PRENSA INTERNACIONAL
Octubre 13, 2004
 

Opositores abandonan la recepción por el Día de la Hispanidad y critican discurso del embajador español

Encuentro en la red, 13 de octubre de 2004.

Representantes de la oposición interna cubana abandonaron este martes la recepción por el Día de la Hispanidad, a la que habían sido invitados por la Embajada de España en Cuba.

Según la agencia EFE, Martha Beatriz Roque, una de las líderes de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, y Oswaldo Payá, coordinador del Movimiento Cristiano Liberación y Premio Sajarov del Parlamento Europeo, abandonaron la residencia del embajador español Carlos Alonso Zaldívar, tras escuchar el discurso del diplomático.

Zaldívar dejó claro que España quiere liderar el proceso de cambio de la "insatisfactoria" relación entre la Unión Europea (UE) y Cuba, e insistió en la voluntad del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de impulsar el diálogo con La Habana.

"Lamentablemente, la actual situación de las relaciones entre Cuba y España, y Cuba con la Unión Europea, es profundamente insatisfactoria", dijo.

Para superar esta situación, se ha iniciado una "reflexión" en la UE que ha permitido llegar a "un consenso sobre la dudosa utilidad práctica de las medidas de junio de 2003 y la necesidad de sustituirlas por un instrumento más eficaz".

El diplomático reconoció que aún no hay acuerdo, pero opinó que lograrlo será cuestión de tiempo "y no de mucho".

"Queremos superar (la situación actual) de acuerdo con el resto de la Unión y, no lo ocultamos, España quiere liderar ese proceso", afirmó el embajador, y añadió que le habría gustado contar con miembros del gobierno cubano en la recepción por el 12 de octubre.

"Esperamos que pueda haber representantes del gobierno en las próximas fiestas nacionales", mientras tanto, "aspiramos a trabajar en línea con el gobierno de Cuba, con quienes disienten de su política, y con todo el pueblo cubano", concluyó.

La postura española había levantado una gran expectación por la posibilidad de que decidiera no invitar a disidentes, rompiendo el acuerdo alcanzado por la UE en junio de 2003 en protesta por el encarcelamiento de 75 opositores.

Las dudas se disiparon a finales de la pasada semana, cuando Madrid anunció su decisión de invitar a los opositores para evitar una ruptura de la postura comunitaria. Representantes de unas 14 organizaciones de la oposición interna habrían sido invitados a la recepción, según Europa Press.

No obstante, el discurso de Zaldívar levantó reacciones encontradas entre la disidencia y los diplomáticos europeos asistentes.

Oswaldo Payá consideró que la política europea "ha dado buenos resultados" y ha transmitido al pueblo cubano el mensaje de que "no está solo".

"Si no hay diálogo es por el gobierno cubano, no es culpa de Europa", afirmó Payá. Pero Madrid "está en su derecho de volvernos a invitar o no", agregó.

Elizardo Sánchez Santacruz, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), opinó que es importante que España asuma un papel de liderazgo en las relaciones con Cuba y que un cambio de estrategia de la UE no sería criticable si el gobierno cubano responde con hechos.

Pero "no creo que lo haga", dijo. "Ojalá la diplomacia española tenga éxito, yo lo dudo mucho", comentó.

Vladimiro Roca, presidente del Partido Socialdemócrata de Cuba, afirmó, por su parte, que el mensaje de Zaldívar "demuestra la debilidad del gobierno de Zapatero, demuestra que no tiene clara su posición hacia Cuba".

La mayoría de los diplomáticos europeos reaccionaron con sorpresa ante el contenido político del discurso del embajador y se mostraron escépticos sobre un posible cambio a corto plazo en la estrategia comunitaria hacia La Habana.

"Ha sido un discurso de equilibrismo", dijo un diplomático europeo, y agregó que no será fácil para España liderar un cambio en la UE, porque "no hay consenso, los mecanismos están muy institucionalizados y hay que seguir un largo proceso".

Otros calificaron "interesante" e "ilustrativa" la declaración de Zaldívar, aunque, dijo uno de los asistentes, "parece que se está tratando de hacer un ejercicio para quedar bien con todo el mundo".

En junio de 2003 la UE anunció un paquete de medidas diplomáticas contra La Habana para protestar por el encarcelamiento masivo de disidentes. Entre las disposiciones europeas la que más molestó al gobierno de Fidel Castro fue la de invitar a opositores y familiares de presos políticos a las celebraciones de fiestas nacionales en las embajadas en la Isla.

El régimen cubano respondió a las sanciones diplomáticas boicoteando las gestiones de las embajadas europeas ante ministerios y organismos cubanos, y limitando los contactos con funcionarios de alto rango de la Isla.

 

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