La
técnica se vuelve fría; prefiero la pasión: Hong
El bailarín cubano forma
parte de la Compagnie Marie Chouinard de Quebec,
Canadá
Juan Solís/Enviado. El
Universal. México, 14 de octubre de
2004.
GUANAJUATO.- Para el bailarín cubano Julio
Hong, la pasión en el arte es más
importante que la técnica, y la danza contemporánea
es un lenguaje propicio para decir lo que se lleva
adentro.
"La danza clásica está encuadrada
en un formato del cual no puede salir -asegura
en entrevista-. Lo más importante para
un artista es poder transmitir algo, y eso no
sólo es trabajo de la técnica. Yo
prefiero la pasión a la técnica,
porque se ha vuelto fría, sin alma."
A sus 29 años, Julio Hong es el único
bailarín latino en la compañía
de danza más prestigiada de Quebec, la
de la coreógrafa Marie Chouinard, que este
jueves presentará en el Teatro Juárez
de esta ciudad, las coreografías Les 24
Préludes de Chopin y Le Cri du Monde ,
en el marco del 32 Festival Internacional Cervantino.
Danza que abreva en cualquier fuente, que se
nutre de todo, así es la propuesta de la
Compagnie Marie Chouinard, que desde 1990 ha marcado
todo un estilo en el panorama artístico
canadiense.
Hong es uno de los 10 bailarines que integran
la compañía. Llegó hace seis
años a hacer una audición. Estuvo
a prueba un día, luego una semana y finalmente
logró estar de manera permanente en el
grupo.
No fue fácil integrarse a la danza contemporánea,
luego de haber adquirido en Cuba una formación
clásica. "Yo siempre digo que existe
la danza contemporánea, por un lado, y
por otro el trabajo de Marie Chouinard. Como bailarín
debes tener una gran noción de los movimientos
orgánicos internos. Es un trabajo mágico,
de cierta manera. Me costó trabajo lograr
que los resultados se dieran de una manera suave
y bonita."
Gracias en parte al apoyo de sus compañeros,
logró adaptarse al grupo y a Québec,
"provincia de Canadá que además
de bella es abierta a los inmigrantes." No
obstante vivió cinco años en México,
país al que considera su segunda casa y
"que me dio mi libertad como ser humano."
Para Hong, "la eficacia del grupo radica
principalmente en la experiencia artística
de Marie Chouinard. La compañía
ha llegado hasta el nivel que tiene también
por la disciplina, la rigidez y la madurez de
todos los que la integramos."
Trabajan de ocho a 10 horas diarias. Inician
con una clase de danza, pilates, yoga o ballet.
El ensayo es de una a cinco de la tarde. Cuando
están en proceso de creación, las
jornadas son de 40 horas semanales, mínimo.
El objetivo es que no haya lastimaduras ni molestias
corporales. De haberlas, la compañía
debe cubrir las ausencias con base en el trabajo
extra de los integrantes.
Todo el esfuerzo se canaliza en el encuentro
con el público, que no siempre acude a
la danza contemporánea como lo hace con
el ballet clásico.
"Se trata de abrir los ojos -espeta Hong-.
De darse cuenta de que la vida es evolución.
México es un país conservador y
eso evita que el arte contemporáneo se
divulgue como debe ser. Los artistas debemos lograr
que el público conservador vea a la danza
contemporánea como un horizonte, un trabajo
sin fronteras."
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