Iglesia
pide olvidar violencia en Cuba
AFP. Univision,
6 de noviembre de 2004.
LA HABANA, Cuba - La revista católica
Palabra Nueva llamó a eliminar la cultura
de la violencia en Cuba, y sustituirla por la
buena fe, la confianza y la responsabilidad social,
en su la edición que comenzó a circular
este sábado en La Habana.
Sueño de paz
"Es necesario romper con esa cultura de
la violencia física, verbal o psicológica,
remover el mito de creer que somos más
importantes por gritar más o por considerarnos
intransigentes y autoritarios", afirma en
su página de opinión el laico Orlando
Márquez, director de la publicación.
Palabra Nueva (mensual) es el órgano de
la Arquidiócesis de La Habana, que encabeza
el cardenal Jaime Ortega.
La publicación añadió que
la sociedad cubana "no es una sociedad compasiva;
solidaria sí, compasiva no. Incluso a altos
niveles. Se habla de paz, pero no se actúa
pacíficamente, ni compasivamente".
"El lenguaje de la guerra y de fuerza nos
acompaña cada día desde el amanecer,
en el matutino escolar o en la televisión",
agregó.
Palabra Nueva sostuvo que "la intolerancia
social y política es una actitud violenta
que reproduce la violencia y la intolerancia,
metiéndonos por los poros esa esencia envenenada
y acostumbrando a nuestras neuronas a la idea
de que ser autoritario y duro, decir que no y
ser intransigentes, es el único modo de
triunfar y ser respetados en este mundo".
"Prevalecer por la fuerza y la violencia,
por la imposición del miedo, no es triunfar
como seres humanos. Todo lo contrario, somos menos
humanos. No nos damos cuenta tal vez, pero estamos
heridos y la sociedad lo refleja", añadió.
La publicación propone "comenzar
a desplazar el castigo con la compasión,
el desprecio con la tolerancia (la auténtica
tolerancia, no el relativismo), la imposición
con el diálogo, la cultura de la violencia
y la muerte con la cultura de la vida y la esperanza".
"Fomentar la buena fe entre los ciudadanos,
la confianza y a compasión, puede crear
también personas responsables. Sólo
la responsabilidad construye", añadió.
Aclaró que "esto no depende del desarrollo
económico, por el contrario, pues difícilmente
se logre el desarrollo económico sin ciudadanos
responsables".
"La cultura de la violencia y la muerte
espanta, hiela el alma y enferma la sociedad.
Pero la cultura de la vida, solo posible fomentar
actuando de buena fe y respetando realmente la
vida propia y ajena, es lo único que puede
mantener nuestra confianza en el futuro de la
sociedad", concluyó.
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