EDUCACION
Entre el yogurt
de soya y el pan con na'
LA HABANA, enero (www.cubanet.org)
- El presente curso escolar, que ya anda a medio
camino, ha hecho realidad uno de los grandes anhelos
del castrismo: garantizar una merienda a los estudiantes
de la secundaria básica.
Desde hacía algunos años el discurso
oficialista se refería a la enorme cantidad
de muchachos jóvenes deambulando por las
calles fuera del control estatal, y que tal situación
ponía en riesgo la tranquilidad ciudadana,
a la vez que aumentaba la delincuencia.
En el fondo del asunto se ocultaba la manía
del régimen por controlar la vida y milagros
del ciudadano. Más aún, tratándose
de esos jóvenes que empiezan a despertar,
y en su despunte son proclives a salirse del tiesto
y a rechazar los moldes revolucionarios.
Esta actitud del régimen ha sido una constante.
Desde los primeros días mostró su
afición totalitaria expresada en la concentración
de aquellas muchachas campesinas en el barrio
residencial de Miramar, para que aprendieran corte
y costura; o la captación de prostitutas
de los antiguos barrios de Colón y Pajarito
para convertirlas en taxistas, conocidas como
las violeteras, por el color de los automóviles
que conducían. En estos gestos susceptibles
de ser interpretados a la luz del altruismo y
la filantropía, suele esconder el totalitarismo
sus pérfidas intenciones.
Por supuesto que el régimen está
asistido de toda la razón cuando se desasosiega
por la muchachada revoltosa e irreverente.
Tengamos en cuenta que en Ciudad de La Habana
habita casi la cuarta parte de la población
cubana, y que en ella el control y apacentamiento
de los jóvenes es mucho más difícil
y complejo. Los recuerdos del bienio 1992-1993
están bien frescos en la mente de los sostenedores
del castrismo.
En aquellos días eran frecuentes los apedramientos
de los comercios y otras dependencias gubernamentales,
y no faltaron manifestaciones públicas
con empleo de violencia policial, como ocurrió
en Regla y Cojímar, y que desembocaron
en el "maleconazo" de 1994. En este
período se pintaron más letreros
en las paredes contra el castrismo que todos los
realizados contra las tiranías de Machado
y Batista, pues no sólo preferían
los lugares públicos famosos y concurridos,
sino que aparecían en los rincones más
humildes e insignificantes de nuestra urbe capitalina.
Es necesario, pues, y no hay que escatimar esfuerzos
y recursos en ello, tener bien controlada a la
muchachería. Para ello se abastece de merienda
a las escuelas secundarias de Ciudad de La Habana,
con sus 84,021 estudiantes y sus 11,177 trabajadores,
lo cual eleva la cifra de "beneficiarios"
a 95,198. Para el próximo curso escolar
se pretende que todas las escuelas secundarias
de la nación estén incorporadas
al sistema de merienda, con la consiguiente doble
sesión de estudios.
Para apoyar esta actividad, es decir, para hacer
posible el vaso de yogurt de soya y el pan con
na', se ha montado una aparatosa superestructura.
Desde el Instituto de Investigaciones de la Industria
Alimenticia hasta el panadero de la esquina, se
han incorporado al asunto de la merienda, incluyendo
a 15 nuevas fábricas de pan destinadas
al abastecimiento del producto.
Los voceros del castrismo dicen que con el asunto
de la merienda se han anotado un éxito;
que con ello le han dado la patada a la lata.
Pero a 8 meses de existencia muchos estudiantes
piensan algo bien distinto. Se dice que el yogurt
suele estar aguado; que la oferta proteica acompañante
del pan suele ser una croqueta de olor impreciso
y de sabor irreconocible; a veces es una hamburguesa
inodora y sin sabor, a la que los muchachos le
han dado la marca de "McCastro".
Algunos padres pertrechan al hijo de una verdadera
merienda; de una merienda como Dios manda. Con
todos los hierros. Hay quienes no pueden hacerlo.
Mientras tanto, la muchachada estudiantil va
espigando, revoltosa y bullanguera como es propio
de la edad; llena de añoranzas, pero falta
de sueños. Haciendo de tripas corazón,
en esa etapa en que el llanto es escaso y la risa
frecuente; entre el yogurt de soya y el pan con
na'. cnet/03
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