POLITICA
¡Quién lo iba a
decir!
SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org)
- Recientemente escuché por la radio la
noticia de que el puerto de Houston en el estado
de Louisiana había firmado en Cuba un convenio
para el comercio bilateral con perspectivas de
convertirse en el futuro en el pionero de los
embarcaderos de turistas a la isla, actividad
a la que Cuba se aferra y la utiliza como fuente
de crítica permanente debido a las prohibiciones
del Departamento de Estado americano.
En mi época de estudiante siempre le escuché
decir a mis maestros que el principal enemigo
del pequeño país caribeño
era la gran potencia del norte a la que Martí
había criticado e incluso le llamó
"monstruo" por sus ansias de poder y
dominio. En los años de secundaria el profe
de Geografía me enseñó una
de las teorías que provocan el hambre y
la sumisión de los países pobres
y pequeños localizados cerca de una gran
potencia capitalista. Era la teoría del
"Fatalismo Geográfico", explicada
en el caso cubano como la espada de Democles que
caía sobre nuestro pueblo en la etapa de
la seudo república a la que no podemos
volver, a pesar de haber alcanzado en aquel entonces
la primacía entre los países latinoamericanos
en potencial económico y el valor de la
moneda nacional llegó a cotizarse por encima
del dólar.
Prueba de la salud de la economía cubana
fue el hecho de haber estado entre los pioneros
en el uso del ferrocarril -inaugurado durante
la etapa colonial antes que la Metrópolis-
la radio y la TV en el ámbito americano
y que los nacionales no sólo hacían
carrera domésticamente sino también
internacionalmente. Se instruían con el
sistema educativo del poderoso vecino del norte
o en la lejana Europa, para regresar a casa exhibiendo
lo más novedoso de las ciencias y las letras.
Crecí y me hice mayor escuchando siempre
el mismo discurso, incluso que las intenciones
hegemónicas eran tan grandes que la guerra
estaba al doblar de la esquina. Todavía
escucho la misma diatriba en los avatares de la
nomenclatura cubana por mantener el poder, mientras
que un buen alumno parece un papagayo repitiendo
las mismas frases con el mismo lenguaje.
Sin embargo, por detrás del telón
ocurren otras cosas que no acabo de entender.
Empresarios americanos vienen a Cuba interesados
en resolver nuestro cóctel de necesidades
y en mantener relaciones comerciales para obtener
grandes ganancias, mientras la vieja Europa sanciona
sin reparos.
En enero Cuba propuso a Kathleen Sebelios comprar
a Estados Unidos más de 300 millones de
dólares en alimentos durante el 2004 a
la vez que firmaba con el estado de Kansas un
acuerdo millonario para además "actuar
en conjunto contra el embargo de Estados Unidos
en el año electoral". Así,
la gobernadora se comprometió en aumentar
el cabildeo contra el embargo dentro del congreso
norteamericano.
Según Pedro Alvarez, titular del consorcio
estatal cubano Alimport, las compras desde que
la administración Bush autorizó
las ventas de alimentos y medicinas a la isla
en el año 2000 hasta el año 2003
habían sobrepasado los 524 millones de
dólares pagados al contado, de los cuales
344 millones fueron pagados ese año, la
mayoría por concepto de alimentos y ganado
en pie así como servicio de puertos y fletes
principalmente a naves norteamericanas, transportando
2 132 millones de toneladas de productos a la
isla entre los que estaban además la soja,
maíz, granos y arroz fundamentalmente.
Mientras eso sucedía Washington suspendía
la ronda de conversaciones migratorias, Cuba era
acusada de desestabilizadora de la región
y le expulsaban un diplomático radicado
en la Oficina de Intereses cubana en la capital
de aquel país, pero días después
escuché que se firmaba otro acuerdo bilateral,
esta vez con el estado de Carolina del Sur por
un monto de 10 millones de dólares para
obtener alimentos y ganado lechero así
como hacer esfuerzos por normalizar las relaciones
entre los dos países
A finales de enero Raúl de la Nuez, ministro
cubano de Comercio exterior, anunciaba que La
Habana realizó en el 2003, el 72 % de su
comercio exterior con 10 países siendo
Venezuela, España, China, Canadá,
los Países Bajos e Italia los seis primeros,
seguidos por Estados Unidos, México, Francia
y Rusia completan la relación. En apenas
dos años Estados Unidos desplazó
a otros socios comerciales para ocupar el séptimo
puesto entre los países que más
negocian con la isla, comercio que se da en una
sola dirección porque las empresas estadounidenses
venden, y Alimport compra todo en efectivo.
¿Quién lo diría? Esas paradojas
tiene la vida, nuestro principal enemigo es uno
o quizás el principal suministro de alimentos
del pueblo cubano. Sin embargo, el diferendo continúa,
"ellos" siguen siendo los malos pero
tienen los verdes que tanto la revolución
necesita en un reacomodo vergonzoso para los viejos
gestores de este proyecto de arquitectura social
y "nosotros" seguimos siendo los buenos,
a pesar de tener los bolsillos vacíos y
una deuda impagable a muchos de los países.
Para nuestro enemigo, sí tenemos el dinero,
pero para quienes nos ayudaron por décadas,
no existen posibilidades de pago. cnet/46
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