PRENSA INDEPENDIENTE
Enero 30, 2004

SOCIEDAD
Interruptos y disponibles

LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - El diccionario de la irreal academia castrista de la lengua revolucionaria emplea los sustantivos "interrupto" y "disponible" para designar a aquéllos que pierden su trabajo.

En todos los países -y en la Cuba de siempre- se les llama desempleados, pero esta palabra no goza del agrado de los dueños de la ideología, por considerarla impropia y negativa al ideal comunista. Así pues, del mismo modo que el puré de chícharos pasa a ser crema de San Germán, y el que hace el amor impúdicamente en la parada de la guagua es un "indisciplinado social", el que pierde su puesto de trabajo es un interrupto o un disponible.

Tal fenómeno era poco frecuente en la Cuba subsidiada por la Unión Soviética, pues siguiendo la receta comunista, el desempleo se ocultaba con el sub empleo, que consiste en la utilización de un número de obreros superior al requerido para una actividad específica.

Se trata de que, según el credo marxista, el desempleo es propio del infierno capitalista e inexistente en el paraíso proletario. Posiblemente hoy en día nadie, ni aún en Corea del Norte, sostenga semejante absurdo como válido, pero en Cuba existe el caudillo histórico y legendario, y el "padrecito" de la patria no puede consentir que sus hijos deambulen sin trabajo.

Por eso en Cuba el término desempleo fue edulcorado con otros vocablos menos llamativos. Pero fue ineludible hablar del fenómeno como tal por lo frecuente y reiterado que resultaba.

Al inicio y durante muchos años, no hubo dificultades mayores. Pero al imperio ruso llegó la perestroika de Gorbachev y mandó a parar. El novillo caribeño fue destetado y en la Isla se formó el revolico y el despelote. El castrismo, entonces, se quedó como el reverbero sin alcohol o el candil sin luz brillante.

Fue entonces cuando se cerraron muchas industrias y comercios; casi se paralizó el transporte y los centros laborales carecían de abastecimiento para garantizar el funcionamiento de los comedores obreros.

Oleadas de cubanos perdieron sus nexos laborales (según el léxico castrista), es decir, fueron cesanteados de acuerdo a la denominación universal. Una parte de la fuerza laboral del país quedó interrupta y de ella a su vez, un por ciento pasó a ser disponible. Interruptos y disponibles fueron fenómenos hasta entonces desconocidos u ocultos bajo el manto del subsidio soviético. Tanto es así, que las resoluciones 3/92 y 6/04 que norman tales situaciones datan de los años 1992 y 1994.

Aunque el interrupto y el disponible tienen en común la condición de cesanteados (están sin trabajo), en el primero la situación puede ser temporal o transitoria, mientras que en el segundo es permanente. Dicho de otro modo, el interrupto está pendiente de ser ubicado, mientras que el otro carece ya del tutelaje estatal al no pertenecer a ningún centro laboral. Hacia uno hay mayor compromiso gubernamental que hacia el otro.

Como la voluntad totalitaria se expresa a través de un estado erigido en dueño y señor de vidas y haciendas, el poder político estipula que el interrupto reciba la totalidad de su salario durante los primeros treinta días, a partir de lo cual, si el trabajador no ha sido aún ubicado, percibirá el 60 por ciento de dicho monto salarial.

Suele suceder que el interrupto sea captado por algún cuentapropista como ayudante y decida no trabajar más para el estado. Otras veces experimenta con algún "invento" y llega a la conclusión de que es mejor que trabajar para el gobierno.

Sucede frecuentemente que el centro de trabajo se desentiende del interrupto y cuando ello sucede el individuo pasa a ser disponible; desvinculado de cualquier compromiso laboral.

Como son muchos los cesanteados y muy reducidas las ofertas de trabajo, se ha difundido la oferta de estudio, porque el totalitarismo no puede ser indiferente ante tanta gente fuera de su estricto control. Cuentapropistas, inventores y disponibles se entrecruzan, contraponen e interponen, según las circunstancias, formando un triángulo a veces no tan amoroso, pero necesario e interdependiente para capear el temporal en este mundo de alucinaciones y locuras. cnet/03



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