México-Cuba: difícil, rápido
retorno de embajadores
Natalia Gómez Quintero.
El Universal.
México, 17 de julio de 2004.
Contrario a lo que espera el gobierno de Cuba,
después de la reunión de este domingo
entre los cancilleres Luis Ernesto Derbez, de
México, y Felipe Pérez Roque, de
Cuba, no se prevé que haya un regreso inmediato
de los embajadores de ambos países a sus
sedes, confirmaron fuentes diplomáticas,
quienes previeron que tal vez hasta septiembre
se normalicen las relaciones entre los países.
Mientras tanto, fuentes del gobierno de la isla
expresaron su extrañamiento por las recientes
declaraciones del subsecretario para América
Latina de la Cancillería mexicana, Miguel
Hakim, quien declaró en días pasados
que la visita del canciller Derbez era para exigir
explicaciones al gobierno de Cuba, pues México
no había recibido los argumentos necesarios
respecto de varios incidentes que se dieron entre
los gobiernos en meses pasados.
Entre ellos, el caso Ahumada; el discurso del
1 de mayo de Fidel Castro en el que señaló
que el gobierno del presidente Vicente Fox había
"convertido en cenizas" la política
exterior de México; la injerencia en asuntos
internos, y el abandono de los canales diplomáticos
para resolver los conflictos entre las naciones.
La SRE señaló que el encuentro
que se dio entre los cancilleres en mayo pasado
un día antes de la tercera Cumbre de América
Latina, el Caribe y la Unión Europea fue
un avance importante para normalizar las relaciones,
pero que aún falta un trecho por recorrer.
Ambos gobiernos manifestaron en esta semana su
interés por la normalización de
las relaciones diplomáticas, que fueron
rebajadas por decisión de México
a encargados de negocios el 2 de mayo pasado,
fecha en la que se retiraron a los embajadores
Roberta Lajous de México y Jorge Bolaños
de Cuba; y cuando fue declarado persona non grata
y expulsado el entonces consejero político
de la embajada de Cuba, Orlando Silva Fors. En
Guadalajara, Derbez Bautista y Pérez Roque
fijaron su estrategia para normalizar las relaciones
diplomáticas.
México planteó que primero, antes
de regresar a los embajadores a sus cargos, se
debían discutir los incidentes por los
que se rebajaron las relaciones al mínimo
entre los países, y después de ello
instalar a los representantes en las legaciones.
Por el contrario, Cuba consideró que era
prioritario reinstalar de inmediato a los embajadores
en sus puestos e ir discutiendo los diferendos
que llevaron a México a modificar el estatus
de sus relaciones diplomáticas con el gobierno
de la isla.
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