SOCIEDAD
Almendrones de alto
precio
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org)
- Las áreas que rodean al Capitolio de
La Habana y los parques aledaños se han
convertido en el gran punto de partida y destino
de la mayoría de los taxis que algunos
cuentapropistas mantienen con sus viejos y maquillados
autos de la época prerrevolucionaria. Son
conocidos como "almendrones" por unos,
aunque una amiga les puso el mote de "melones",
por la forma que poseen varios modelos de estos
carros.
En las tardes no es raro ver largas colas y apelotonamiento
de gentes en los lugares de aparcamiento, buscando
llegar a sus hogares utilizando este medio. Para
muchos es una solución que escapa a su
economía, ya que la carrera cuesta 10 pesos
aunque el viajero se quede en un punto intermedio.
Además, estos taxis funcionan al estilo
de los Metros y tranvías, manteniendo una
línea fija de recorrido, de la que no se
apartan a no ser que se les brinde un aporte digno
de ser considerado por el conductor. Cargan hasta
seis pasajeros, haciendo que los que van en la
parte trasera viajen el trayecto sumidos en una
especie de paciente suplicio. El caso es llegar
rápido y seguro al destino.
Pero como la situación del transporte
sigue siendo crítica, agudizándose
en los llamados "horarios pico", estos
chóferes aprovechan muchas veces la ocasión
y la necesidad, para hacer su agosto. Esto ha
ocurrido principalmente cuando la demanda de transporte
ha crecido a ritmo acelerado Para ello duplican
el precio del pasaje llegando a cobrar veinte
pesos por cada pasajero. Cuando la gente protesta
y deciden esperar algún carro que consienta
en el precio estipulado de manera no oficializada,
simplemente éste no aparece, ya que todos
se confabulan para no bajar el costo de la carrera.
Ha veces ha intervenido la autoridad dirimiendo
en favor del público.
Pero en los últimos días otros
factores han agravado la situación y les
han dado un nuevo pretexto a estos taxistas para
fijar la nueva tarifa.
En los primeros meses del año en curso,
la policía de tránsito ha elevado
su nivel de exigencia hacia los conductores de
vehículos en la capital, y se están
suspendiendo gran cantidad de licencias como castigo
por tener hasta tres multas de cierto rigor. No
es difícil ser multado en las condiciones
de tráfico que se dan en las calles habaneras.
Por eso resulta alarmante la cantidad de conductores
privados de la licencia de conducir por un buen
lapso de tiempo, que puede llegar desde seis meses
hasta el año.
La medida, que afecta a todos por igual, se hace
más incisiva sobre los transportistas particulares.
Esto ha provocado que descienda el número
de autos que prestan el servicio de taxis en la
ciudad, elevándose la demanda de los mismos.
Es loable hacer cumplir la reglas de circulación
y castigar a sus infractores, pero para ello se
debe acudir a medidas que brinden una solución
a los problemas que ya se enfrentan, no que los
hagan más insoportables. Además,
no es justo castigar a una persona quitándole
el único medio de buscarse la vida y ayudar
a la economía de su hogar.
Las consecuencias en definitiva las siguen pagando
los ciudadanos de a pie, que cuentan con menos
posibilidades para resolver su problemática
de transportación, además de tener
que desembolsar más dinero, muchas veces
para regresar después de una dura jornada
de labor a su casa. cnet/43
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