómez, El Nuevo Herald. 24 de octubre de 2004.

Cuando Jorge Semprún, escritor y ex ministro de Cultura español, era el Federico Sánchez que entraba a España clandestinamente a conspirar contra el el general Francisco Franco y, un poco más tarde, cuando Felipe González, luego jefe de gobierno durante 14 años, era el Isidoro que dirigía el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), si alguien les hubiera propuesto dialogar con el Caudillo lo hubieran mirado como a un marciano.

La manera franquista de tratar con la oposición eran el fusilamiento y la cárcel. Cualquier semejanza con Cuba no es coincidencia, ya que Fidel Castro fue admirador de José Antonio Primo de Rivera. Ahora, el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero se ve involucrado en un conflicto que no debería haber hecho suyo. La Habana impidió la entrada de un diputado del Partido Popular y dos colegas holandeses de centro derecha. Si bien la protesta española no se hizo esperar, hubo algunas sugerencias en el sentido de que el diputado expulsado se las había buscado, como si fuera objetable la intención de ir a solidarizarse con los disidentes y presos políticos cubanos.

Por otra parte, Zapatero ha dicho que quiere que la Unión Europea vuelva al diálogo con el gobierno de La Habana, lleno de cortocircuitos desde la detención de 75 disidentes en el 2003. Nadie duda de sus buenas intenciones pero los hechos indican palmariamente que eso es imposible. Castro no dialoga ni con su gente más cercana.

España, después del distanciamiento del anterior presidente de gobierno, José María Aznar, ha vuelto a la Unión Europea con más fuerza y su opinión tiene peso en el tema cubano. Su embajador en la isla, Carlos Alonso Zaldívar, dijo que su gobierno quería escuchar y reunir a todo el mundo. Como La Habana no se reúne ni escucha, Zapatero tendrá que elegir entre los cubanos y su nomenclatura.

Lo éticamente correcto es ayudar a los disidentes a consolidarse, luchar por la libertad de los presos y tratar de que la vida de los cubanos sea un poco menos dura. Y si Zapatero opta por la democracia en Cuba como su partido optó por la democracia en España, tiene un gran papel que jugar en América Latina. Más que la Unión Europea, es ese el ámbito donde hay que lograr que se le diga basta al castrismo.

El consenso de presidentes como el brasileño Luis Ignacio Da Silva o el chileno Ricardo Lagos, incluyendo al probablemente próximo gobernante uruguayo Tabaré Vázquez, es la necesidad de construir un capitalismo eficiente, que genere riqueza y empleos. El modelo cubano, si así se le puede llamar, ha terminado por ser un cruel experimento de un hombre cuyo único objetivo es el poder.

Así puesta la cosa, a la hora de elegir, Zapatero no tiene por donde perderse. Al menos, si quiere seguir la tradición de su partido de luchar por la democracia.

IMPRIMIR



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:


CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster