SOCIEDAD
Fórmula 1 en La Habana
LA HABANA, enero (www.cubanet.org)
- La calle 23 del Vedado vuelve a ser noticia,
pero esta vez los protagonistas no son delincuentes
armados y policías con poca puntería.
A las tres de la madrugada del pasado domingo
11 de enero sus vecinos vieron interrumpido su
sueño sobresaltados al sentir poderosos
motores a toda velocidad y frenazos, inclusive
con aplausos de algunos "espectadores".
Son carreras de automóviles y motocicletas
que, previa preparación mecánica,
desarrollan una velocidad superior a la máxima
permitida técnicamente por esos vehículos,
para delicia de sus conductores y un público
joven fan a las carreras.
Antes de 1959 en La Habana se desarrollaban carreras
de Fórmula 1 en el circuito comprendido
en el Malecón habanero, con la presencia
de ases internacionales. De ellas sólo
se recuerda en los medios de divulgación
oficiales la de febrero de 1957, cuando el argentino
Juan Manuel Fangio, campeón de varios circuitos,
fue secuestrado por un comando del Movimiento
26 de Julio.
En la Cuba socialista el culto a la velocidad
automotriz pasó al ostracismo. En los últimos
años sólo se ha permitido las carreras
acuáticas de Fórmula 1, al parecer
por la experiencia y la afición de este
pueblo que aspira con sus rudimentarios medios
a emprender una travesía marítima
no tan rápida rumbo norte y sin regreso.
Pero son los jóvenes los que hacen realidad
estos eventos, clandestinos y semi perseguidos
desde hace ya algunos años. En horas de
la madrugada realizan sus carreras ante cientos
de fanáticos que se reúnen en los
"circuitos".
Las primeras se desarrollaron en el Malecón,
como continuación de sus predecesoras.
Después de algunos fatales accidentes la
policía las "espantó"
de allí, y fueron para San Miguel del Padrón,
en la autopista, pero corrieron similar suerte.
La calle 26 del Nuevo Vedado vivió semejante
experiencia, pero la policía siempre llega
y obliga a trasladar la sede del certamen.
Le tocó ahora la oportunidad a la calle
23 del Vedado, una exquisita recta que se extiende
desde L hasta 12, con no menos de tres kilómetros
de extensión. ¿Cómo es posible
que esta actividad se pueda realizar en un país
fuertemente controlado, a riesgo de accidentes
fatales debido a la alta velocidad? "Esos
son 'hijos de papá', de dirigentes, por
eso la policía es tan condescendiente con
ellos", comentó un vecino indignado
y preocupado por los sucesos.
"En esas carreras se hacen apuestas. Por
ejemplo, las de moto alcanzan hasta los 500 dólares
y las de auto hasta 1000", explicó
un joven chofer que conoce de estos hechos pero
que los censura "por constituir casi un suicidio",
como aclaró. "El Estado debía
permitir las carreras como evento deportivo, y
crear circuitos apropiados. Ya por la TV pasan
programas deportivos de Fórmula 1 y a los
jóvenes nos encanta eso", agregó.
¿Durarán las carreras de la "fórmula
1 cubana" por la calle 23? Es poco probable,
pero la realidad es que los jóvenes, esos
"hijos de papá", pues son los
únicos que pueden disponer de esos equipos
y el dinero necesario, no se resignan a prescindir
de sus carreras, aún a riesgo de accidentes
fatales como ocurre con frecuencia. cnet/27
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