NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
Viaje de Lula tiene un carácter
comercial
Efe, LA HABANA.
El presidente brasileño, Luiz Inácio
Lula da Silva, iniciará hoy una breve visita
a Cuba acompañado de una numerosa delegación
oficial y empresarial.
Lula llegará a La Habana a última
hora de la mañana de hoy acompañado
de sus ministros de Exteriores, Salud, Comercio
Exterior, Alimentación y Hacienda, así
como de varios asesores de la Presidencia, que
se unirán al titular de Deportes, que llegó
esta semana para firmar varios acuerdos de cooperación.
En la delegación figuran también
más de medio centenar de empresarios de
muy diferentes sectores, desde alimentación
a construcción, pasando por productos químicos,
farmacéuticos y maquinaria agrícola.
La nutrida delegación empresarial que
acompaña al líder brasileño
confirma el carácter comercial de la visita
de Lula a Cuba, donde se reencontrará con
su viejo amigo, el gobernante Fidel Castro.
La presencia de directivos del Banco Nacional
de Desarrollo Económico y Social de Brasil
(BNDES) en la delegación podría
confirmar la posible concesión de una línea
de créditos de hasta $400 millones para
la isla, tal como han anunciado medios brasileños
en los últimos días.
Junto a los directivos del BNDES figuran ejecutivos
de otras importantes empresas, como la tabaquera
Brascuba, la constructora Casaforma, Quiral Química
de Brasil y responsables de asociaciones brasileñas
de empresas proveedoras de infraestructuras y
exportadoras de carne.
Según la agenda oficial prevista, durante
su breve estancia en la isla, Lula se reunirá
en privado en dos ocasiones con Castro, en la
tarde de hoy y en la mañana del sábado,
inmediatamente antes de concluir su visita.
En Cuba, el presidente de Brasil firmará
acuerdos de cooperación con el líder
cubano, se reunirá con estudiantes brasileños
y asistirá a un foro empresarial bilateral.
Ni Cuba ni Brasil han querido adelantar el contenido
de los posibles acuerdos comerciales que se firmarán
en estos días, aunque el embajador brasileño
en La Habana, Tilden Santiago, apuntó esta
semana que la visita permitirá negociar
una reestructuración de la deuda cubana,
de unos $40 millones.
Además, Brasil está interesado
en aumentar su presencia en el sector turístico
en Cuba, participar en la reestructuración
de la actividad azucarera, y aumentar la compra
de vacunas y medicinas cubanas.
Paralelamente, la visita de Lula podría
agilizar la aplicación del protocolo de
intenciones firmado en agosto entre Petrobras
y la cubana Cupet, para que el grupo brasileño
participe en la modernización de varias
instalaciones petroleras en la isla y en las exploraciones
que se realizan en aguas del golfo de México.
Hasta el momento, Cuba y Brasil han mantenido
un comercio reducido.
Los judíos cubanos redescubren sus
raíces ocultas
Daniel Shoer Roth , El Nuevo Herald.
A pocos años de llegar de Cuba cuando
niña, Olga Lea Pérez forjó
amistad con su vecina en Nueva Jersey, una pequeña
judía con una estrella de David colgada
del cuello que le hacía relatos sobre las
tradiciones religiosas de su familia. Fue entonces
cuando Olga sintió su primer vínculo
con la fe judaica, pero no entendió por
qué.
''Yo quería ser como ella. Era mi neshamá
(alma judía) llamándome'', confiesa.
Tres décadas más tarde en Miami,
Pérez, quien fue bautizada cristiana y
creció no practicante, volvió a
sentir esa conexión de pertenencia al judaísmo.
Investigando sobre los orígenes de su familia
en Cuba, halló que era descendiente de
hebreos que habían ocultado su religión.
Optó por convertirse.
''Ahora me siento libre, porque sé quién
soy'', señala Pérez, de 38 años.
"Es un sentimiento increíble, comprender
que todo lo que siempre he sentido es verdad''.
Decenas de cubanos en el exilio, e incluso en
la isla, que nacieron y crecieron en el seno de
distintas creencias o identidades, están
descubriendo lo que sus subconscientes les ha
sugerido durante años: sus raíces
judías. A través de documentos de
identidad, testimonios y estudios genealógicos
muchos han confirmado sus orígenes hebreos
y están regresando a la religión,
generalmente a través de la conversión.
Hoy por la noche, cuando el sol se oculte, muchos
de ellos celebrarán el comienzo del año
judío por primera vez, pero notarán
que algunas de las costumbres de la festividad,
conocida como Rosh Hashaná, de alguna manera
estuvieron presentes en las historias narradas
por sus abuelos.
Este grupo de cubanos no está solo en
su hallazgo. En el sur de la Florida y en el resto
de las Américas, cientos de familias hispanas
cristianas se están acercando al judaísmo
convencidas de que son descendientes de los ''marranos'',
los hebreos que se convirtieron al catolicismo
durante la Inquisición para eludir la hoguera,
afirmó Nathan Katz, jefe del Departamento
de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional
de la Florida (FIU).
Siglos más tarde llegaron al Caribe y
Suramérica, y mantuvieron su tradición
en secreto hasta que se asimilaron por completo.
En Cuba, donde sufrieron discriminación,
muchos hebreos se cambiaron los apellidos para
ocultar su identidad e hicieron matrimonios mixtos
durante el siglo pasado. Con la revolución
de Fidel Castro, que abogó por la homogeneidad
de la sociedad, el silencio fue aún mayor.
''Súbitamente, al investigar el pasado
de sus familias, descubren que los rituales que
profesaban sus ancestros tienen origen judío
y no cristiano'', explicó el rabino Edwin
Farber, presidente de la unidad de conversión
de la Asamblea Rabínica del sur de la Florida,
un organismo conservador. "Sienten que recapturan
algo que les fue robado, su verdadera identidad''.
Debido a que las conversiones se realizan bajo
estricta privacidad, no existen cifras que apunten
a la cantidad de hispanos que se convierten. Se
estima que en Estados Unidos, anualmente entre
4,000 y 7,000 personas adoptan el judaísmo
como religión a través de una autoridad
rabínica, dijo el rabino Farber.
Mariano Moshe Otero, un ex ministro evangélico
cubanoamericano de 42 años, es uno de los
que percató que tenía probabilidades
de ser judío. Anécdotas narradas
por su madre sobre el hogar de sus abuelos en
Cuba detallaban la práctica de algunas
tradiciones del judaísmo, como cubrir los
espejos de la casa cuando muere un familiar, aunque
nadie sabía por qué.
Un día Otero recibió un documento
que le confirmó lo que siempre había
sospechado. Se trataba del acta de nacimiento
de su abuela materna, Dolores Caraza Levi, constando
que era judía. Según la ley, el
judaísmo se hereda por el lado materno,
por lo que Otero pertenece a este credo.
''Siempre sentía que tenía una
conexión especial'', comentó Otero,
quien cursa estudios rabínicos y asesora
a una decena de familias cubanas en Miami en la
búsqueda de sus raíces.
Los rabinos explican que si una persona está
alejada por una generación de su linaje
judío, debe convertirse formalmente. Para
hacerlo, los requisitos incluyen el estudio y
la aceptación de la doctrina judaica, expresar
el deseo de ser parte del pueblo hebreo, sumergirse
en un baño ritual y, para los hombres,
la circuncisión, explicó Farber.
En Cuba, donde la comunidad hebrea actual se
estima en 1,500 integrantes, muchos jóvenes
que han retornado a la fe se han convertido o
están en ese proceso, especialmente si
sus sus abuelos y bisabuelos hicieron matrimonios
mixtos, dijo Ruth Behar, una antropóloga
de la Universidad de Michigan que ha estudiado
el tema.
''Después de la revolución, la
gente no practicaba el judaísmo porque
la religión en general era algo que no
se profesaba, especialmente entre los jóvenes'',
comentó Behar. "Así que los
judíos se dijeron: somos cubanos y no nos
vamos a segregar del resto de la sociedad''.
Con mayor libertad religiosa en la isla hoy,
y un despertar espiritual en algunos círculos
en el sur de la Florida y en otras latitudes del
hemisferio, el retorno a las raíces se
hace más motivante.
''Como se trata de personas cuyos ancestros fueron
forzados a convertirse o lo hicieron por temor
al antisemitismo'', concluyó el profesor
Katz, "son bienvenidos de nuevo, incluso
después de 500 años''.
dshoer@herald.com
El desconocido secuestro de los niños
sarahuíes
Pablo Alfonso / El Nuevo Herald
, GINEBRA, Suiza.
Cuando Fatimatu Mansur llegó a Cuba en
el verano de 1982 nunca imaginó que veinte
años después estaría denunciando
el azaroso drama de su vida y la de sus companeros
ante la Comisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas en esta apacible ciudad suiza.
En realidad no lo podía imaginar, porque,
en aquel entonces la joven sarahui tenia apenas
10 años de edad.
''Eramos niños que fuimos separados a
la fuerza de nuestras familias, enviados a Cuba
en contra de la voluntad de nuestros padres'',
afirma Mansur en un fluido español, de
profundo acento cubano, que contrasta con el tradicional
atuendo con que visten las mujeres musulmanas.
Durante una entrevista con El Nuevo Herald, Mansur
explicó que era parte de un contigente
de 2,000 jovenes sarahuíes enviados a estudiar
a Cuba por el Frente Polisario (Frente Popular
para la Liberacion del Sahara Occidental y Río
de Oro), una organización que desde 1975
reclama la existencia de la República Arabe
Sarahuí, en lo que fuera un antiguo territorio
colonial español, en disputa con el Reino
de Marruecos.
La historia de ese complejo y lejano conflicto
tiene sus vínculos con Cuba por el apoyo
que el régimen de Fidel Castro ha brindado
desde su nacimiento al Frente Polisario, conjuntamente
con Argelia y Libia y la ex Union Sovietica.
Mansur vivió en Cuba durante 12 años,
la mayor parte del tiempo en la Isla de la Juventud
(antigua Isla de Pinos). Allí junto a sus
compañeros cursó sus estudios primarios
y secundarios.
''Estuve en las escuelas números 49 y
14 y en la Vanguardia de La Habana hasta los 17
años'', afirma la joven, mientras rememora
las duras jornadas dedicadas a aprender un nuevo
idioma, una cultura diferente, los trabajos agrícolas
en los campos de cítricos y el entrenamiento
militar en los períodos de receso escolar.
Cuando concluyó sus estudios secundarios
Mansur fue enviada al Instituto Superior Pedagógico
de la provincia de Pinar del Río.
''Lo peor que hemos sufrido ha sido la separación
de la familia. Nunca más ví a mis
padres'', subrayó.
La historia de estos jóvenes sarahuíes
que estudian en Cuba es poco conocida. Ellos forman
parte de varios cientos de estudiantes extanjeros,
la mayoría africanos y asiáticos,
que el régimen castrista mantiene en regiones
agrícolas de Isla de Pinos y que muestra
como uno de sus grandes logros solidarios con
el llamado Tercer Mundo.
''Yo cuestiono seriamente esa educación.
Me pregunto si es justo, si es humano lo que nos
hacen'', afirma la joven. ''Te separan de tus
padres cuando eres un niño, creces en otra
cultura, no te enseñan tu lengua ni tu
religión'', afirma Mansur. ''Nosotros somos
musulmanes, pero al final te han desarraigado
de tu pueblo y te vuelves un extraño. Es
verdad que hemos aprendido, pero hemos perdido
el contacto con nuestra familia, y para muchos
ha sido por el resto de sus vidas'' agregó.
De duelo la cubanía por la muerte de
Botifoll
Wilfredo Cancio Isla , El Nuevo
Herald.
Con la muerte del doctor Luis J. Botifoll desaparece
un patriarca del espíritu cubano y un pilar
de la hispanidad en Estados Unidos.
Botifoll, abogado prominente, banquero exitoso,
periodista, diplomático, hombre de cultura
y líder comunitario por más de seis
décadas, falleció la noche del miércoles
en su casa de Coral Gables, víctima de
un paro cardíaco. Tenía 95 años.
Su vitalidad, liderazgo y cubanía lo acompañaron
hasta el minuto final de la vida. Botifoll participó
en el encuentro de la comunidad cubana con el
presidente del gobierno español, José
María Aznar, celebrado la noche del miércoles
en el Hotel Biltmore, y tomó la palabra
para agradecer el respaldo de España a
la oposición pacífica de la isla.
Al término de la velada fue llevado a
su casa, donde murió repentinamente cerca
de las 9:30 p.m.
La noticia del deceso de Botifoll conmovió
ayer a la comunidad de Miami desde las primeras
horas de la mañana. Incluso el Consulado
de España se comunicó de inmediato
con sus familiares para transmitirles las condolencias
personales de Aznar.
''Era la conciencia del exilio'', afirmó
Joe García, director ejecutivo de la Fundación
Nacional Cubano Americana (FNCA), quien valoró
a Botifoll como uno de las figuras más
influyentes de esa organización.
''Un hombre que fue grande en todas las épocas,
en la Cuba republicana y en el exilio, y que siempre
tuvo una mentalidad joven para pensar el futuro'',
agregó García.
Alberto Ibargüen, presidente de Miami Herald
Publishing Co., destacó ''la integridad,
visión y autoconfianza'' de Botifoll. "Si
creía en ti, depositaba su confianza en
ti y en tus elementos de juicio. Eso lo hizo un
brillante periodista, abogado y banquero''.
Hijo de emigrantes españoles, Botifoll
nació en la Habana el 27 de junio de 1908.
Inició su educación en la escuela
pública y luego bajo la tutela de los jesuítas
en el prestigioso Colegio de Belén.
Desde muy joven fue un voraz lector de literatura
y un deportista que practicaba con virtuosismo
el béisbol, el balompié, la natación,
el patinaje y hasta el jai-alai. Llegó
incluso a marcar tiempos de clase mundial como
velocista en campo y pista.
Cursó la carrera de Derecho en la Universidad
de La Habana y llegó a ser presidente de
la Asociación de Estudiantes de Leyes,
responsabilidad que lo enfrentaría a la
dictadura de Gerardo Machado (1925-1933), obligándole
a abandonar el país y asentarse en New
Orleans.
Allí se graduó de Doctor en Leyes
en la Universidad de Tulane y conoció a
Aurora, con quien regresó a Cuba y contrajo
matrimonio en 1933. Aurora, su compañera
por 70 años, había fallecido el
pasado 2 de agosto.
''Se sentía extremadamente orgulloso por
la familia que había logrado y agradecía
a Dios por la vida tan completa que había
podido disfrutar junto a Aurora'', dijo anoche
el abogado Rafael Peñalver, quien almorzó
la pasada semana con Botifoll para preparar una
próxima conferencia en el Instituto Cubano
de San Carlos, Cayo Hueso.
''Me confesó que su logro principal no
había sido triunfar en la profesión
y en los negocios, sino edificar una familia con
amor'', recordó Peñalver.
Como abogado en Cuba, Botifoll representó
a importantes bancos y compañías
multinacionales como Pepsi-Cola. En 1949 se convirtió
en director de El Mundo --diario fundado en 1901--
e impulsó una significativa línea
editorial hasta su renuncia en 1954, cuando decidió
regresar a la abogacía.
Su influencia política resultaba tan descollante
en esa época que el presidente Carlos Prío
Socarrás (1948-1952) llegó a proponerle
el cargo de embajador de Cuba en Washington. Aunque
Botifoll no aceptó el cargo, sí
figuró como consejero presidencial, y acompañó
al mandatario cubano durante su visita a Estados
Unidos en 1951, invitado por el entonces presidente
Harry Truman.
Poco después del triunfo de la revolución
de Fidel Castro, la familia Botifoll decidió
dejar su confortable casa en el barrio habanero
de El Vedado y vino a Miami, en 1960. En el exilio
se vinculó a los grupos anticastristas,
pero luego del fracaso de la invasión de
Bahía de Cochinos y el desenlace de la
crisis de los misiles, decidió involucrarse
en la actividad empresarial estadounidense.
''Pensé en el regreso a Cuba durante unos
cuatro años y casi puedo decir que perdí
mi tiempo, porque la mentalidad de regreso no
me permitía involucrarme en ninguna actividad
que me atara a este país'', contó
Botifoll en 1983.
Después de laborar como consultor de firmas
estadounidenses instaladas en América Latina
y aventurarse en un negocio en Panamá,
se unió a la junta de directores del Republic
National Bank en 1970 para iniciar una nueva carrera,
a los 61 años.
Siete años más tarde llegó
a la presidencia de esa entidad bancaria. Bajo
su conducción, el Republic National Bank
se transformó en una portentosa institución
latina, la mayor de Miami y la quinta en todo
el país. Cuando Botifoll anunció
su retiro oficial en 1993 el volumen de préstamos
ascendía a los $668 millones, con activos
de casi $1,100 millones y un ingreso neto superior
a los $13 millones.
Fue Botifoll quien ideó un programa de
préstamos para empresarios hispanos, mayormente
cubanos, que necesitaban un apoyo financiero que
otros bancos no estaban dispuestos a ofrecerles.
En Miami, Botifoll fue pionero en impulsar las
relaciones de las comunidades hispana y anglo.
Estuvo entre los primeros cubanos en incorporarse
a la Cámara de Comercio del Gran Miami,
en 1968, y en integrarse a las juntas directivas
de grupos cívicos como la Liga Hispanoamericana
contra la Discriminación (SALAD), Coalición
del Gran Miami y la Comisión de Asuntos
Hispanos de Florida. En 1981 figuró entre
los miembros fundadores de la FNCA, a cuya junta
directiva perteneció desde entonces.
''Para la Fundación fue, sin dudas, su
mentor más importante, porque supo transmitir
estabilidad, mesura y sabiduría política
en los momentos de crisis'', opinó José
''Pepe'' Hernández, miembro de la junta
directiva de la FNCA.
En 1988, Botifoll materializó uno de sus
máximos sueños: la Editorial Cubana,
que desde entonces ha rescatado más de
30 títulos clásicos de la historia
y las artes de la isla.
Lo sobreviven sus hijas Aurora, Lourdes y Luisa,
ocho nietos y 14 bisnietos.
El cadáver de Botifoll será expuesto
hoy, entre 7 y 10 p.m. en la funeraria Caballero
Woodlawn, en el 8200 SW 40 St. El sábado
se realizará una misa en su memoria a las
9:30 a.m. en la Iglesia de la Epifanía,
en 8235 SW 57 Ave., seguida por el entierro en
el cementerio Woodlawn North, en la Calle Ocho
y la avenida 36.
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