Rodríguez
Zapatero le pidió a Fidel ir a la democratización
Infoabe, Argentina, 18 de noviembre
de 2004.
El presidente español
habló de exigir cambios a la isla: "Es
por la convicción que tenemos de que ese
régimen tiene que cambiar a fondo"
EFE. El presidente del Gobierno español,
José Luis Rodríguez Zapatero, ha
declarado a EFE que el régimen de Fidel
Castro debe realizar cambios rápidos y
firmes hacia la democratización de Cuba.
"España tiene un compromiso importante
de inversión económica en Cuba y
lo que queremos es ayudar a los cambios, propiciarlos,
exigirlos si es necesario desde la política
y desde la convicción que tenemos de que
ese régimen tiene que cambiar a fondo",
dijo Rodríguez Zapatero en una entrevista
exclusiva con la Agencia EFE.
El jefe del Ejecutivo añadió que
el Gobierno español cree que el régimen
cubano tiene que cambiar "profundamente",
tiene que dar "pasos rápidos y firmes"
hacia la democratización y hacia un respeto
mayor de los derechos y libertades públicas.
"Al mismo tiempo, España tiene un
compromiso importante con el pueblo cubano. España
desea que los ciudadanos cubanos tengan las mejores
posibilidades económicas y sociales",
afirmó Zapatero en la entrevista, realizada
el pasado martes en el Palacio de la Moncloa con
motivo de la Cumbre Iberoamericana que comienza
mañana, viernes, en San José de
Costa Rica.
"Deseo y espero cambios en el régimen
de Cuba, sobre todo, de una manera muy especial
con aquellas personas que están privadas
de libertad por ejercitar la libertad de expresión
o por ser opositores", precisó.
El jefe del ejecutivo basó su petición
en una "doble legitimidad" que Fidel
Castro sabe: "este Gobierno tiene el mejor
deseo para el pueblo cubano y no tiene ningún
interés partidista a la hora de establecer
exigencias y peticiones en pro de las libertades
y los derechos fundamentales en Cuba".
"Creo que (el régimen de Castro)
nos puede y nos debe escuchar con toda la seriedad
y sabiendo que, como hemos demostrado a lo largo
de la historia en el Gobierno y en la oposición,
no queremos más que un futuro positivo
para Cuba", agregó el Jefe del Ejecutivo
español, que asumió el cargo el
pasado mes de abril.
En otra parte de la entrevista, Rodríguez
Zapatero abogó por un giro social en las
políticas económicas en Iberoamérica
y por lograr "una voz propia y fuerte"
de esta región en el mundo frente a la
política del anterior Ejecutivo que, en
su opinión, se fundamentaba sólo
en criterios económicos.
El jefe del Ejecutivo avanzó su deseo
de transmitir en San José el compromiso
de España, "más fuerte que
nunca", por la estabilidad democrática
y el desarrollo social de la región, al
tiempo que juzgó que el llamado "consenso
de Washington" no ha logrado los resultados
queridos.
Como "consenso de Washington" los expertos
definen el conjunto de políticas económicas
y duros ajustes fiscales impuestos por Estados
Unidos y el Fondo Monetario Internacional en las
últimas dos décadas. Sus críticos
le achacan el empobrecimiento y las crisis sociales
que padece la región.
Rodríguez Zapatero lamentó que
a muchos países se les haya exigido estabilidad
económica, apertura y liberalización,
pero no se haya defendido un desarrollo social
sin el que cree que no es posible el crecimiento
económico.
Además, el jefe del Ejecutivo situó
también como una de las principales diferencias
con la política del anterior Ejecutivo
el hecho de que su Gobierno desee "una voz
poderosa y propia" para Iberoamérica
en el mundo.
El deseo de un giro social es lo que cree que
ha llevado a que muchos países iberoamericanos
cuenten en la actualidad con gobiernos de izquierda
(el último ejemplo recordó que es
Uruguay) y a poner fin al "consenso de Washington",
que precisa que era "una política
liberal o neoliberal en lo económico pero
ausente en lo social".
"Lo que ha dicho Latinoamérica -añadió-
es que desea políticas sociales, y yo quiero
decir a los latinoamericanos que estoy de acuerdo
con ese mensaje y que en España hay un
Gobierno que va a apoyar ese giro social".
Rodríguez Zapatero consideró que
en la mayoría de los países iberoamericanos
se dan las condiciones que permiten una "segunda
ola" de inversiones españolas, esta
vez protagonizada por las pequeñas y medianas
empresas.
No cree que la relación actual entre España
y Estados Unidos y las discrepancias sobre Irak
puedan provocar un especial choque de intereses
entre los dos países, ni en el ámbito
inversor ni en otras actuaciones compartidas en
Iberoamérica.
"Ha habido una discrepancia profunda en
la que hay que tener una actitud de respeto a
la posición de cada uno de los Gobiernos,
pero, desde luego, el Ejecutivo de España
está dispuesto a colaborar con el estadounidense
en actuaciones en Latinoamérica",
garantizó.
El presidente del Gobierno consideró que
tales discrepancias se están superando
y subrayó que, de todas formas, esas divergencias
forman parte de la esencia de las relaciones internacionales
"entre países libres y democráticos".
Rodríguez Zapatero expresó su optimismo
y confianza en el futuro de Argentina ya que cree
que invitan a ello todos los datos sobre la situación
en esa nación, y su presidente, Néstor
Kirchner, "tiene la fortaleza y la visión
clara" de que su país "tiene
que ser respetado ante sus compromisos internacionales".
Para Rodríguez Zapatero, Argentina tiene
un enorme potencial de riqueza natural y de sus
personas, que dijo que son "gente culta,
el capital más importante de desarrollo".
"Yo me siento muy cerca de tantos argentinos
que piensan que no hay derecho a lo que pasó
en su país", añadió
el jefe del Ejecutivo en alusión a la grave
crisis que sufrió la nación sudamericana
en los primeros años de la actual década.
Analizó igualmente la situación
de Venezuela, país en el que cree que ha
habido "un antes y un después"
del referéndum revocatorio del pasado 16
de agosto que tuvo "un resultado claro"
(a favor del presidente Hugo Chávez).
Ahora juzga que Chávez y la oposición
"deben recuperar las pautas normales de la
democracia en un país con enormes posibilidades
de desarrollo económico y social".
El presidente del Gobierno agradeció la
colaboración en la lucha antiterrorista
que ha comprobado en todos los países iberoamericanos
y adelantó su intención de exponer
en la cumbre de San José su idea de una
Alianza de Civilizaciones que confió que
cuente con el apoyo de esta comunidad.
Analizó igualmente los problemas de la
inmigración y defendió la nueva
orientación de esa política impulsada
por su Gobierno para, una vez aprobado el Reglamento
de Extranjería, tener tres meses de regularización
de inmigrantes con contrato de trabajo.
Esta es una medida que asegura que beneficiará
a muchos inmigrantes iberoamericanos "que
están en la sombra" y que van a conseguir
la legalidad.
"Yo quiero que los latinoamericanos que
trabajen en España se sientan como en su
casa en derechos y que vengan cuando haya posibilidades,
con todas las garantías y con toda la legalidad",
insistió el jefe del Ejecutivo.
Rodríguez Zapatero destacó igualmente
su apoyo a los procesos de integración
comercial y defendió que Iberoamérica
empiece a asumir compromisos internacionales en
el ámbito de la ONU (pone como ejemplo
la misión de estabilización de Haití)
y por relanzar las cumbres iberoamericanas.
Un relanzamiento que de forma especial desea
protagonizar España el próximo año,
cuando organice en Salamanca la XV cumbre iberoamericana,
dijo.
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