Texto:
Firme compromiso de Bush con transición democrática
en Cuba
Levantamiento incondicional de embargo favorecería
a Castro
Servicio noticioso desde Washington.
Departamento
de Estado de Estados Unidos, 29 September
2003.
La administración Bush está plena
y firmemente comprometida a alentar una transición
pacífica a la democracia en Cuba; y la
Iniciativa del presidente Bush, para una Cuba
Nueva, es la mejor manera para ese fin, dice Alan
Larson, subsecretario de Estado de Estados Unidos
para Asuntos Económicos, Empresariales
y Agrícolas.
Al declarar el 4 de septiembre ante el Comité
de Finanzas del Senado, Larson describió
el apoyo de la administración Bush a una
transición democrática en Cuba,
la amplia condena de la reciente represión
desatada por Castro y la manipulación del
turismo, la inversión y el comercio por
parte del régimen de Castro.
La política de la administración
Bush hacia Cuba "está diseñada
para fomentar la transición política
hacia un gobierno democrático caracterizado
por un firme apoyo a los derechos humanos y una
economía de mercado abierto", dijo
Larson. El presidente Bush, indicó, esta
comprometido "firme y completamente"
con esa meta.
Con ese fin, el presidente Bush anunció
en mayo de 2002 la Iniciativa para una Nueva Cuba,
que desafía al régimen de Castro
a aplicar reformas políticas y económicas.
En particular, explicó Larson, la iniciativa
pide al gobierno cubano que permita elecciones
libres y justas para la Asamblea Nacional; abra
su economía; permita sindicatos independientes
y termine con las prácticas discriminatorias
contra los trabajadores cubanos.
El presidente Bush ha dejado bien sentado que
la respuesta de Estados Unidos a esas reformas
sería trabajar con el Congreso de Estados
Unidos para aliviar las restricciones al comercio
y a los viajes entre Estados Unidos y Cuba, dijo
Larson.
El aliento de Estados Unidos a la democracia
en Cuba también comprende el apoyo a los
partidarios prodemocráticos y al pueblo
cubano en general, dijo Larson. Esto se hace en
parte al facilitar la ayuda humanitaria, dar ayuda
directa por medio de grupos no gubernamentales
cubanos, establecer becas de Estados Unidos para
miembros de las familias de los presos políticos
y dirigentes independientes cubanos y modernizar
Radio y TV Martí, agregó Larson.
A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos para
promover la democracia y el creciente movimiento
de la sociedad civil de Cuba, el régimen
de Castro ha respondido a las aspiraciones democráticas
del pueblo cubano con "una preocupante arremetida
contra las libertades fundamentales", dijo
Larson.
Larson calificó el reciente arresto y
condena, por parte del régimen de Castro,
a prolongadas sentencias de 75 activistas políticos,
entre ellos periodistas independientes, dirigentes
sindicales y líderes de derechos humanos
como "el acto de represión política
más despreciable cometido en las Américas
en una década".
El funcionario del Departamento de Estado señaló
que la Unión Europea, el Vaticano, y figuras
políticas y organizaciones de todo el mundo
se sumaron a la administración Bush en
condenar la represión desatada por Castro
y demandar la inmediata liberación de los
75 prisiones políticos.
La reciente arremetida en Cuba ilustra claramente
la naturaleza represiva del régimen de
Castro, pero hay una discusión legítima
sobre las políticas que Estados Unidos
y la comunidad internacional deben aplicar para
lograr el cambio en Cuba, dijo Larson.
Algunos consideran, explicó el funcionario,
que al aliviar las restricciones a los viajes,
los negocios y las inversiones se podría
contribuir al cambio político y económico
en Cuba. La realidad, dijo, es que el régimen
de Castro manipula el turismo, la inversión
extranjera y el comercio en apoyo del gobierno.
Por lo tanto, en lugar de abrirse unilateralmente
a Cuba, Larson dijo que la mejor manera de seguir
adelante es la Iniciativa para una Nueva Cuba,
propuesta por el presidente Bush. "Ofrece
el aliento para lograr un cambio verdadero, y
ofrece corresponder a las medidas que se tomen
para favorecer la libertad con medidas de nuestra
parte", destacó.
"Levantar el embargo sin condiciones, cuando
el régimen de Castro se ha mofado de la
comunidad internacional y de la oferta del presidente
de trabajar para aliviar las restricciones de
manera progresiva, sería premiar a un dictador
inclemente que sigue siendo el principal obstáculo
al cambio democrático en Cuba", añadió
Larson.
(Distribuido por la Oficina
de Programas de Información Internacional
del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/espanol)
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