Argentina no condenará a Cuba,
pero reclama por un caso humanitario
La
Hora, Ecuador, 26 de
febrero de 2004.
BUENOS AIRES, AFP.- El canciller cubano, Felipe
Pérez Roque, fue informado de que Argentina
volverá a abstenerse de condenar a La Habana
en la Comisión de Derechos Humanos de la
ONU, en tanto propuso una fórmula de cancelar
deuda con el país y escuchó un reclamo
humanitario para que una médica cubana
que ha criticado al sistema de salud de la isla
pueda visitar a su hijo en Buenos Aires.
Todos estos temas estuvieron en la agenda de
la reunión que el diplomático caribeño
mantuvo el jueves con el presidente Néstor
Kirchner en el marco de una visita oficial de
cinco días, que culminará el domingo.
La abstención argentina en la Comisión
de Derechos Humanos en Ginebra en abril próximo
quedó confirmada en el comunicado de prensa
conjunto que divulgó la Cancillería
luego de la reunión en la Casa Rosada.
"Cuba agradeció a la Argentina su
apoyo a la resolución de la Asamblea General
de la ONU que solicita poner fin al bloque económico,
comercial y financiero impuesto por los Estados
Unidos contra Cuba, así como la posición
adoptada en la Comisión de Derechos Humanos",
reza la declaración.
Argentina votó contra Cuba durante los
gobiernos de Carlos Menem (1989-99) y Fernando
de la Rúa (1999-2001) y Eduardo Duhalde
siguió a sus antecesores en 2002, pero
en 2003 cambió y se abstuvo.
En declaraciones a la prensa, Pérez Roque
aseguró que "las relaciones entre
Cuba y Argentina han quedado plenamente restablecidas
a nivel diplomático" y agregó
que "ha quedado atrás la época
de los desencuentros y las escaramuzas".
Aunque mantuvo diferencias con el régimen
socialista cubano, Menem hablaba de Fidel Castro
como de un "amigo" con el que intercambiaba
puros cubanos por el vino que lleva su apellido
y que se produce en su provincia natal La Rioja.
Pero fue de la Rúa quien protagonizó
uno de los cortocircuitos verbales más
resonantes con Castro, cuando apoyó la
moción de condena por la situación
de los derechos humanos en la isla que impulsa
cada año Estados Unidos en la ONU, a lo
cual el mandatario cubano reaccionó calificándolo
de "lamebotas de los yanquis".
El advenimiento de Kirchner al poder cambió
la relación. Castro estuvo presente en
mayo último en su asunción y el
canciller Rafael Bielsa visitó La Habana
en octubre, en el primer viaje de un ministro
de Relaciones Exteriores argentino a la isla en
14 años.
Sin embargo, en el tono amistoso que ha tenido
hasta ahora la visita de Roque Pérez, no
estuvo ausente el tema de los derechos humanos.
Versiones de prensa señalan que Bielsa
le había adelantado al visitante que "Argentina
comenzará a atender a la oposición
cubana".
Varios disidentes y familiares de opositores
detenidos le han pedido al nuevo embajador en
Cuba, Raúl Taleb, que los atienda en la
sede diplomática. Y el propio Bielsa en
su viaje a La Habana se vio forzado a explicar
por qué canceló un encuentro con
la disidencia.
Por otro lado, la relación Buenos Aires-La
Habana preocupa a Estados Unidos. A comienzos
de enero, el jefe de la diplomacia de Washington
para América Latina, Roger Noriega dijo
que el acercamiento "es motivo de preocupación
y decepciones" en su país.
Tanto en la reunión con Bielsa como con
Kirchner, un tema que estuvo sobre la mesa fue
el de la neurocirujana cubana Hilda Molina, cuyo
hijo Roberto Quiñones, un cubano residente
en Buenos Aires, quiere traerla pero el gobierno
de La Habana no le permite salir del país.
El gobierno argentino dice que intercede por
Molina, una profesional que ocupó altos
puestos en el área de Salud de la isla,
por "razones humanitarias". La médica
hizo declaraciones críticas del sistema
de salud cubano.
Otro tema recurrente en la agenda bilateral es
la deuda que Cuba mantiene con Argentina desde
1974 y que en julio de 2003 ascendía a
1.967 millones de dólares.
Pérez Roque ratificó que su país
pretende pagarla y, en principio, planteó
la posibilidad de cancelar una parte con la atención
gratuita de enfermos argentinos en los hospitales
cubanos.
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