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Denuncias
contra el Polisario por el traslado de niņos a
Cuba
El
Semanal Digital, 29
de septiembre de 2003.
Tras la polémica sobre los prisioneros
marroquíes del Frente Polisario y la actitud
de Danielle Miterrand y "France Libertés",
ahora aparece otro nuevo escándalo que
implica a la RASD.
Aún no se han apagado los ecos de la polémica
entre el Polisario y la ONG "France Libertés"
-que dirige Danielle Miterrand, la viuda del expresidente
francés- cuando un periódico suizo
ha puesto el dedo en la llaga.
Según el periodista suizo Antonie Maurice,
del diario "Tribune de Geneve", en un
reportaje titulado "Del desierto al Caribe:
los deportados del Sáhara", el trato
que las autoridades cubanas dispensan a los niños
saharauis sería muy malo. Para ello se
ha apoyado en el testimonio de Fátima Mansur,
que fue enviada a Cuba en 1982. Allí pasó
doce años, en varias escuelas, hasta que
regresó a los campamentos de Tinduf. Poco
después, decidió marcharse a Marruecos,
donde -según sus declaraciones a Maurice-
fue acogida como una "niña perdida".
Mansur ha lamentado la separación forzosa
y tiene previsto declarar ante la Comisión
de Derechos Humanos.
El asunto no es nuevo. La agencia marroquí
"Mahgreb Arab Press" lo ha aireado en
varias ocasiones. En enero de 2001 el Comité
Marroquí para la Reunión de Familias
Saharauis, dirigido por Yasni Samira, lo denunció
en la reunión de Dakar, donde 20 ONG africanas
preparaban la Cumbre que meses después
debía celebrarse en África del Sur.
Por ese camino continuó la revista marroquí
"Maroc Hebdo", que en su número
501, y a través de la pluma de Abdellatif
Mansur, afirmaba que los niños saharauis
presentes en la Isla de Pinos (o Isla Juventud,
según el régimen cubano) eran sometidos
a maltratos sexuales, se les obligaba a trabajar
en la recolección de azúcar, etc.
y se les proporcionaba adiestramiento militar.
Claro que "Maroc Hebdo" está
considerada como una de las publicaciones ligadas
al entorno "oficialista" de Rabat. Durante
los incidentes de El Ejido (Almería), la
misma revista no dudó en afirmar que se
trataba de "la respuesta de Aznar al rechazo
marroquí de renovar el acuerdo pesquero".
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