DESDE
LA CARCEL
Cochicárcel
Normando Hernández, condenado
a 25 años de prisión, que cumple
en la prisión Kilo 5 1/2 de Pinar del Río.
Reside en la ciudad de Camagüey.
CARCEL DE BONIATO, Santiago de Cuba
- ¿Qué nombre le daremos? Manicomio,
por el alto nivel de desequilibrio mental. Cementerio
de hombres vivos, porque te matan lentamente.
Basurero, por considerarse inmundicia, desperdicios
de la sociedad a los que arrojan aquí.
Cochiqueras, por ser tratados como puercos malolientes
y alimentarlos con sancocho. Cualquiera de estos
nombres pudiera ser. Pero me gusta uno compuesto.
¿Por qué no llamarle a las prisiones
cochicárceles?
Sí, amigo. Cochicárcel es la denominación
más adecuada para dar una idea de las mazmorras
en la Mayor de las Antillas. Esta palabra compuesta
sólo significa que los presos en Cuba se
encuentran recluidos en condiciones similares
a los cerdos en las cochiqueras. Digo similares,
porque estoy seguro de que los marranos viven
mejor en las pocilgas que los reclusos en las
prisiones.
Para aquellos incrédulos que lejos de
aquí se cuestionen tal afirmación,
vale enumerar algunos detalles.
Los cochipresos del régimen penal de Boniato,
en la cochicárcel de Santiago de Cuba,
viven hacinados en una celda que sólo les
da 83 centímentros de ancho por 125 centímetros
de largo de movimiento libre. se alimentan de
bollo de vaca, chorote, burundanga y otros nauseabundos
manjares.
Paso a explicar la composición de estos
alimentos -si es que se les puede llamar alimentos-
que mantienen a los reclusos -si es que se le
puede llamar vida a la existencia de estas personas.
El chorote es maíz tostado y cocinado
con agua. Se les da a los cochireos en el desayuno,
y en algunas ocasiones es sustituido por harina
de trigo disuelta en agua con azúcar sin
refinar. A este chorote se le añade una
pequeña ración de pan.
En los almuerzos y comidas se turna como plato
fuerte el bollo de vaca. Como su nombre lo indica,
está compuesto por el bollo de la vaca
convertido en pasta. Es de color blanco. A veces
lo sustituye la apestosa burundanga, que dicen
estar elaborado con vísceras de res, pero
se sospecha que entran en su composición
los cascos y los excrementos.
Como plato fuerte también hace su entrada
la tenca, un pescado famoso por su mal olor y
sabor.
Hay que tener en cuenta que todos estos comestibles,
además, los traen cada cierto tiempo en
franco estado de descomposición.
De guarnición podemos saborear la sopa
sin fideos y de sustancia de harina de trigo o
un buen potaje sin frijoles. En honor a la cocina
italiana nos ofertan coditos hervidos en sal,
blancos como el papel. Ocasionalmente nos dan
carne molida, de ese animalito que nadie ha visto
y se llama soya.
Hasta aquí la descripción a grandes
rasgos de cómo alimentan a los cochipenados
en la cochicárcel de Boniato. Es bueno
señalar que todas estas inmundicias son
consideradas por la dirección y la reeducación
del cochipenal como un derecho que tienen los
cochireos.
También les contaré cómo
se violan las reglas mínimas para el trato
a los cochireclusos en la cochicárcel de
Boniato.
En primer lugar, estamos cumpliendo la sanción
a cientos de kilómetros de nuestros hogares.
Vivimos en una celda oscura. Nos dan sol una hora
de lunes a viernes. La visita es cada tres meses,
sólo dos horas con dos de nuestros familiares.
Nos prestan a nuestras esposas tres horas cada
cinco meses en un pabellón conyugal con
poca privacidad. La correspondencia la recibimos
abierta, y nos obligan a entregarla abierta. La
asistencia médica es pésima y hay
que estar grave para acceder a asistencia especializada.
Nos llevan al hospital con las manos esposadas,
con grilletes en los pies y escoltados por perros.
No tenemos acceso a la prensa ni a la televisión.
Un cochipreso de conciencia es tratado igual que
un cochireo sancionado a pena de muerte por fusilamiento.
Nos prohíben la asistencia religiosa, nos
amenazan, nos ofenden, nos faltan el respeto.
Tratan de humillarnos y desacreditarnos.
Soy un cochipreso de conciencia, sancionado a
25 años de privación de libertad
por ejercer el periodismo de forma independiente
en Cuba.
Por el momento, sólo me queda invitarlo
a que saque sus conclusiones y a visitar un cochipenal
en la Isla de los Hermanos Castro.
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