SOCIEDAD
¿Regresa el ferrocarril a Batabanó?
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Las
garantías y el buen funcionamiento de los
trenes de pasajeros es uno de los temas más
incisivos de la sociedad cubana actual. El ferrocarril
de Batabanó, a pesar de cumplir sus 160
años, en lugar de prosperar, ha hecho todo
lo contrario.
Cuentan batabanoenses que su municipio lleva
ocho años sin ferrocarril y más
de treinta que a intervalos no disfrutan de esta
ruta regular de tránsito que heredaron
del pasado.
"Es el abandono del Estado, el de su ministerio
del Transporte y su falta de visión la
mayor causa que limita el éxito de esta
antigua vía de comunicación que
trajo el mayor esplendor económico a La
Habana del sur", dijo un octogenario que
corrió desde su niñez por ese camino
del hierro.
Ahora es el pueblo el que reclama al gobierno
municipal y al ministerio la urgencia de activar
esa ruta necesaria de transporte ante la amenaza
de crisis de los ómnibus que viajan entre
Batabanó, la capital y otros pueblos del
sur.
Batabanó tiene ferrocarril desde 1843.
Fue el tercer pueblo de Cuba (después de
Bejucal y Güines) e incluso el tercero de
América en tener un tren. Fue la vía
eficiente y económica de la colonia y la
república hasta 1959, y gracias al ferrocarril
estas zonas alcanzaron su mayor fortuna.
Desde la habanera y antigua estación de
Villanueva los trenes viajaban a Batabanó
-pasando por Bejucal- transportando mercancías
y pasajeros a puertos, municipios y ciudades del
sur del país. Incluso Isla de Pinos, a
donde se llega por vía marítima,
se beneficiaba de este transporte.
Hasta los inicios de la revolución viajaban
por esa línea veinte trenes a diario. Se
cargaba madera (importada de Sudamérica
en barcos hasta el muelle del ferrocarril en Surgidero
de Batabanó), comestibles, producciones
locales, cañas de azúcar
Todavía en los primeros años de
la revolución los pasajeros viajaban en
"gascars" beneficiando a viajeros de
unos siete pueblos por donde éste pasaba.
La frecuencia de viajes, al transitar el periodo
revolucionario, pasó de tres a dos diarios.
El cambio de los "gascars" por coches
modernos con locomotoras devino en crisis debido
a serios desperfectos e irregularidades que interrumpen
su servicio. Roturas, falta de piezas de repuesto,
mal estado de las líneas, descarrilamiento
y un gasto de petróleo ocasionan al gobierno
más pérdidas que ganancias.
Los trenes de carga, por su parte, sufrieron
iguales contingencias. Las mercancías se
trasladan en cargas por camiones, y el ferrocarril
quedó sólo para el transporte de
caña, que a su vez vio su fin en los inicios
de los 90, con el Periodo Especial.
Ahora, luego de años batallando contra
el ministerio, éste retoma la idea de poner
a funcionar el tren. La ruta de ferrocarril es
reparada en tramos por cuenta de los municipios
donde pasa: Batabanó, San Felipe, Güira
de Melena, Santiago de las Vegas, Bolleros hasta
Ciénaga, la terminal en Plaza de la Revolución.
Según informaciones oficiales, los viajeros
contarán con dos coches tirados por una
locomotora. Se espera que la demora no exceda
de la hora, de un lugar a otro.
El domingo 14 de septiembre se puso a prueba
el tren Habana-Batabanó. Pero más
que un sueño fue una pesadilla, pues el
moderno sistema de que tanto hablaban los dirigentes
dejó abandonado a decenas de pasajeros
a sólo unos kilómetros de llegar
a su destino.
¿Que garantías tienen los pasajeros
ante el inminente ejemplo?, le preguntamos a un
funcionario ese día.
"¡Eso tiene solución!",
dijo en el tono optimista que los caracteriza.
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