Alpha 66 mantiene política de cambio radical en
Cuba
Entrevista al nuevo líder
de la organización, el ex prisionero político
Ernesto Díaz Rodríguez, quien quiere
dejar claro que Alpha "no es un grupo terrorista",
ni se le puede acusar de "haber cometido
actos terroristas".
Por Jesús Hernandez Cuellar.
CONTACTO
Magazine, 27 de noviembre de 2004.
El nuevo líder de la organización
anticastrista cubana Alpha 66, Ernesto Díaz
Rodríguez, se propone llevar a cabo una
labor que permita entender claramente que Alpha
"no es un grupo terrorista", sino un
proyecto que defiende el "derecho de los
cubanos a luchar por la libertad de Cuba".
Díaz Rodríguez, de 65 años
y ex prisionero político que pasó
22 años y medio en las cárceles
de Fidel Castro, fue elegido secretario general
de Alpha 66 luego de la muerte en octubre de 2004
del dirigente histórico de la organización,
Andrés Nazario Sargén.
Con buenas amistades entre los líderes
de los países ex comunistas de Europa,
incluido el ex presidente polaco Lech Walesa y
otros dirigentes del sindicato Solidaridad, Díaz
Rodríguez conservará la estrategia
de "combate por un cambio radical" en
Cuba "sin esperar por la muerte de Castro".
En los últimos 10 años, Díaz
Rodríguez ha visitado 18 países
en labor proselitista contra el régimen
comunista cubano, como parte del grupo de ex prisioneros
políticos conocido como "Plantados
por la Libertad y la Democracia en Cuba",
del que son miembros figuras como Mario Chanes,
el hombre que más años ha estado
en prisión (30 años) por razones
políticas en el mundo; Eusebio Peñalver,
el hombre negro que igualmente más tiempo
ha estado preso (28 años), un año
más que el surafricano Nelson Mandela;
Angel de Fana, otro activista que pasó
20 años tras las rejas en Cuba, y Javier
Denis, que estuvo encarcelado 15 años.
Ahora, Díaz Rodríguez se siente
optimista de que a través de Alpha 66 su
lucha por la democratización de Cuba encuentre
horizontes paralelos, especialmente con el equipo
humano de la organización, encabezado en
la oficina de Miami por Sonia Barge, "el
alma ejecutiva" del grupo, y la conocida
activista Maritza Lugo, que llegó al exilio
hace pocos años.
A propósito de una visita a Los Angeles,
ContactoMagazine.com sostuvo el siguiente diálogo
con Díaz Rodríguez.
¿Cuáles son sus planes como nuevo
secretario general de Alpha 66?
- Creemos en la estrategia de producir un cambio
radical en Cuba. Queremos llevar también
una política más amplia a nivel
internacional para que se entienda que Alpha 66
no tiene nada que ver con el terrorismo. Es una
organización de combate, con la estrategia
que tuvieron los héroes independentistas
cubanos José Martí, Máximo
Gómez y Antonio Maceo. Alpha nunca ha cometido
un acto terrorista, sus mártires, como
el coronel Vicente Méndez, murieron en
combates frontales con las tropas de Castro o
en paredones de fusilamiento por alzarse en armas.
La Declaración Universal de los Derechos
Humanos de la ONU señala en su introducción
que esos derechos se deben respetar para que los
pueblos "no se vean compelidos a usar el
supremo recurso de la rebelión contra la
tiranía y la opresión". Nos
solidarizamos con los grupos derechos humanos
que tienen estrategias similares a las nuestras,
pero no aceptamos utilizar la estructura del régimen
para producir un cambio. Estamos ampliando nuestras
oficinas en Miami y nuestro campamento "Rumbo
Sur", de entrenamiento militar.
¿Esa estrategia no les crea conflictos
con el gobierno de Estados Unidos?
_ No nos crea conflictos. Por supuesto, no llevamos
a nuestro campamento explosivos ni nada de eso,
pero sí hacemos prácticas de tiro,
de karate y judo, para poder tener la capacidad
de luchar cuando se den las condiciones. Son actividades
totalmente legales en Estados Unidos. Ojalá
la solución para Cuba se produzca por medios
pacíficos, pero tal vez no ocurra así.
¿Cuáles son esas condiciones que
se deben dar?
- Por ejemplo, un estallido social, una revuelta
popular. Si el pueblo cubano descubriera lo débil
que es el régimen, ya Cuba habría
cambiado. Pero varias generaciones de cubanos
han crecido con el policía en la mente.
Por otra parte, necesitamos que Estados Unidos
nos desate las manos. No podemos seguir con la
política de los acuerdos Kennedy-Krushov.
Debemos tener el derecho y el privilegio de poder
luchar por la libertad de nuestro país.
Parece ser que una gran mayoría de cubanos,
dentro y fuera de Cuba, cree que el cambio no
se producirá hasta la muerte de Fidel Castro.
- No podemos esperar por la muerte de Castro.
Si esto ocurriera sería una gran derrota
para todos nosotros. No queremos formar parte
de una república compartida con aquéllos
que han reprimido al pueblo cubano durante casi
46 años. No aceptamos la Constitución
de 1976 ni nada hecho por el régimen en
ese sentido, pero sí la Carta de Naciones
Unidas. Nuestros amigos de los países ex
comunistas de Europa nos han alertado sobre situaciones
que se han dado allá, son consejos útiles.
Por ejemplo, muchos miembros de los desaparecidos
regímenes comunistas forman parte ahora
de la nueva clase empresarial que se ha enriquecido.
No queremos que eso pase en Cuba.
¿Qué pasaría, por ejemplo,
si Estados Unidos decidiera emprender una operación
militar en Cuba como ocurrió en Afganistán
e Irak?
- No estamos propugnando que Estados Unidos haga
nuestro trabajo, pero si Bush decidiera invadir
Cuba, no podemos hacer nada por evitarlo. Es igual
que con la política del embargo. Apoyamos
el embargo porque creemos que mientras menos recursos
tenga el régimen menos represión
puede ejercer. Pero no podemos hacer nada para
que se mantenga o se suspenda el embargo.
Se dice que a casi 46 años de régimen
comunista y de exilio, no hay muchos cubanos dispuestos
a utilizar la vía militar para derrocar
a Castro.
- Dentro de Cuba, como hablamos antes, hay generaciones
que crecieron en medio de la represión
y la propaganda castrista, pero aun así
hay células nuestras allí. Por otra
parte, cada vez más cubanos aquí
se incorporan a Alpha, son personas con condiciones
físicas apropiadas para emprender la lucha
armada. Necesitamos todavía más
hombres y más recursos.
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