Cuba celebra el 51 aniversario
del inicio de la revolución en un momento de incertidumbre
económica
Mar Marín/Efe. La Habana.
La Estrella
Digital, España, 26 de julio de 2004.
Cuba celebra el 51 aniversario del asalto al
cuartel de Moncada, primera acción armada
revolucionaria, en medio de una vuelta a la centralización,
con una economía débil y pendiente
de las prospecciones petroleras en sus costas
por el grupo español Repsol.
El fallido asalto al cuartel de Moncada (Santiago
de Cuba), el 26 de julio de 1953 (la primera acción
armada de Fidel Castro contra el dictador Fulgencio
Batista), marcó el inicio de la revolución
que llevó al entonces joven abogado al
poder, en enero de 1959.
Santa Clara, sede del memorial guerrillero argentino
Ernesto "Che" Guevara, ultima los preparativos
para acoger el acto central que preside hoy Fidel
Castro.
Años después del triunfo de la
revolución, la economía cubana sobrevivió
holgadamente con las ayudas soviéticas,
pero se desplomó tras la caída del
bloque comunista, en 1989, y se sumió en
el "periodo especial".
Para superar la crisis, el régimen se
abrió al turismo, a la inversión
extranjera y autorizó la circulación
del dólar en 1993.
Profundas restricciones
Una década después, sin embargo,
ha vuelto a la centralización desoyendo
las voces de analistas y organismos internacionales
(como la CEPAL, el organismo económico
de la ONU en Latinoamérica) que apuestan
por una mayor apertura para impulsar el crecimiento.
El turismo, considerado el motor de la economía
cubana con ingresos brutos en divisas próximos
a los 2.000 millones de dólares (1.640,55
millones de euros) el pasado año, ha pasado
a estar bajo supervisión de Raúl
Castro, hermano del presidente, ministro de Defensa
y segundo hombre en la jerarquía del país.
A partir de octubre, se limitará aún
más la iniciativa privada y no se concederán
nuevas licencias para trabajos tan dispares como
canteros, antenistas, masajistas o payasos.
Estas restricciones profundizan en las medidas
aprobadas el pasado año, cuando se sustituyó
el dólar por el Peso Cubano Convertible
(equivalente pero de uso exclusivo en la isla)
en las transacciones entre empresas estatales
y se confirió al Banco Central potestad
para las aprobar las adquisiciones en dólares
de estos grupos.
La "recentralización" coincide
con la incertidumbre provocada por el endurecimiento
del embargo estadounidense contra la isla decretado
por la administración de George W. Bush,
que ha restringido los viajes de cubano-estadounidenses
y los envíos de remesas desde el pasado
30 de junio.
Las remesas, primera fuente de ingresos netos
en divisas, unos 1.000 millones de dólares
anuales, según cálculos extraoficiales,
podrían reducirse a la vista de las nuevas
medidas de Washington.
Las dudas sobre cómo afectarán
a medio plazo estas decisiones a las familias
cubanas y la subida de precios (un promedio del
15% en los productos en divisas) decretada por
el gobierno de Castro en mayo pasado, han provocado
una caída del consumo.
En política exterior, la estrategia de
Bush hacia Cuba ha agravado el enfrentamiento
histórico entre Washington y La Habana,
al que hoy se referirá Castro en su discurso,
según han anunciado medios oficiales.
En agosto próximo, el referéndum
revocatorio del mandato del presidente venezolano
Hugo Chávez, incondicional de Castro, será
clave en el futuro inmediato de la isla, que recibe
diariamente 53.000 barriles de petróleo
de Venezuela a precios preferenciales.
Perforaciones de Repsol
En esta situación, son comprensibles las
grandes expectativas despertadas por las exploraciones
del grupo español Repsol en aguas del golfo
de México, a 25 millas de la costa cubana.
Las perforaciones comenzaron en junio y están
a punto de terminar, según fuentes del
sector.
Repsol y el gobierno cubano mantienen un absoluto
mutismo sobre el tema, aunque recientemente Castro
señaló que no sueña con encontrar
crudo "como la campesina de la cántara
de leche".
El posible hallazgo de petróleo de calidad
en Cuba tendría consecuencias impredecibles
para el país. Algunos analistas apuntan
que el petróleo conduciría a más
ortodoxia y centralización; otros, creen
que aumentaría la amenaza de conflicto
con EEUU y los hay también que pronostican
que supondría apertura y mejora de las
relaciones con Washington.
Todo queda en conjeturas mientras Repsol no anuncie
el resultado de sus exploraciones.
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