OLA
REPRESIVA
Día del periodista
cubano
SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org)
- Tomando la fecha simbólica del día
en que vio la luz por primera vez el periódico
Patria, fundado por José Martí hace
ya 112 años, las autoridades cubanas celebran
el 14 de marzo de cada año el Día
del Periodista Cubano.
La celebración es excluyente con todos
los que se han atrevido a levantar un dedo para
hacer una crítica audaz y comprometedora
de la situación del país en estos
45 años de bregar revolucionario. También
excluye a profesionales del sector que trabajaban
antes de 1959 y que decidieron no seguir el camino
marxista; a los que se encuentran en la diáspora
y a los que formamos parte de la plurinaciente
sociedad civil cubana.
Veintiocho de mis colegas que se encuentran cumpliendo
exacerbadas condenas de presidio político,
sancionados bajo las ordenanzas de la ley 88,
más conocida con Ley Mordaza, fueron totalmente
ignorados en un día tan importante para
la prensa radial, escrita, televisiva y digital
que trabaja en el país. El servilismo al
régimen es el requisito primordial para
poder participar en las festividades y mucho más
para optar o recibir el Premio Anual de Periodismo
Juan Gualberto Gómez, porque la misión
de la prensa cubana es el combate ideológico,
como demuestran en cada entrega las nuevas estrellas
de la TV cubana, con sitio y silla permanente
en las tormentosas "mesas redondas".
Muy bien merece el Premio Anual de Periodismo
la actitud y maestría de Raúl Rivero
Castañeda o la audacia y permanencia de
Vázquez Portal. Normando Hernández,
el joven camagüeyano, o el recio matancero
Iván Hernández Carrillo. Si a mí
me dejaran conformar la lista de nominados también
escribiría los nombres de Adolfo Fernández
Saíz, Mario Enrique Mayo, Juan Carlos Herrera
Acosta, Omar Rodríguez Saludes, Ricardo
González Alfonso, José Ramón
Gabriel Castillo, Héctor Maseda Gutiérrez,
Jorge Olivera Castillo y Julio César Gálvez,
entre otros, los que desde las ergástulas
castristas siguen usando la pluma para denunciar
el mal y el crimen.
Los profesionales de la palabra escrita, radial
y televisiva de Villa Clara efectuaron su acto
el pasado 12 de marzo, dedicado a homenajear al
patriota y periodista matancero Juan Gualberto
Gómez en su sesquicentenario, evento donde
ocho de ellos recibieron de manos de la UPEC la
medalla Félix Elmuza luego de cumplir 15
años de trayectoria ininterrumpida en el
sector, previo al VIII Congreso de la organización.
En la actividad se conoció un mensaje de
felicitación de un reportero de Telecubanacán
que se encuentra en Gambia, cumpliendo misión
internacionalista.
Sin embargo, nadie se recordó de Omar
Moisés Ruiz Hernández, miembro del
Grupo de Trabajo Decoro, que cumple una condena
de 18 años de presidio político
en el Combinado Provincial de Guantánamo.
La diatriba de los que hicieron uso de la palabra
en la actividad estaba perfilada a ratificar que
desde cada medio de difusión masiva proliferen
empeños para continuar al frente con la
Batalla de Ideas. Esa es la razón por la
que Ruiz Hernández no podía estar
entre los "ausentes presentes" del evento,
porque él representa una amenaza para el
poder con su mensaje alternativo, carente del
discurso oficial, donde enfatiza con su fluida
palabra los desmanes y violaciones más
acusantes de la sociedad, especialmente de la
región central de Cuba y de su Santa Clara
mimada.
Omar, de fe cristiana, hijo de pastores protestantes,
venerado en la Iglesia Los Pinos Nuevos de la
capital provincial, es uno de los disidentes de
más tiempo dentro de la oposición
de Villa Clara. Comenzó los trajines de
la disidencia desde 1990, militó en la
Comisión de Derechos Humanos desde 1994
y posteriormente en el Partido Solidaridad Democrática
como divulgador. En 1997 se dedica por entero
al periodismo independiente en la Agencia Centro
Norte del País y después en Decoro.
Su voz se escuchaba constantemente por Radio Martí
y sus denuncias se publicaron desde entonces en
el periódico digital Cubanet.
Detenido el 19 de marzo del 2003 en Ciudad de
la Habana fue llevado a Villa Marista y luego
trasladado para el Departamento de Seguridad del
Estado provincial de Villa Clara. En proceso sumarísimo
fue juzgado y sentenciado a 18 años de
cárcel el 4 de abril; condena que cumple
gallardamente a pesar de sus afecciones cardíacas
en Chafarina, la Prisión Provincial de
Guantánamo, a más de 600 kilómetros
de su residencia. Desde allí escribe a
pesar de la censura y las limitaciones. Sus trabajos
"Hice lo correcto", "Reflexiones
de un preso" y "Mensaje equivocado"
constituyen la mayor riqueza espiritual y patriótica
de este preso de conciencia. Para Omar, a nombre
de los 28 periodistas encarcelados en este minuto
en Cuba, vaya nuestra más modesta felicitación
y el abrazo de un colega de siempre.
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