Médico cubano afirma que siempre
tuvo en mente desertar
El
Universal. Caracas,
sábado 31 de enero, 2004 .
Ulises Bernal llegó a Venezuela por el
aeropuerto de Maiquetía el 31 de octubre
del año pasado y a menos de dos meses _el
17 de diciembre_ estaba desertando.
El facultativo cubano vino en un contingente
del Plan Barrio Adentro para un sector del Estado
Lara y ayer _a pesar de que aún no da la
cara por medidas de seguridad_ fue entrevistado
por Patricia Graterón para la sección
La Entrevista, en RCTV.
Cuenta que quería darle al pueblo de Venezuela
algo de su experiencia, porque en su país
le dijeron que aquí se padecía un
"inmensa pobreza", pero siempre tuvo
en mente desertar después de 2 años.
Sin embargo, apresuró su decisión.
Llegando le dieron muy pocos medicamentos y a
los tres días se le acabaron los analgésicos.
"No teníamos ni ligadura para poder
tomar la vena ni jeringas", cuenta.
"Aquí cobramos 400 mil bolívares,
unos 250 dólares, pero bajando del aeropuerto
se nos dijo que jamás podríamos
decir ese sueldo y que íbamos a tener viáticos...
El señor donde me alojaba ganaba 200 mil
bolívares y yo 400 mil, y no podía
comprar nada para contribuir con él".
No sabe por qué razón sus récipes
no tenían acceso a la farmacia Mercal,
por lo que no veía a más de cinco
pacientes. Pero él tenía que poner
en la hoja de cargo más de 45. "Entonces
yo cogía de mi censo los nombres y las
enfermedades", confiesa.
"Aquí ningún médico
viene por amor al prójimo, aquí
se viene por dinero... Este intercambio es un
beneficio para Fidel, para resolver su problema,
que es la energía en Cuba, pues el problema
fundamental de Cuba es el petróleo",
acota.
Recuerda que antes de venirse lo llevaron al
Consejo de Estado en La Habana, donde Fidel Castro
les estuvo hablando durante unas seis horas, mientras
se comunicaba con los coordinadores cubanos aquí
en Venezuela.
"Fidel tiene acceso a cada estado de Venezuela
y me imagino que tiene el teléfono de Chávez
para comunicarse con él directamente",
afirma.
Dice que sólo desea que conozcan su verdad
y que una embajada le dé asilo para poder
salir. "Si una embajada me da asilo, si alguien
me ayuda a salir de este país, yo haré
una entrevista donde me puedan ver la cara".
Por su actitud, por sus ideas, "fácilmente
me pueden aplicar el artículo de traición
a la patria y me fusilarían o me darían
cadena perpetua".
"Me imagino que Chávez debe tener
seguridad cubana cuidándolo ... Si Chávez
me pudiera escuchar, yo le diría: ¿por
que cuándo visitaste a Cuba y te entrevistaste
con Fidel, no caminaste por las calles de La Habana
como un venezolano normal y te sentaste en la
casa de un cubano de a pie y comiste en una casa
lo que se come un cubano?", pregunta.
Opina que en su tierra no tenía futuro:
con seis años de carrera y tres de especialidad,
sólo devengaba el equivalente a 20 dólares.
"Jamás habría podido alquilar
una casa, crear una familia, comprar tan siquiera
un refrigerador, un televisor, las cosas básicas
... Vine con la esperanza de salir de Cuba",
admite.
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