Menoyo
y Praga
Juan Suárez Rivas / El
Nuevo Herald, Octubre 5, 2004.
El 24 de septiembre pasado Eloy Gutiérrez
Menoyo publicó un penoso artículo
en El Nuevo Herald.
En ese texto, Los dólares no compran primaveras,
le explica al ex presidente Havel que no debe
asociarse con personas, presuntamente exiliados
y opositores que, "lejos de responder a la
nación cubana, sirven de asesores, intrigantes
y virtuales criados de los sectores más
extremistas de los servicios de inteligencia norteamericanos,
voceros de las corrientes más elitistas
del peor neoliberalismo, defensores de la ilegal
guerra en Irak y auspiciadores de inescrupulosos
planes de desestabilización contra Cuba''.
Esta andanada contra los que recientemente nos
reunimos en Praga con varios ex presidentes, ex
jefes de gobierno y diputados de medio mundo para
denunciar la violación de los derechos
humanos en Cuba no debe extrañar a nadie.
Hace pocas semanas, en julio, a su paso por Madrid
con el objeto de participar en el Congreso del
Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
Menoyo dijo cosas aún más ofensivas
contra los demócratas de la oposición
interna a los que el gobierno de Castro les negó
el permiso de salida y reingreso a la isla que
a él gentilmente le concediera. Menoyo
comentó que Oswaldo Payá y Vladimiro
Roca no habían viajado a España
a participar en ese mismo evento porque habían
preferido quedarse en Cuba para celebrar el 4
de julio en la Oficina de Intereses de los Estados
Unidos.
Es evidente que una de las funciones de Menoyo
que más beneficia al gobierno cubano es
la de intentar desacreditar a la oposición.
Pero hay otras: también trata de presentar
a la dictadura de Castro como un gobierno a veces
benévolo, pese al asedio cruel del imperialismo
norteamericano.
En su artículo dijo lo siguiente: ''Hemos
pedido la amnistía y no cesamos de pedir
la salida de los presos, hecho que aplaudimos
en cada gesto de buena voluntad de los que ha
dado gradualmente este gobierno en las últimas
semanas''. Supongo que entre esos ''gestos de
buena voluntad'' Menoyo no incluye las constantes
pateaduras a los presos políticos o los
degradantes maltratos a Raúl Rivero o al
doctor Oscar Elías Biscet, denunciados
por sus heroicas esposas.
El resumen de todo esto es muy triste y muy simple:
el señor Gutiérrez Menoyo y su ''Cambio
Cubano'' --como ya no ignoran las cancillerías
vinculadas a los asuntos de la isla-- en el terreno
práctico no son unas expresiones excéntricas
de la disidencia enfrentadas a la dictadura, y
ni siquiera son el producto de una visión
ideológica distinta y radical. Como sospechan
y afirman los verdaderos disidentes dentro de
la isla, y como en privado repiten numerosos diplomáticos
expertos en la materia, Menoyo y su ''Cambio''
están dedicados a descalificar a los demócratas
de la oposición y a tratar de confundir
(sin demasiado éxito) a sus aliados en
el plano internacional.
Estos disidentes y estos diplomáticos
sospechan que los oficiales del MININT que ''atienden''
a Menoyo en Cuba lo felicitan por sus declaraciones
y lo animan a continuar por esos derroteros.
No nos debería sorprender si un día
el señor Menoyo, como han hecho otros servidores
del régimen antes que él, cuenta
cómo se infiltró en la oposición
para tratar de descalificarla. Al fin y al cabo,
no sería la primera vez que Menoyo sirva
como delator, como ''agente provocador'' o como
ambas cosas.
Es con pena que redacto estas líneas.
Callaría si no fuese porque sé que
muchos de los que desearían responderle
enérgicamente están impedidos de
hacerlo. Su mezquindad merece la condena general
de la nación.
Vicepresidente de la Unión Liberal Cubana.
Fue uno de los invitados a la Cumbre de Praga.
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