'Suite
Habana' seduce y se enrumba hacia el premio
Luis Alfredo Maldonado, Enviado
Especial a Cuenca. El
Comercio, Ecuador, 17 de noviembre de 2004.
La jornada del lunes fue ajetreada en el Festival
de Cine de Cuenca. La programación en la
U. de Cuenca fue alterada en su totalidad y el
público corría de un lado al otro
sin saber cuáles cintas se proyectaban
y cuáles no.
Sin embargo, la espera y las complicaciones quedaron
de lado para quienes lograron ver "Suite
Habana", de Fernando Pérez. Cinta
cubana de la competencia oficial, que definitivamente
salvó la tarde y se presenta como favorita
para llevarse el Platón de Barro.
"Suite Habana" es uno de aquellos filmes
que exploran esa borrosa línea que separa
a la ficción de la realidad y con una poética
visual, sonora y musical muy peculiar, logra conmover
y hasta arrancar las lágrimas de los espectadores.
El escenario es La Habana. El filme no tiene
diálogos ni entrevistas. Solo hay espacio
para sugerentes imágenes, impecables composiciones
musicales y los sonidos cotidianos de la vida
habanera.
Pérez relata así la vida de 10
personajes de la capital cubana: un niño
sin madre, la abuela que vende maní, el
bailarín que adora a su mamá, el
payaso nostálgico, el hombre que escapa
a Miami
todos con sus sueños y sus
frustraciones, con sus encuentros y desencuentros.
Pero también está la ciudad, su
movimiento nocturno, sus trabajadores, sus mujeres
que menean las caderas al ritmo de una olla de
presión por estallar. La Habana se pinta
aquí con sus aciertos y contradicciones,
con un Lennon de bronce bajo la lluvia y con una
revolución que se despedaza.
"Suite Habana" es una película
maravillosa de seductora narrativa que engancha
a la audiencia a pesar de que carece de diálogos.
Y es que estos no son necesarios pues los ruidos
de los viejos autos, los piñones de las
bicicletas, los frijoles que se cocinan, el martilleo
de un zapatero
hablan aquí por los
habaneros.
Fernando Pérez ha hecho una cinta que
aunque aparenta ser enternecedora, a la vez revela
que en la vida de los habitantes de la mítica
capital cubana también hay lugar para el
desencanto.
La nueva sede genera polémica
Sin duda el cambio de sede del Festival de Multicines
a la U. de Cuenca provocó varias reacciones
del público que asiste a las funciones.
Este Diario recogió varias opiniones de
la audiencia.
Pedro Andrade señala que "es positivo
que la muestra esté en la Universidad porque
el ambiente está acorde al objetivo de
la muestra, sin embargo los problemas técnicos
molestan".
Para Lorena Escudero, el cambio es bueno para
el futuro del Festival. "Creo que el reto
es que la Universidad mejore su infraestructura
en las próximas ediciones".
"Lo malo son los cambios repentinos de horarios.
La gente anda de un lado a otro y eso sí
es un problema", dice Sofía Valenzuela.
Andrés Bernal opina que "el festival
ha perdido con el cambio. Hay desorganización,
las películas no llegan y en los baños
no hay ni agua".
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