ECONOMIA
Turismo cubano en
el límite de sus posibilidades
Ariel Delgado Covarrubias
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org)
- Las autoridades turísticas cubanas están
preocupadas. Una preocupación a mediano
plazo que podría tener repercusión
no sólo en su esfera, pues puede abarcar
la marcha del desarrollo de todo el país:
el turismo cubano se acerca a su tope.
De disminuir o detenerse su incremento repercutirá
de manera notable en el crecimiento del PIB nacional.
Y eso sería fatal para una economía
que no acaba de despegar. Los esfuerzos estatales
por incrementar otros rubros, como el azúcar,
el níquel, el tabaco, la pesca, los productos
biotecnológicos y los llamados "productos
exportables no tradicionales" no alcanzan
para lograr ese propósito.
Si bien Cuba fue hasta 1958 el principal destino
turístico del Caribe, con la llegada de
Castro al poder la actividad fue casi suprimida.
Las instalaciones, que albergaban a un millón
de turistas americanos al año, fueron dedicadas
al "turismo nacional", acumulando con
los años un deterioro progresivo, con un
atraso tecnológico en la actividad que
la hacía ínfima.
A finales de los 80, cuando el llamado "campo
socialista" se abocaba a su crisis final,
las autoridades de la isla aceptaron la propuesta
de la cadena de hoteles española Meliá
para construir un hotel en Varadero, en forma
cooperada. Se iniciaba el "milagro turístico
cubano".
De 340,000 visitantes recibidos en 1990 para
un ingreso de 243 millones de dólares,
se creció a 1 millón 686 mil excursionistas
con un saldo de 1,313 millones de dólares.
El crecimiento del sector en sus ingresos a la
balanza de pagos se elevó del 4 al 41 %
en ese período.
Para esta industria sin humo se han invertido
más de 5,000 millones de dólares
y se triplicó la capacidad hotelera. El
número anual de turistas creció
en cinco veces y los ingresos se multiplicaron
por ocho. El empleo directo se duplicó
y la ocupación laboral indirecta creció
en 6 veces y los productos nacionales para las
demandas de esas actividades se expandió
del 12 al 68 % en la actualidad. Si Cuba ocupaba
en 1990 el lugar 23 como destino turístico
del Caribe y las Américas, por el número
de visitantes, ahora ocupa el noveno, y por concepto
de flujo de ingresos pasó del lugar 21
al octavo.
Tal crecimiento no es exclusivo de la Mayor de
las Antillas. Ausente del boom turístico
de los años setenta, en que participaron
Miami, Cancún y las islas anglófonas
del Caribe, el proceso cubano ocurre cuando los
demás polos ya habían llegado a
su saturación. Jamaica, con playas de inferior
calidad a las cubanas, recibe anualmente una cantidad
de visitantes similar al número de su población,
meta muy lejana todavía para el caso cubano.
Para la isla los principales emisores han sido
Canadá, Italia y España, aunque
en los últimos años ha habido un
incremento sustancial de visitantes del Reino
Unido y Holanda y se espera una mayor cantidad
de viajeros de destinos tan lejanos como China,
Rusia y Japón.
Para 2001 se esperaba arribar a los dos millones
de turistas, cifra no alcanzada todavía
pese a la recuperación habida.
Para el 2004 la planificación estatal
espera un crecimiento del 10,5 % del número
de visitantes con un total de 2,100,000. Se espera
aumentar los excursionistas internacionales que
eligen la modalidad de cruceros, el turismo especializado
y el multi destino.
Uno de los factores que más negativamente
gravita en la actividad es el bajo índice
de visitas repetidas y la cantidad de dinero gastado
por los turistas en el país, que ha disminuido
notablemente. La calidad de los servicios hoteleros
y extra hoteleros, por su parte, dista de la existente
en otros destinos de la propia área.
La saturación del sector es vista con
preocupación no sólo por las autoridades
turísticas, sino también por las
del país, que vuelven sus miradas al vecino
del norte, el tradicional enemigo del sistema
imperante, pero el emisor natural de visitantes
que justificarían las inversiones realizadas.
El titular del sector, Ibrahim Ferradaz, declaró
que el pasado año viajaron más de
230 mil personas provenientes de Norteamérica,
que contabilizados en la cifra total de turistas
recibidos representa el 12 % del total, y calculan
que una vez levantadas las restricciones la cifra
de visitantes de ese país se elevará
a no menos de un millón durante el primer
año, y llegaría a 2 y medio millones
anuales en menos de cinco años.
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