Eurodiplomacia
y castrismo
Pablo
Alfonso, El Nuevo Herald,
21 de octubre de 2004.
Como habíamos anticipado hace dos semanas
en esta columna, el comité del Consejo
de la Unión Europea (UE) sobre América
Latina, se reunió ayer en Bruselas para
examinar la propuesta española que busca
desbloquear las sanciones diplomáticas
a Cuba. El comité acordó encargar
a los embajadores de la UE en La Habana que elaboren
un informe sobre la situación en Cuba que
sirva de base para analizar el próximo
16 de noviembre la propuesta Madrid, si el régimen
cubano ofrece gestos positivos en materia de derechos
humanos.
Sin embargo, aunque la diplomacia española
se esfuerza por desbloquear las medidas que la
UE adoptó contra la dictadura cubana el
pasado año, por el encarcelamiento de 75
opositores políticos, el régimen
de Fidel Castro mantiene su intransigencia a permitir
cualquier apertura política en la isla.
Buscando cómo anclar las gestiones diplomáticas,
la vicepresidenta primera del gobierno español,
María Teresa Fernández de la Vega,
pidió ayer a Cuba ''gestos'' en relación
los presos políticos y abogó por
la necesidad de que ''mejore'' la vida de los
cubanos y se respeten sus derechos "de una
vez por todas''.
''Está claro que el gobierno cubano está
completamente encasillado en una situación
inaceptable'', afirmó la funcionaría
a la cadena española de televisión
Telecinco.
Pero mientras Madrid pide ''gestos'' a La Habana,
el canciller cubano Felipe Pérez, advirtió
que la estrategia de la UE de presionar a Cuba
ha llevado a las relaciones entre ambos a "un
callejón sin salida''.
''La política de la UE está condenada
al fracaso. No se puede presionar a Cuba'' dijo
Pérez a la prensa durante una recepción
en honor de, Steve Stevaert, presidente del Partido
Socialista de Bélgica de visita en la isla.
Pérez aprovechó la ocasión
para calificar de ''bufón que busca protagonismo'',
al parlamentario español, Jorge Moragas,
secretario de Relaciones Internacionales del Partido
Popular, quien el pasado sábado fue expulsado
de Cuba, en compañía de la parlamentaria
holandesa, Kathleen Ferrier, cuando se proponían
ingresar a la isla para apoyar a los opositores
internos.
La expulsión de Moragas y Ferrier ha tenido
serias repercusiones para la dictadura cubana,
tanto en Madrid como en Amsterdam y Bruselas,
sede de la UE.
''Fui expulsado y además hay pruebas.
Lo que a mí me dijo el funcionario de inmigración
que me expulsó ha quedado grabado y lo
ha escuchado todo el mundo: usted es expulsado
de Cuba'', relató Moragas ayer durante
una reunión extradordinaria del Buró
Político del Partido Popular Europeo (PPE)
que aprobó una resolución de condena
por la "expulsión''de ambos parlamentarios.
''Lo más grave es que no me dejaron hablar
con el representante diplomático.Y no por
que yo sea diputado, todo ciudadano español
que es retenido durante tres horas y le son retirados
sus documentos de viaje tiene derecho a la asistencia
consular'', apuntó Moragas, quien aseguró
que el régimen castrista violó en
su caso la Convención de Viena de 1961
sobre relaciones diplomáticas.
La resolución del PPE que agrupa a 64
partidos europeos, fue presentada formalmente
por su presidente, el belga Wilfred Martens. El
documento rechaza cualquier ''suavización''
en la posición común de la UE frente
a Cuba o en las medidas de sanción diplomática
adoptadas en junio de 2003, si las autoridades
cubanas no liberan antes todos los presos políticos
o de conciencia.
''La UE no tiene que dar el primer gesto, el
primer gesto corresponde siempre a aquel que ha
producido la violación. No confundamos
verdugos con víctimas'', dijo Moragas al
reclamar de La Habana la liberación ''inmediata
e incondicional'' de todos los presos políticos.
palfonso@herald.com
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