SOCIEDAD
De mi barrio cuento
José Antonio Fornaris
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Hace unos
días repararon la calle principal del barrio
donde resido (Embil). Por lo menos tres jornadas
estuvieron los obreros reparando huecos y asfaltando
gran parte de esa calle que tiene varias cuadras
de largo.
La vía, que tiene el mismo nombre del
barrio, es una afluente de la Calzada de Vento,
y ciertamente, aunque es bueno que la hayan reparado,
comparada con otras calles del barrio, era la
que en mejor estado se encontraba. Su suerte parece
que se debe a que va directamente hacia la escuela
deportiva de alto rendimiento "Cerro Pelado".
Y en esa escuela no sólo hay deportistas
cubanos, sino también extranjeros y, además,
llegan a ella visitantes de otros países.
Eso parece ser, con toda seguridad, la principal
motivación que hubo para reparar esa calle.
Sin embargo, la calle que lleva al supermercado
del barrio, que dicho sea de paso no tiene nada
de súper y sí muy poco de mercado
(porque lo que se mercadea allí es la cuota
de la libreta de abastecimiento), está
desde hace años en un estado tan deplorable
que ya prácticamente no es transitable.
Al extremo de que los ciclos y carretillas tienen
que transitar por las aceras, causándoles
a las personas muchas molestias y riesgos de ser
atropellados. Sin embargo, esa calle no la reparan.
Pero el acontecimiento social del barrio no fue
la reparación de la calle Embil, que como
ya dije, no estaba en tan mal estado. El acontecimiento
real ocurrió este sábado. Ese día
un camión tipo panel, con una nevera dentro,
recorrió el barrio vendiendo paleticas
de helados.
El camión paraba y desde dentro se escuchaba
una voz de hombre anunciando: "Paleticas
de chocolate a tres pesos". La gente, incrédula,
se acercaba al camión poco a poco. Yo,
por ejemplo, no recuerdo haber visto en La Habana
en más de 20 años que por las calles
se anduviera anunciando la venta de helado desde
un transporte estatal. A su vez, pregunté
en el barrio y no hay memoria de un hecho como
ése.
Después de saborear el helado y de escuchar
comentar la grata nueva a toda la familia, miré
el envase -porque tenían envase y todo-,
y vi que la marca del helado es "Pony";
su símbolo, un pequeño caballito,
y que es producido por la empresa provincial "Parque
Lenin".
Quedé tan intrigado por el acontecimiento
-aún lo estoy- que averigüé
si había alguna visita especial en la escuela
"Cerro Pelado", o algún acto
en la zona. Acudí al anuario para ver si
había alguna efemérides importante
o el cumpleaños de algún divo, aunque
en Cuba todos sabemos que el gran cumpleaños
que parece sintetizar toda la historia de nuestro
país, y de gran parte de la humanidad,
es en agosto.
Pero no había nada digno que ameritara
vender paleticas de helado de chocolate a sólo
tres pesos por las calles de un barrio habanero.
Así que hay que llegar a la conclusión
de que ese sábado había helados.
¡Aplausos! ¡Qué bueno! Ojalá
que Pony siga relinchando, y que no haya tenido
una simple locura sabatina que haya que calificar
de acontecimiento.
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