Novela
recuerda a Cuba en "espanglish"
Univision
Online. EFE. 4 de Noviembre
de 2004.
BIRMINGHAM, Alabama - H.G. Carrillo debuta con
una novela sobre el exilio cubano y la persistencia
de Cuba en la memoria, escrita en un exuberante
"espanglish".
Una lectura oral
Desde el título explícitamente
incorrecto de Loosing my Espanish, Carrillo anticipa
el juego lingüístico que encontrará
el lector.
Escrita en un exuberante "espanglish",
esta novela es una larga concatenación
de tramas menores que, en conjunto, ofrecen un
mosaico del recuerdo de Cuba y de las vicisitudes
del exilio.
Es la historia de Oscar Delossantos, maestro
de historia en una escuela católica de
Chicago. Al perder su trabajo, resuelve aprovechar
sus últimos 34 días para infundir
en sus estudiantes las lecciones más importantes
de su carrera.
La historia está narrada desde el aula
de Delossantos, dirigiéndose a sus estudiantes.
Desde esta perspectiva, el uso extenso del "espanglish"
obedece a la composición del estudiantado
que-a diferencia del lector promedio- comprendería
el cambio constante de una lengua a otra dentro
de una misma frase, conocido lingüísticamente
como "code-switching".
Si bien el uso del "espanglish" le
inyecta gran vitalidad a la narración,
este híbrido exagerado a veces dificulta
la lectura hasta el punto de la abstracción.
La repetición de frases como "miren
aquí", "imagínenselo"
y "óiganme, señores",
recalcan la oralidad de la escritura.
Bajo la premisa de la oralidad, el escritor se
permite una narración más fluida,
dando la impresión de un discurso improvisado,
lo cual no siempre resulta en una estrategia exitosa.
La sucesión de temas resalta el propósito
del personaje en utilizar el poco tiempo que le
queda para cubrir todo lo que considera importante
y, de paso, ordenar sus recuerdos y las lecciones
que pudiera sacar de los mismos.
Sin embargo, el caos de su pensamiento a menudo
interfiere con la trama principal, culminando
en una historia difícil y dispareja.
Quizás lo más interesante de la
novela sean los fragmentos de historia familiar
donde se recuenta el elemento afrocubano, tan
ausente de la literatura cubanoamericana contemporánea.
El elemento afrocubano aparece aquí desnudo
sin las afectaciones musicales y las imágenes
gratuitas de santería que tanto decoraron
los textos afrocubanos de generaciones pasadas.
Carrillo parece decir simplemente que existe
otra Cuba, y esa Cuba es negra.
Así les ofrece a sus estudiantes el color
de su piel como evidencia, "como el legado
sutil de la British Royal African Company".
Así también recuerda a su abuela,
"más negra que la medianoche";
repitiéndole a su público distraído
historias que había escuchado de su madre
y que sabía que de ninguna manera podría
confirmar con certeza.
La gran lección de historia que el maestro
ofrece está precisamente en estas historias
familiares, historias menores inconexas, que en
su conjunto forman el mosaico histórico
de Cuba y de la experiencia cubana del exilio.
Al expandir la definición de "historia"
y sacarla de los confines de los libros de textos,
Carrillo subraya que la "historia" abarca
tanto lo archivístico y verificable como
la experiencia personal y el recuerdo.
Al fin y al cabo, la memoria falla -como nos
lo recuerda el personaje de Amá, madre
del personaje quien sufre del mal de Alzheimer-
pero quién negaría que lo queda,
ese recuerdo real o imaginado, no es tan certero
como lo que recogen los textos de historia.
|