Cubanos
de EU se verán obligados a mandar más dinero a
la isla
La 'desdolarización'
impuesta por el gobierno de Castro encarece y
dificulta envíos
Rubén Moreno. Especial
para La
Opinión, Los Angeles, 9 de noviembre
de 2004.
Con la nueva disposición de Cuba de dejar
de utilizar el dólar como moneda de cambio
a partir de ayer, uno de los mayores problemas
que se le presenta a la comunidad cubana de Estados
Unidos es buscar alternativas para seguir mandando
dinero a la isla sin que sus familiares vean una
merma en la cantidad enviada.
Para aquellos inmigrantes cuyos parientes dependen
de remesas para sobrevivir mes a mes, no queda
más remedio que enviar una cantidad mayor
para combatir lo que se perderá entre comisiones
y gravámenes.
Aunque existe la posibilidad de transferir las
remesas a otras monedas como el euro o el dólar
canadiense, dado que éstas no están
sujetas a gravamen, indiscutiblemente los familiares
en EU se verán limitados en todos los casos.
"Nuestras familias van a recibir menos y
Fidel Castro recibirá más",
asegura Evelio de Rojas, un cubano que desde hace
nueve años envía remesas a su país
de origen.
"La situación no nos ha tomado por
sorpresa", añade, "y sabemos
que no es una medida contra el gobierno de Bush,
sino que lo que Fidel Castro quiere es recoger
todo lo que está en la mano de la población
para resolver la situación económica".
Se calcula que en promedio las familias envían
cien dólares por mes a Cuba. Lo que está
por verse ahora es si el flujo aumentará
o, por el contrario, disminuirá, aunque
todo parece indicar que se dará la primera
opción, debido a la necesidad de dinero
en Cuba y a las alternativas que se proyectan
para cambiar la partida de dinero por otra moneda
extranjera.
"No se trata de una idea que Castro haya
pensando en una sola noche, sino de una política
brillante y de una estrategia bien planificada
con vistas a su sucesión", según
afirma Hans De Salas, investigador del Instituto
Cubanoamericano de la Universidad de Miami.
"Para el gobierno de Castro resultará
una bonanza a corto plazo", dijo, pero agregó
que para ver los resultados de la llamada "desdolarización"
se deberá leer entre líneas y sopesar
esta medida junto a otras que pretenden centralizar
la economía de Cuba.
Si bien es cierto que hasta hoy no se podía
vivir sin dólares en la isla, a simple
vista la medida impuesta no mermará ni
el turismo ni el comercio internacional, debido
a la posibilidad de usar otras monedas para negociar.
De momento, las tendencias apuntan a que el ciudadano
cubano guardará parte de sus dólares
ante la incertidumbre sobre el futuro, lo que
crearía un posible mercado negro en la
isla. Sin embargo, como asegura Evelio de Rojas,
"no cabe duda de que Castro se va a beneficiar
de un 10% que no estaba percibiendo".
Según se ha indicado, no será ilícito
tener dólares en el bolsillo o en ahorros
personales. El plazo para que los cubanos puedan
cambiar sus dólares para realizar sus compras
sin pagar el 10% de gravamen se extendió
una semana más.
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