OLA
REPRESIVA
Describe Miguel
Valdés Tamayo el sistema penitenciario en Cuba
Juan Carlos Linares
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - La esposa
de Miguel Valdés Tamayo, condenado a 15
años de prisión y recluido en la
prisión Kilo 8, en la provincia Camagüey,
recibió el 15 de marzo tres cartas de su
esposo, con fechas de envío 4 y 15 de enero,
y otra del 7 de marzo, hecho que prueba las denuncias
de Tamayo: "Nos siguen violando la correspondencia
postal, por lo que no nos llegan cartas de nuestros
familiares. Nos las pierden, las desaparecen y
nos las retienen. Las pocas que nos permiten recibir
nos las entregan abiertas".
En las misivas Valdés describe represiones
contra los presos políticos: "A Leoncio
Rodríguez Ponce, integrante del movimiento
Jóvenes por la Democracia, del oriente
del país, lo mantienen en constante hostigamiento
por parte de la guardia del penal. El domingo
1 de febrero, Leoncio fue acosado, amenazado y
golpeado con una cabilla por el recluso común
Iser Montero, alias 'Mate', de la provincia Granma,
en compañía de otros reclusos que
juntos forman una banda de criminales, todos recluidos
por homicidio. Los mismos que provocaron que Ricardo
González Alfonso (periodista independiente
condenado a 20 años) se declarara en huelga
de hambre durante 16 días en reclamo de
seguridad para su vida".
Continúa explicando Valdés: "La
banda la integran, entre otros, Roly Leiva Mojena,
de la provincia Las Tunas; Wilfredo Martín
León; Rolando Masó Pérez,
de Guantánamo; Giovanni Nicho Espinosa,
de La Habana; Luis Blanco, alias "el Gallo",
de Granma; y Alexis Armentero Guerra, alias 'El
negrón, de Cienfuegos. Ellos cumplen órdenes
de la dirección del penal, actúan
a cambio de beneficios personales y están
destinados expresamente a causarnos dificultades
a los luchadores pacíficos".
Miguel Valdés Tamayo narra los intentos
de suicidios y autoagresiones que día tras
día se producen en las prisiones del país,
debido fundamentalmente a las infrahumanas condiciones
en que viven los reclusos.
"En enero, Luis Machado Mesa, alias 'Manteca',
y Wilson Ariel Tejada Gómez se inyectaron
el SIDA. Aún se desconoce quién
les suministró el virus. El caso está
en investigación, En 2003, 'Manteca' se
inyectó sosa cáustica en los ojos,
de cuya acción perdió la vista de
un ojo y quedó con dificultades visuales
del otro. Tanto 'Manteca' como Wilson, en ocasiones
anteriores se autoagredieron inyectándose
petróleo en las piernas y se han cortado
las arterias en varias ocasiones. Al día
siguiente de inyectarse el SIDA los dos tenían
fiebre por encima de los 42 grados, y presentaban
fuertes dolores en los brazos".
Miguel Valdés continúa relatando:
"El 2 de febrero, al joven Nalvi Viltres
Bringa, del destacamento 4, le propinaron una
brutal paliza. Nalvi fue golpeado por el oficial
Danilo con un palo de marabú. Fue golpeado
en el suelo por otros guardias hasta romperle
la boca y la frente. Transcurridos estos momentos
fue conducido al régimen de máxima
seguridad y confinamiento en solitario. Pasados
unos días sus heridas presentaron infección
por no recibir atención médica desde
la golpiza. Todo fue una errónea interpretación
del guardia. El oficial Danilo entendió
que Nalvi le había faltado al respeto.
Nalvi, finalmente, se cortó las arterias".
Nalvi no murió y escribió el siguiente
testimonio, que entregó a Miguel Valdés
para que fuese publicado:
"Yo nunca me he autoagredido. Lo hice porque
el guardia Danilo me dio una paliza cobardemente.
Me partió la boca, la frente y me cayó
a patadas en el suelo, dejándome sin aire
y yo no le falté al respeto a ninguno de
ellos. Aquí estoy con las heridas infectadas".
A Miguel Valdés Tamayo le están
negando el derecho a la visita conyugal que le
toca desde enero y la comunicación telefónica.
"Ellos inhabilitan el teléfono",
escribió. La comida sigue siendo poca,
malísima y apestosa. El servicio médico
es pésimo, existe una gran proliferación
de ratas, mosquitos, cucarachas e insectos de
todo tipo dentro de los dormitorios. No les dan
sábanas ni mosquiteros, y mucho menos instrumentos
para la limpieza ni desinfectantes. Los reclusos
se quejan para que fumiguen pero nadie les presta
atención. No tienen estímulo ninguno,
excepto la televisión. No hay implementos
deportivos para evitar el estado de enajenación.
Permanecen de lunes a viernes 23 horas encerrados
con sólo una hora de sol al día.
Los fines de semana, todo el tiempo en los cubículos.
Concluye escribiendo Miguel Valdés Tamayo:
"Mi camino es recto, firme hasta lograr la
libertad del pueblo cubano. ¡Vivan los derechos
humanos!"
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