OLA
REPRESIVA
Historia de unas décimas cautivas
SANTA CLARA, enero (www.cubanet.org)
- En las primeras horas de la noche del 14 de
diciembre pasado, como era costumbre, los prisioneros
de conciencia recluidos en la Prisión Provincial
de Guantánamo esperaban por el comienzo
del recital nocturno que casi siempre rompía
el periodista independiente Jorge Olivera o las
desafinadas melodías de su colega Víctor
Rolando Arroyo. Entonces, el también periodista
Omar Ruiz Hernández pidió permiso
para entonar algunos cantos de la cantoral católica
"Cuba canta su fe". Como no se acordaba
de la música de algunos cantos, quiso que
el doctor Ricardo Silva, que es católico
practicante, lo acompañara.
Los dos se pusieron a cantar, pero Silva se encontraba
en la celda No 11, muy alejado de Ruiz Hernández,
ubicado en la No 3. A veces Omar cantaba más
rápido y de vez en cuando, desafinaban.
A decir verdad realizaban un gran esfuerzo porque
ambos no sabían los cantos correctamente.
Así se pasaron toda la prima noche, lo
que despertó el alma de poeta de Reynaldo
Miguel Labrada Peña, oriundo de Puerto
Padre y también condenado en la Causa de
los 75, quien improvisó estos versos, de
fresco sabor criollo, que ni corto ni perezoso,
declamó a viva voz. La broma hizo que todos
rieran a carcajadas y durmieran profundamente
esa noche.
Labrada llamó al improvisado grupo Dúo-Deno
porque Silva hacía algún tiempo
atrás le concedió el título
de segundo médico del área de máxima
seguridad a Ruiz Hernández, cuando éste
sentenció que las diarreas blancas de Olivera
podían ser consecuencia de la hepatitis.
Finalmente, Labrada transcribió los versos
y se los dedicó a Omar, a su esposa Bárbara
y su hijo Frank Samuel, como regalo de Navidad
y de fin de año, pidiéndole a Dios
que los bendiga hoy, mañana y siempre.
"Escuché algo muy bueno
a la hora de cantar,
y eran Silva y Omar
que formaron el Dúo- Deno
Sin ser crítico escribí
que si pretenden triunfar,
tendrán mucho que ensayar
para grabar un cidí
Estos cantores de surco
Dan sombra a cualquier cantante,
resultan un buen laxante
para no salir del turco.
Colilla se entusiasmó
y les pidió mil canciones,
que alegran los corazones
y hasta un verso aquí salió.
Félix, que estaba despierto
escuchando tras las rejas,
a nadie le dio las quejas
y en la cama cayó muerto". cnet/46
|