PRENSA INTERNACIONAL
Septiembre 26, 2003

NOTICIAS DE CUBA
El Nuevo Herald

Viaje de Lula tiene un carácter comercial

Efe, LA HABANA.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, iniciará hoy una breve visita a Cuba acompañado de una numerosa delegación oficial y empresarial.

Lula llegará a La Habana a última hora de la mañana de hoy acompañado de sus ministros de Exteriores, Salud, Comercio Exterior, Alimentación y Hacienda, así como de varios asesores de la Presidencia, que se unirán al titular de Deportes, que llegó esta semana para firmar varios acuerdos de cooperación.

En la delegación figuran también más de medio centenar de empresarios de muy diferentes sectores, desde alimentación a construcción, pasando por productos químicos, farmacéuticos y maquinaria agrícola.

La nutrida delegación empresarial que acompaña al líder brasileño confirma el carácter comercial de la visita de Lula a Cuba, donde se reencontrará con su viejo amigo, el gobernante Fidel Castro.

La presencia de directivos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) en la delegación podría confirmar la posible concesión de una línea de créditos de hasta $400 millones para la isla, tal como han anunciado medios brasileños en los últimos días.

Junto a los directivos del BNDES figuran ejecutivos de otras importantes empresas, como la tabaquera Brascuba, la constructora Casaforma, Quiral Química de Brasil y responsables de asociaciones brasileñas de empresas proveedoras de infraestructuras y exportadoras de carne.

Según la agenda oficial prevista, durante su breve estancia en la isla, Lula se reunirá en privado en dos ocasiones con Castro, en la tarde de hoy y en la mañana del sábado, inmediatamente antes de concluir su visita.

En Cuba, el presidente de Brasil firmará acuerdos de cooperación con el líder cubano, se reunirá con estudiantes brasileños y asistirá a un foro empresarial bilateral.

Ni Cuba ni Brasil han querido adelantar el contenido de los posibles acuerdos comerciales que se firmarán en estos días, aunque el embajador brasileño en La Habana, Tilden Santiago, apuntó esta semana que la visita permitirá negociar una reestructuración de la deuda cubana, de unos $40 millones.

Además, Brasil está interesado en aumentar su presencia en el sector turístico en Cuba, participar en la reestructuración de la actividad azucarera, y aumentar la compra de vacunas y medicinas cubanas.

Paralelamente, la visita de Lula podría agilizar la aplicación del protocolo de intenciones firmado en agosto entre Petrobras y la cubana Cupet, para que el grupo brasileño participe en la modernización de varias instalaciones petroleras en la isla y en las exploraciones que se realizan en aguas del golfo de México.

Hasta el momento, Cuba y Brasil han mantenido un comercio reducido.

Los judíos cubanos redescubren sus raíces ocultas

Daniel Shoer Roth , El Nuevo Herald.

A pocos años de llegar de Cuba cuando niña, Olga Lea Pérez forjó amistad con su vecina en Nueva Jersey, una pequeña judía con una estrella de David colgada del cuello que le hacía relatos sobre las tradiciones religiosas de su familia. Fue entonces cuando Olga sintió su primer vínculo con la fe judaica, pero no entendió por qué.

''Yo quería ser como ella. Era mi neshamá (alma judía) llamándome'', confiesa.

Tres décadas más tarde en Miami, Pérez, quien fue bautizada cristiana y creció no practicante, volvió a sentir esa conexión de pertenencia al judaísmo. Investigando sobre los orígenes de su familia en Cuba, halló que era descendiente de hebreos que habían ocultado su religión. Optó por convertirse.

''Ahora me siento libre, porque sé quién soy'', señala Pérez, de 38 años. "Es un sentimiento increíble, comprender que todo lo que siempre he sentido es verdad''.

Decenas de cubanos en el exilio, e incluso en la isla, que nacieron y crecieron en el seno de distintas creencias o identidades, están descubriendo lo que sus subconscientes les ha sugerido durante años: sus raíces judías. A través de documentos de identidad, testimonios y estudios genealógicos muchos han confirmado sus orígenes hebreos y están regresando a la religión, generalmente a través de la conversión.

Hoy por la noche, cuando el sol se oculte, muchos de ellos celebrarán el comienzo del año judío por primera vez, pero notarán que algunas de las costumbres de la festividad, conocida como Rosh Hashaná, de alguna manera estuvieron presentes en las historias narradas por sus abuelos.

Este grupo de cubanos no está solo en su hallazgo. En el sur de la Florida y en el resto de las Américas, cientos de familias hispanas cristianas se están acercando al judaísmo convencidas de que son descendientes de los ''marranos'', los hebreos que se convirtieron al catolicismo durante la Inquisición para eludir la hoguera, afirmó Nathan Katz, jefe del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

Siglos más tarde llegaron al Caribe y Suramérica, y mantuvieron su tradición en secreto hasta que se asimilaron por completo. En Cuba, donde sufrieron discriminación, muchos hebreos se cambiaron los apellidos para ocultar su identidad e hicieron matrimonios mixtos durante el siglo pasado. Con la revolución de Fidel Castro, que abogó por la homogeneidad de la sociedad, el silencio fue aún mayor.

''Súbitamente, al investigar el pasado de sus familias, descubren que los rituales que profesaban sus ancestros tienen origen judío y no cristiano'', explicó el rabino Edwin Farber, presidente de la unidad de conversión de la Asamblea Rabínica del sur de la Florida, un organismo conservador. "Sienten que recapturan algo que les fue robado, su verdadera identidad''.

Debido a que las conversiones se realizan bajo estricta privacidad, no existen cifras que apunten a la cantidad de hispanos que se convierten. Se estima que en Estados Unidos, anualmente entre 4,000 y 7,000 personas adoptan el judaísmo como religión a través de una autoridad rabínica, dijo el rabino Farber.

Mariano Moshe Otero, un ex ministro evangélico cubanoamericano de 42 años, es uno de los que percató que tenía probabilidades de ser judío. Anécdotas narradas por su madre sobre el hogar de sus abuelos en Cuba detallaban la práctica de algunas tradiciones del judaísmo, como cubrir los espejos de la casa cuando muere un familiar, aunque nadie sabía por qué.

Un día Otero recibió un documento que le confirmó lo que siempre había sospechado. Se trataba del acta de nacimiento de su abuela materna, Dolores Caraza Levi, constando que era judía. Según la ley, el judaísmo se hereda por el lado materno, por lo que Otero pertenece a este credo.

''Siempre sentía que tenía una conexión especial'', comentó Otero, quien cursa estudios rabínicos y asesora a una decena de familias cubanas en Miami en la búsqueda de sus raíces.

Los rabinos explican que si una persona está alejada por una generación de su linaje judío, debe convertirse formalmente. Para hacerlo, los requisitos incluyen el estudio y la aceptación de la doctrina judaica, expresar el deseo de ser parte del pueblo hebreo, sumergirse en un baño ritual y, para los hombres, la circuncisión, explicó Farber.

En Cuba, donde la comunidad hebrea actual se estima en 1,500 integrantes, muchos jóvenes que han retornado a la fe se han convertido o están en ese proceso, especialmente si sus sus abuelos y bisabuelos hicieron matrimonios mixtos, dijo Ruth Behar, una antropóloga de la Universidad de Michigan que ha estudiado el tema.

''Después de la revolución, la gente no practicaba el judaísmo porque la religión en general era algo que no se profesaba, especialmente entre los jóvenes'', comentó Behar. "Así que los judíos se dijeron: somos cubanos y no nos vamos a segregar del resto de la sociedad''.

Con mayor libertad religiosa en la isla hoy, y un despertar espiritual en algunos círculos en el sur de la Florida y en otras latitudes del hemisferio, el retorno a las raíces se hace más motivante.

''Como se trata de personas cuyos ancestros fueron forzados a convertirse o lo hicieron por temor al antisemitismo'', concluyó el profesor Katz, "son bienvenidos de nuevo, incluso después de 500 años''.

dshoer@herald.com

El desconocido secuestro de los niños sarahuíes

Pablo Alfonso / El Nuevo Herald , GINEBRA, Suiza.

Cuando Fatimatu Mansur llegó a Cuba en el verano de 1982 nunca imaginó que veinte años después estaría denunciando el azaroso drama de su vida y la de sus companeros ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en esta apacible ciudad suiza.

En realidad no lo podía imaginar, porque, en aquel entonces la joven sarahui tenia apenas 10 años de edad.

''Eramos niños que fuimos separados a la fuerza de nuestras familias, enviados a Cuba en contra de la voluntad de nuestros padres'', afirma Mansur en un fluido español, de profundo acento cubano, que contrasta con el tradicional atuendo con que visten las mujeres musulmanas.

Durante una entrevista con El Nuevo Herald, Mansur explicó que era parte de un contigente de 2,000 jovenes sarahuíes enviados a estudiar a Cuba por el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberacion del Sahara Occidental y Río de Oro), una organización que desde 1975 reclama la existencia de la República Arabe Sarahuí, en lo que fuera un antiguo territorio colonial español, en disputa con el Reino de Marruecos.

La historia de ese complejo y lejano conflicto tiene sus vínculos con Cuba por el apoyo que el régimen de Fidel Castro ha brindado desde su nacimiento al Frente Polisario, conjuntamente con Argelia y Libia y la ex Union Sovietica.

Mansur vivió en Cuba durante 12 años, la mayor parte del tiempo en la Isla de la Juventud (antigua Isla de Pinos). Allí junto a sus compañeros cursó sus estudios primarios y secundarios.

''Estuve en las escuelas números 49 y 14 y en la Vanguardia de La Habana hasta los 17 años'', afirma la joven, mientras rememora las duras jornadas dedicadas a aprender un nuevo idioma, una cultura diferente, los trabajos agrícolas en los campos de cítricos y el entrenamiento militar en los períodos de receso escolar. Cuando concluyó sus estudios secundarios Mansur fue enviada al Instituto Superior Pedagógico de la provincia de Pinar del Río.

''Lo peor que hemos sufrido ha sido la separación de la familia. Nunca más ví a mis padres'', subrayó.

La historia de estos jóvenes sarahuíes que estudian en Cuba es poco conocida. Ellos forman parte de varios cientos de estudiantes extanjeros, la mayoría africanos y asiáticos, que el régimen castrista mantiene en regiones agrícolas de Isla de Pinos y que muestra como uno de sus grandes logros solidarios con el llamado Tercer Mundo.

''Yo cuestiono seriamente esa educación. Me pregunto si es justo, si es humano lo que nos hacen'', afirma la joven. ''Te separan de tus padres cuando eres un niño, creces en otra cultura, no te enseñan tu lengua ni tu religión'', afirma Mansur. ''Nosotros somos musulmanes, pero al final te han desarraigado de tu pueblo y te vuelves un extraño. Es verdad que hemos aprendido, pero hemos perdido el contacto con nuestra familia, y para muchos ha sido por el resto de sus vidas'' agregó.

De duelo la cubanía por la muerte de Botifoll

Wilfredo Cancio Isla , El Nuevo Herald.

Con la muerte del doctor Luis J. Botifoll desaparece un patriarca del espíritu cubano y un pilar de la hispanidad en Estados Unidos.

Botifoll, abogado prominente, banquero exitoso, periodista, diplomático, hombre de cultura y líder comunitario por más de seis décadas, falleció la noche del miércoles en su casa de Coral Gables, víctima de un paro cardíaco. Tenía 95 años.

Su vitalidad, liderazgo y cubanía lo acompañaron hasta el minuto final de la vida. Botifoll participó en el encuentro de la comunidad cubana con el presidente del gobierno español, José María Aznar, celebrado la noche del miércoles en el Hotel Biltmore, y tomó la palabra para agradecer el respaldo de España a la oposición pacífica de la isla.

Al término de la velada fue llevado a su casa, donde murió repentinamente cerca de las 9:30 p.m.

La noticia del deceso de Botifoll conmovió ayer a la comunidad de Miami desde las primeras horas de la mañana. Incluso el Consulado de España se comunicó de inmediato con sus familiares para transmitirles las condolencias personales de Aznar.

''Era la conciencia del exilio'', afirmó Joe García, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), quien valoró a Botifoll como uno de las figuras más influyentes de esa organización.

''Un hombre que fue grande en todas las épocas, en la Cuba republicana y en el exilio, y que siempre tuvo una mentalidad joven para pensar el futuro'', agregó García.

Alberto Ibargüen, presidente de Miami Herald Publishing Co., destacó ''la integridad, visión y autoconfianza'' de Botifoll. "Si creía en ti, depositaba su confianza en ti y en tus elementos de juicio. Eso lo hizo un brillante periodista, abogado y banquero''.

Hijo de emigrantes españoles, Botifoll nació en la Habana el 27 de junio de 1908. Inició su educación en la escuela pública y luego bajo la tutela de los jesuítas en el prestigioso Colegio de Belén.

Desde muy joven fue un voraz lector de literatura y un deportista que practicaba con virtuosismo el béisbol, el balompié, la natación, el patinaje y hasta el jai-alai. Llegó incluso a marcar tiempos de clase mundial como velocista en campo y pista.

Cursó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y llegó a ser presidente de la Asociación de Estudiantes de Leyes, responsabilidad que lo enfrentaría a la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933), obligándole a abandonar el país y asentarse en New Orleans.

Allí se graduó de Doctor en Leyes en la Universidad de Tulane y conoció a Aurora, con quien regresó a Cuba y contrajo matrimonio en 1933. Aurora, su compañera por 70 años, había fallecido el pasado 2 de agosto.

''Se sentía extremadamente orgulloso por la familia que había logrado y agradecía a Dios por la vida tan completa que había podido disfrutar junto a Aurora'', dijo anoche el abogado Rafael Peñalver, quien almorzó la pasada semana con Botifoll para preparar una próxima conferencia en el Instituto Cubano de San Carlos, Cayo Hueso.

''Me confesó que su logro principal no había sido triunfar en la profesión y en los negocios, sino edificar una familia con amor'', recordó Peñalver.

Como abogado en Cuba, Botifoll representó a importantes bancos y compañías multinacionales como Pepsi-Cola. En 1949 se convirtió en director de El Mundo --diario fundado en 1901-- e impulsó una significativa línea editorial hasta su renuncia en 1954, cuando decidió regresar a la abogacía.

Su influencia política resultaba tan descollante en esa época que el presidente Carlos Prío Socarrás (1948-1952) llegó a proponerle el cargo de embajador de Cuba en Washington. Aunque Botifoll no aceptó el cargo, sí figuró como consejero presidencial, y acompañó al mandatario cubano durante su visita a Estados Unidos en 1951, invitado por el entonces presidente Harry Truman.

Poco después del triunfo de la revolución de Fidel Castro, la familia Botifoll decidió dejar su confortable casa en el barrio habanero de El Vedado y vino a Miami, en 1960. En el exilio se vinculó a los grupos anticastristas, pero luego del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos y el desenlace de la crisis de los misiles, decidió involucrarse en la actividad empresarial estadounidense.

''Pensé en el regreso a Cuba durante unos cuatro años y casi puedo decir que perdí mi tiempo, porque la mentalidad de regreso no me permitía involucrarme en ninguna actividad que me atara a este país'', contó Botifoll en 1983.

Después de laborar como consultor de firmas estadounidenses instaladas en América Latina y aventurarse en un negocio en Panamá, se unió a la junta de directores del Republic National Bank en 1970 para iniciar una nueva carrera, a los 61 años.

Siete años más tarde llegó a la presidencia de esa entidad bancaria. Bajo su conducción, el Republic National Bank se transformó en una portentosa institución latina, la mayor de Miami y la quinta en todo el país. Cuando Botifoll anunció su retiro oficial en 1993 el volumen de préstamos ascendía a los $668 millones, con activos de casi $1,100 millones y un ingreso neto superior a los $13 millones.

Fue Botifoll quien ideó un programa de préstamos para empresarios hispanos, mayormente cubanos, que necesitaban un apoyo financiero que otros bancos no estaban dispuestos a ofrecerles.

En Miami, Botifoll fue pionero en impulsar las relaciones de las comunidades hispana y anglo. Estuvo entre los primeros cubanos en incorporarse a la Cámara de Comercio del Gran Miami, en 1968, y en integrarse a las juntas directivas de grupos cívicos como la Liga Hispanoamericana contra la Discriminación (SALAD), Coalición del Gran Miami y la Comisión de Asuntos Hispanos de Florida. En 1981 figuró entre los miembros fundadores de la FNCA, a cuya junta directiva perteneció desde entonces.

''Para la Fundación fue, sin dudas, su mentor más importante, porque supo transmitir estabilidad, mesura y sabiduría política en los momentos de crisis'', opinó José ''Pepe'' Hernández, miembro de la junta directiva de la FNCA.

En 1988, Botifoll materializó uno de sus máximos sueños: la Editorial Cubana, que desde entonces ha rescatado más de 30 títulos clásicos de la historia y las artes de la isla.

Lo sobreviven sus hijas Aurora, Lourdes y Luisa, ocho nietos y 14 bisnietos.

El cadáver de Botifoll será expuesto hoy, entre 7 y 10 p.m. en la funeraria Caballero Woodlawn, en el 8200 SW 40 St. El sábado se realizará una misa en su memoria a las 9:30 a.m. en la Iglesia de la Epifanía, en 8235 SW 57 Ave., seguida por el entierro en el cementerio Woodlawn North, en la Calle Ocho y la avenida 36.

wcancio@herald.com


 

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