OLA
REPRESIVA
Envían denuncia
prisioneros de conciencia a la Dirección de Prisiones
SANTA CLARA, 7 de febrero (www.cubanet.org)
- Con fecha 11 de enero los prisioneros de conciencia
Léster González Pentón y
Juan Carlos Herrera Acosta dirigieron un informe
a la delegación de la Dirección
Nacional de Cárceles y Prisiones que visitó
la penitenciaría Kilo 7 donde cumplen sendas
condenas de 20 años de presidio político,
denunciando los principales problemas que aquejan
a la población penal de ese recinto carcelario.
La entrega del documento escrito se efectuó
el día de la visita, el 12 de enero, al
primer teniente Rogelio Sola Labrada, quien dirigía
la delegación y a quien se le advirtió
que sería publicado a nivel internacional.
El documento expresa la situación con
la alimentación, la que ha sufrido una
drástica reducción, de pésima
elaboración, carente de valor proteico
y calórico, sin variedad. Esta situación
provoca que los reclusos estén expuestos
a contraer peligrosas enfermedades, que atentan
directamente contra el sistema inmunológico
y por ende a estar expensas de virus y la muy
peligrosa tuberculosis, que cuenta allí
con las condiciones idóneas para su fácil
propagación (mala alimentación,
bajo peso corporal, hacinamiento, escasez de medicamentos,
falta de higiene, etc.)
El segundo punto abordado por los presos políticos
fue el de las pésimas condiciones de vida
especialmente cuando muchos no tienen amparo filial.
Estos últimos son los más vulnerables
en el recinto carcelario, porque no poseen colchones,
ni tablones, duermen en el suelo, estando expuestos
al contacto directo con insectos y roedores. Denunciaron
que allí existe una indetenible plaga de
cucarachas conocidas como "las alemanas"
que deambulan incluso por encima de los alimentos,
sin que se combatan por los medios convencionales.
La situación de los servicios médicos
puede ser catalogada de caótica, expresa
el informe. La falta de personal calificado y
las dificultades para ser atendido por un galeno
o especialista constituye un verdadero rosario
de vicisitudes, más la falta de medicamentos
recetados, que contrasta con la política
gubernamental de enviar profesionales a varios
continentes. Expresaron el criterio de que urge
reforzar, modernizar y proveer de los medios necesarios
al sistema de salud de esa prisión, porque
los servicios médicos los evalúan
como casi inexistentes.
Sobre el sistema de reeducación expresa
el informe de los dos prisioneros de conciencia,
que existe muy bajo nivel profesional de muchos
de los oficiales, nivel que convierte al reeducador
en figura represiva y no reeducativa, ya que asumen
patrones de actuación muy comprometidos,
no resuelven los problemas y utilizan respuestas
degradantes y humillantes, asumiendo prerrogativas
que no les son inherentes.
Otro punto expuesto en el informe, es lo que
sucede con sus personas, ya que se les violan
los derechos con la complicidad de la Policía
Política. La correspondencia es violada
desde y hacia la prisión, privándolos
de la comunicación con sus familiares,
con una malévola esencia implícita,
constitutiva de una grave violación de
las normas de convivencia humana y los derechos
de los prisioneros, especialmente de sus casos,
declarados Prisioneros de Conciencia por Amnistía
Internacional.
Se les priva además del uso del teléfono
a pesar de tener 100 minutos al mes reglamentados,
alegando roturas sin que se busquen métodos
alternativos y, a pesar de los esfuerzos que realiza
la Iglesia Católica, se les niega la atención
religiosa sin escuchar sus reclamaciones ante
la alta oficialidad de la prisión y de
la Seguridad del Estado.
Exigieron el cese del injusto y forzoso destierro
que sufren, el que se torna doloroso porque involucra
a sus familiares, quienes tienen que recorrer
enormes distancias para visitarlos, permitiéndoles
sólo la presencia de dos mayores en las
visitas.
Por último el informe, firmado por Léster
González Pentón y Juan Carlos Herrera
Acosta, solicita el cese inmediato de las amenazas
de los oficiales para retornarlos al régimen
especial de máxima severidad por el simple
hecho de reclamar sus derechos cercenados impunemente,
amenazas que han llegado a la encarcelación
de familiares que denuncian la situación
de sus hijos y esposos. Un punto especial en el
documento es el referente a la negativa de las
autoridades de suministrarle los medicamentos
necesarios a Herrera Acosta para contrarrestar
su creciente Vitiligo, así como antihipertensivos
que coadyuven a combatir sus trastornos cardiovasculares,
alegando su inexistencia en los almacenes. cnet/46
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