El régimen de Castro depende
de la victoria de Chávez para su supervivencia
económica
La ayuda petrolera venezolana
supone para Cuba más que los ingresos netos
del turismo
La cubanización de Venezuela
se ha convertido en el tema estrella de la campaña
para el referéndum del domingo. La oposición
teme los efectos del desembarco de miles y miles
de médicos, profesores y activistas cubanos
en Venezuela. Y Castro teme que una derrota de
Chávez lo deje sin su Moscú caribeño.
Joaquim Ibarz, enviado especial.
La
Vanguardia, España, 12 de agosto de
2004.
Caracas. - La oposición venezolana está
obsesionada con la cubanización del país.
Un tema estrella de la campaña para el
referéndum es la preocupación por
la creciente presencia de médicos, educadores,
técnicos, entrenadores deportivos y agentes
de inteligencia enviados por Fidel Castro.
La revolución bolivariana hunde sus pilares
en la importación de expertos cubanos.
Mientras el petróleo fluye hacia La Habana,
miles de cubanos hacen el viaje inverso y se instalan
en Venezuela, conformando poco a poco en los barrios
un entramado de células de poder. Primero
llegaron médicos y maestros para comenzar
una labor que, según la oposición,
ya no oculta el adoctrinamiento político.
Pero a medida que se acercaba el referéndum
y crecía la contestación popular,
Chávez aumentó de forma espectacular
el número de cubanos implicados en proyectos
sociales, a los que destinó miles de millones
de dólares.
Chávez y Castro mantienen una alianza
tan estrecha que, según los analistas,
cada líder se ha vuelto semidependiente
del otro para asegurar su supervivencia. Por ello,
la consulta del domingo afectará al futuro
de Chávez, pero también a su más
cercano aliado. Unidos en su retórica antinorteamericana
y estrechos colaboradores en proyectos políticos,
sociales y económicos, los dos dirigentes
han desarrollado relaciones estratégicamente
cercanas desde que en diciembre de 1998 Chávez
llegó al poder.
Venezuela facilita a Cuba a precio de saldo 53.000
barriles diarios de petróleo. Como contrapartida,
la isla envía miles de médicos,
maestros, técnicos agrícolas, entrenadores
y una sospechosa legión de asesores políticos
y de inteligencia. Aunque Venezuela tiene acuerdos
con naciones de la cuenca del Caribe para proveer
crudo a precios reducidos, sólo Cuba puede
revenderlo en el mercado libre. La ayuda petrolera
de Chávez supone para La Habana unos beneficios
de mil millones de dólares anuales, más
que los ingresos netos del turismo. Se calcula
que Cuba le debe a Venezuela más de 800
millones de dólares por impago de hidrocarburos.
El fin de los subsidios pondría a la economía
de la isla en graves aprietos.
Unos 14.000 médicos y centenares de maestros
cubanos han contribuido decisivamente a poner
en marcha las misiones, los programas sociales
que proveen cuidados básicos de salud y
alfabetización en los barrios pobres de
Venezuela. Y las misiones han levantado la popularidad
de Chávez.
Hace una semana, Chávez dijo que 5.057
preparadores deportivos cubanos adiestrarán
a 20.000 entrenadores venezolanos, para "incorporar
a tres millones de personas en prácticas
deportivas en todos los barrios del país".
El programa Barrio Adentro Deportivo prevé
unir a los preparadores físicos con los
médicos cubanos que desde mediados del
2003 participan en planes de salud en zonas donde
no existen centros asistenciales.
"Nuestra meta principal es que Venezuela
deje de ser una colonia cubana, que es lo que
somos ahora. Debemos terminar esta relación
tan estrecha con la isla", afirma el líder
opositor Julio Borges. Según él,
si Chávez es derrotado, los "verdaderos
programas sociales" serán protegidos
mientras que los "políticos e ideológicos"
serán recortados.
Los opositores alegan que los asesores cubanos
están aquí en gran media para fortalecer
la seguridad y la capacidad de inteligencia del
Gobierno y dirigir el desarrollo de sus políticas
populistas y antiestadounidenses. Junto a médicos
y maestros en los barrios, hay militares cubanos
en los cuarteles y asesores policiales en las
comisarías. La creación de una fuerza
miliciana en los barrios -los llamados círculos
bolivarianos basados en los barrios- y la presencia
de asesores castristas en las guarniciones son
signos visibles de la cubanización del
Ejército.
Según un informe de inteligencia publicado
por el diario El Universal, entre septiembre y
octubre de 2003 ingresaron en Venezuela 11.530
cubanos para "entrenar a una milicia de defensa
del régimen" de Chávez.
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