La Habana alienta nueva situación
continental
Pablo Alfonso, El
Nuevo Herald, 7 de marzo de 2004.
Con la esperanza de encontrar un entorno más
favorable en el futuro próximo, la dictadura
castrista, observa con agrado y alienta con acciones,
la posibilidad de que la izquierda latinoamerica
asuma el poder en un mayor número de países
de la región.
La pasada semana, a su regreso de un gira por
los países del Cono Sur, el canciller cubano
Felipe Perez Roque, dijo que Cuba está
muy optimista con la nueva situación que
se ha creado en América Latina.
Es cierto que esa 'nueva situación' no
sido creada por el régimen castrista. Es
producto del agotamiento de los partidos tradicionales,
del fracaso de políticas que mantienen
una injusta situación social en el continente
y de factores que provocan en sus pueblos la búsqueda
de nuevas vías para superar la pobreza
en que viven.
Pero, sin dudas, es cierto también que
el régimen cubano aprovecha esa situación.
¿Puede alguien pensar que Fidel Castro
permanece de brazos cruzados, sin aprovechar esa
oportunidad? Por supuesto que la aprovecha, por
razones ideológicas y estratégicas.
Décadas atras, Castro gastó cuantiosos
recursos económicos para subvertir el orden
en América Latina. Recursos propios y recursos
que recibía de la desaparecidad Unión
Soviética. ¿Por qué habría
de actuar ahora de manera diferente?
La nueva situación internacional no deja
espacio a los movimientos subversivos, pero ha
creado nuevos espacios de movilización
social a través de los partidos políticos
y de la sociedad civil.
Esas son las reglas del juego y Castro las está
alentando y jugando, sin que por ello pueda ser
acusado de "subvertir el orden''.
El ejemplo mas elocuente es la campaña
contra el ALCA. No hay duda alguna que Cuba ha
convertido la bandera anti ALCA, en un esfuerzo
de movilización política en el hemisferio,
que va más allá de la oposición
al concepto liberal de globalización.
Por otra parte, este es un año de elecciones
donde, dirigentes políticos de esa izquierda
que todavía venera a Fidel Castro, están
enfrentado el reto de las urnas, algunos con muy
buenas posibilidades de éxito.
En Nicaragua, el Frente Sandinista puede sacar
buen provecho de la crisis interna del Partido
Liberal, y de la lucha política entre el
presidente Enrique Bolaños y el cacique
liberal Arnoldo Alemán.
Para algunos analistas, el escollo de los sandinistas
es su propio lider Daniel Ortega; pero si los
sandinistas logran encontrar un candidato más
presentable, tendrían grandes posibilidades
de retomar el poder en Nicaragua.
Dentro de dos semanas El Salvador celebra elecciones
presidenciales. Allí el líder del
ex grupo guerrillero, Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional, Shafick Handal,
no dista mucho de alcanzar -según las encuestas-,
al candidato presidencial de ARENA que está
a la cabeza.
En Bolivia, Evo Morales y el movimiento indigenista,
mantienen bajo acoso al gobierno de Carlos Mesa,
luego de expulsar del poder al presidente electo
Gonzálo Sánchez de Losada.
Uruguay, donde Cuba ha desarrollado incluso un
espionaje electrónico y telefónico
contra miembros del Parlamento, celebra también
elecciones presidenciales. Tavaré Vázquez,
admirador confeso del castrismo, se perfila como
un candidato ganador por el Frente Amplio.
Quizás el caso más interesante
sea el de Panamá. La dictadura cubana no
ha descartado la posibilidad de que los cuatro
cubanos procesados allí bajo cargos de
un supuesto intento de asesinato de Castro, denunciado
por él mismo, sean deportados a Cuba. Una
posibilidad que pudiera materializarse, según
aseguran algunos analistas, si Marcos Torrijo,
el hijo del desaparecido general Omar Torrijos,
resulta triunfador en las próximas elecciones
presidenciales.
Este conjunto de factores y algunos otros, que
no hay tiempo ahora de analizar, alimentan la
esperanza del castrismo.
palfonso@herald.com
|