SALUD
PUBLICA
El fondo de las
amalgamas
Ricardo Roselló
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Lisandro
Rodríguez Hernández, de 10 años,
integra la nómina de los niños discapacitados
que aún no han sido atendido, en un país
que dice hacer tanto por la salud del infante.
Rodríguez es residente en calle Compostela
No. 362 apto. 5 entre Obrapía y Lamparilla,
Habana Vieja.
El núcleo familiar está integrado
por cuatro personas: el niño, su mamá,
papá y una hermana de 14 años. Las
condiciones de la vivienda son pésimas:
existen filtraciones continuas y la vivienda se
compone de una habitación con barbacoa,
baño y cocina.
Un familiar cuenta que a principios de julio
de 2003 Rafael Rodríguez Rojas, padre del
niño, se sintió airado y con impotencia
por una noticia de la televisión. El periodista
oficial decía que no había ningún
niño en Cuba que se hubiera quedado sin
visitar. Se refería al censo de discapacitados
que realizó el gobierno el pasado año,
auspiciado por el Consejo de Estado quien aporto
unos millones para desarrollar ese urgente proyecto
de salud por un abandono de décadas.
Indignado por el engaño de la propaganda
envió una misiva al Consejo de Estado,
haciendo ver que su hijo, que tiene un padecimiento
neurológico no tratable, no había
sido beneficiado con ese Censo, que jamás
fue visitado y que vivía en deplorables
condiciones para su desarrollo mental.
Añade el familiar que la respuesta llegó
a Rojas en pocos días. El Jefe del Departamento
de Atención a la Población le decía
que el caso iba a ser enviado al Organo del Gobierno
Provincial para su atención y respuesta.
Por su parte, Rodríguez Rojas y su esposa
Marilin Hernández iniciaron gestiones para
documentar su caso.
Luego de transcurrir un mes obtuvieron un certificado
clínico sobre Lisandro realizado entre
defectólogos y trabajadores sociales.
El especialista indicaba que "el niño
tiene que convivir todo el tiempo al lado de la
cocina (por el estado de hacinamiento del cuarto).
Más adelante aclara que "
no
hay ventilación ni espacio para el moverse".
Prosigue diciendo, que "ese niño
no califica para ninguna institución por
sus características, teniendo que estar
en su casa por el resto de su vida". Y recomienda
que "gestionen con la Dirección de
la Vivienda (local) las posibilidades de mejorarle
las condiciones a este discapacitado ayudando
a su calidad de vida. Necesita vivienda con amplitud
y ventilación en cualquier lugar".
La familia Rodríguez-Hernández
siguió la recomendación. Enviaron
una copia del caso al Consejo Popular de Habana
Vieja, donde fue archivado como expediente de
caso grave. Y otra a la Dirección de Vivienda
del municipio, donde se reunieron con el titular,
quien los envió a un departamento interno,
Control de Fondo, priorizando el caso para la
entrega de una habitación con las condiciones
requeridas.
No obstante, autoridades plantean que para poder
vivir en el casco histórico de la Habana
Vieja, la Oficina del Historiador debe liberar
un fondo (una vivienda) habitacional.
Así pues, martes tras martes, como se
les indicó, los padres acuden desde octubre
del pasado año a dicha oficina de Control
de Fondo por una respuesta que se dilata.
Martes por martes los Rodríguez-Hernández
se sientan al pie de la Dirección de la
Vivienda esperando que ocurra un milagro.
El pasado febrero, afanados tras una vivienda
desocupada, la familia encontró una en
la calle Habana 212, al conocer que el núcleo
que la ocupaba abandonaba el país.
A raíz del hecho, Rojas envió carta
al doctor Eusebio Leal. La respuesta, que llegó
el 1 de marzo del presente, decía no acceder
a su solicitud, ya que el mencionado fondo había
entregado en calidad de reubicación temporal
a un núcleo de la calle Lamparilla 156,
afectado por el proceso inversionista que viene
efectuando la Oficina del Historiador en el Centro
histórico.
Rojas y familia tendrán que tener paciencia,
y esperar por los cientos de familias afectados
por dicho proceso. Y de hecho hasta que no se
libere una vivienda adecuada a las urgencias de
este caso priorizado, Lisandro Rodríguez
Hernández, con sus limitadas potencialidades
mentales, tendrá que seguir durmiendo junto
a su hermana, orinándose a todas horas,
y pagando su insuficiencia, junto a la de otros.
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