Acto
anticastrista en París con la asistencia de intelectuales
y artistas
J. P. Quiñonero. Corresponsal
París. ABC,
España. 30 de septiembre de 2003.
"Es el primer acto importante en el que
los intelectuales de izquierda mostramos sin fisuras
nuestra oposición al régimen de
Castro", declaró Jorge Semprún
Gran acontecimiento sin precedentes: una velada
de solidaridad con el pueblo cubano, contra la
represión y la libertad en Cuba, presidida
por Jorge Semprún, con la presencia esperada
de grandes personalidades del arte y la cultura,
franceses, españoles e italianos, como
Catherine Deneuve, Pedro Almodóvar, Sophie
Marceau, Marisa Paredes, Zoé Valdés,
Fernando Savater, Pierre Arditi y Edgar Morin,
entre otros.
Por vez primera, un colectivo artístico,
intelectual, periodístico, monta en el
Teatro de los Campos Elíseos, bajo el lema
"Cuba sí, Castro no", una velada
de solidaridad con el pueblo cubano y de condena
del terror político de Fidel Castro. "Es
el primer acto importante en el que los intelectuales
de izquierda mostramos de forma colectiva y sin
fisuras nuestra oposición al régimen
de Castro. Espero que en el futuro estos actos
se multipliquen en toda Europa", aseguró
el escritor y ex ministro español de Cultura
Jorge Semprún.
Bagdad y ochenta disidentes
En su presentación de la velada, la organización
internacional Reporteros sin Fronteras (RSF) hizo
un balance implacable del comportamiento policial
del régimen castrista: "Cuando el
mundo entero miraba hacia Bagdad, Fidel Castro
encarceló a cerca de ochenta disidentes,
condenándolos a penas de 14 a 28 años
de cárcel. Escritores, periodistas, defensores
de los derechos del hombre, fueron a reunirse
en las mazmorras cubanas con otros prisioneros
políticos, privados de visitas, humillados".
Por vez primera, en París, personalidades
de la oposición intelectual cubana, en
el exilio, como la novelista Zoé Valdés,
o Eduardo Manet, estaban acompañados por
personalidades internacionales, como Catherine
Deneuve, o figuras de la izquierda intelectual,
como Edwy Plenel, director de la redacción
del vespertino Le Monde.
Como organizadora de la velada, la organización
Reporteros sin Fronteras (RSF) dio el tono de
unas denuncias que cada personalidad glosó
a su manera: "El poeta y periodista Raúl
Rivero fue condenado a veinte años de cárcel
durante un proceso a puerta cerrada, de tipo stalinista:
justicia expeditiva, negación de todo derecho
a la defensa, testimonios de agentes infiltrados,
informes montados por la Policía, acusaciones
que sólo reposaban sobre delitos de opinión".
Por su parte, el cineasta manchego manifestó
su repulsa a la "tiranía de Fidel
Castro en Cuba" y expresó su "apoyo
al pueblo cubano".
Este acto celebrado en París tiene además
una connotación simbólica, por la
elección de su celebración. Durante
muchos años la mayoría de los intelectuales
franceses fueron mayoritariamente favorables al
régimen de Fidel Castro. Desde hace años,
los apoyos al tirano caribeño, en París,
han quedado reducidos a círculos muy minoritarios,
aunque todavía influyentes, en torno al
mensual Le Monde Diplomatique y numerosas representaciones
oficiales y oficiosas en la sede oficial de la
UNESCO.
Criticas a Lula
La velada de ayer parece marcar una nueva evolución
de fondo: personalidades radicalmente anticastristas,
como Zoé Valdés, son apoyadas por
actores como Sophie Marceau.
Otro de los asuntos que centró la velada
fue el hecho de que el presidente brasileño,
Luiz Inacio Lula da Silva, obviara, en su reciente
visita a Fidel Castro, el tema de los derechos
humanos en la isla. A este respecto Semprún
se declaró "totalmente decepcionado
y defraudado por el hecho de que \ no haya aprovechado
su influencia hoy, enorme y merecida, en América
Latina y en los países emergentes para
decirle a Fidel Castro lo que piensa de los derechos
humanos". Semprún, quien dijo tener
"mucho respeto" por Lula, atribuyó
el silencio del presidente brasileño sobre
la cuestión de los derechos humanos a que
"parte de sus compañeros de Gobierno
y de partido han sido exiliados en Cuba y conocen
la Cuba solidaria".
Por su parte, Reporteros sin Fronteras se confirma
como una organización cuyo trabajo de fondo
va mucho más allá de sus tareas
estrictamente corporativas. Su defensa de la libertad
de expresión posee la fuerza de una causa
justa.
En definitiva, denunciando la represión
policial contra poetas, intelectuales y periodistas,
RSF mina en su fundamento último los cimientos
inmorales de la tiranía castrista.
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