PRENSA INDEPENDIENTE
Marzo 10, 2004

POLITICA
¡Quién lo iba a decir!

SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org) - Recientemente escuché por la radio la noticia de que el puerto de Houston en el estado de Louisiana había firmado en Cuba un convenio para el comercio bilateral con perspectivas de convertirse en el futuro en el pionero de los embarcaderos de turistas a la isla, actividad a la que Cuba se aferra y la utiliza como fuente de crítica permanente debido a las prohibiciones del Departamento de Estado americano.

En mi época de estudiante siempre le escuché decir a mis maestros que el principal enemigo del pequeño país caribeño era la gran potencia del norte a la que Martí había criticado e incluso le llamó "monstruo" por sus ansias de poder y dominio. En los años de secundaria el profe de Geografía me enseñó una de las teorías que provocan el hambre y la sumisión de los países pobres y pequeños localizados cerca de una gran potencia capitalista. Era la teoría del "Fatalismo Geográfico", explicada en el caso cubano como la espada de Democles que caía sobre nuestro pueblo en la etapa de la seudo república a la que no podemos volver, a pesar de haber alcanzado en aquel entonces la primacía entre los países latinoamericanos en potencial económico y el valor de la moneda nacional llegó a cotizarse por encima del dólar.

Prueba de la salud de la economía cubana fue el hecho de haber estado entre los pioneros en el uso del ferrocarril -inaugurado durante la etapa colonial antes que la Metrópolis- la radio y la TV en el ámbito americano y que los nacionales no sólo hacían carrera domésticamente sino también internacionalmente. Se instruían con el sistema educativo del poderoso vecino del norte o en la lejana Europa, para regresar a casa exhibiendo lo más novedoso de las ciencias y las letras.

Crecí y me hice mayor escuchando siempre el mismo discurso, incluso que las intenciones hegemónicas eran tan grandes que la guerra estaba al doblar de la esquina. Todavía escucho la misma diatriba en los avatares de la nomenclatura cubana por mantener el poder, mientras que un buen alumno parece un papagayo repitiendo las mismas frases con el mismo lenguaje.

Sin embargo, por detrás del telón ocurren otras cosas que no acabo de entender. Empresarios americanos vienen a Cuba interesados en resolver nuestro cóctel de necesidades y en mantener relaciones comerciales para obtener grandes ganancias, mientras la vieja Europa sanciona sin reparos.

En enero Cuba propuso a Kathleen Sebelios comprar a Estados Unidos más de 300 millones de dólares en alimentos durante el 2004 a la vez que firmaba con el estado de Kansas un acuerdo millonario para además "actuar en conjunto contra el embargo de Estados Unidos en el año electoral". Así, la gobernadora se comprometió en aumentar el cabildeo contra el embargo dentro del congreso norteamericano.

Según Pedro Alvarez, titular del consorcio estatal cubano Alimport, las compras desde que la administración Bush autorizó las ventas de alimentos y medicinas a la isla en el año 2000 hasta el año 2003 habían sobrepasado los 524 millones de dólares pagados al contado, de los cuales 344 millones fueron pagados ese año, la mayoría por concepto de alimentos y ganado en pie así como servicio de puertos y fletes principalmente a naves norteamericanas, transportando 2 132 millones de toneladas de productos a la isla entre los que estaban además la soja, maíz, granos y arroz fundamentalmente.

Mientras eso sucedía Washington suspendía la ronda de conversaciones migratorias, Cuba era acusada de desestabilizadora de la región y le expulsaban un diplomático radicado en la Oficina de Intereses cubana en la capital de aquel país, pero días después escuché que se firmaba otro acuerdo bilateral, esta vez con el estado de Carolina del Sur por un monto de 10 millones de dólares para obtener alimentos y ganado lechero así como hacer esfuerzos por normalizar las relaciones entre los dos países

A finales de enero Raúl de la Nuez, ministro cubano de Comercio exterior, anunciaba que La Habana realizó en el 2003, el 72 % de su comercio exterior con 10 países siendo Venezuela, España, China, Canadá, los Países Bajos e Italia los seis primeros, seguidos por Estados Unidos, México, Francia y Rusia completan la relación. En apenas dos años Estados Unidos desplazó a otros socios comerciales para ocupar el séptimo puesto entre los países que más negocian con la isla, comercio que se da en una sola dirección porque las empresas estadounidenses venden, y Alimport compra todo en efectivo.

¿Quién lo diría? Esas paradojas tiene la vida, nuestro principal enemigo es uno o quizás el principal suministro de alimentos del pueblo cubano. Sin embargo, el diferendo continúa, "ellos" siguen siendo los malos pero tienen los verdes que tanto la revolución necesita en un reacomodo vergonzoso para los viejos gestores de este proyecto de arquitectura social y "nosotros" seguimos siendo los buenos, a pesar de tener los bolsillos vacíos y una deuda impagable a muchos de los países. Para nuestro enemigo, sí tenemos el dinero, pero para quienes nos ayudaron por décadas, no existen posibilidades de pago. cnet/46



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