POLITICA
Nueva
movilización militar en La Habana
LA HABANA, 4 de septiembre (www.cubanet.org)
- Una docena de rastras KP3 cargadas de tanques
de guerra fue vista en días recientes desde
los edificios de nueve pisos del reparto Camilo
Cienfuegos, ubicados al este de Ciudad Habana.
La caravana corría a todo lo largo de
la carretera Monumental, e iba en dirección
de la fortaleza de La Cabaña, una antigua
prisión convertida en museo. Aunque algunas
iban tapadas con lonas, se presume que su carga
fuera tan letal como la de sus compañeras.
Isabel, ama de casa de 58 años que vive
en el sexto piso de uno de estos edificios, fue
testigo de los hechos. Eran las 3 de la madrugada
del viernes. Despierta todavía a esa hora,
ya se retiraba a dormir cuando decidió
salir a tomar fresco a su balcón. Aunque
sus ojos estaban cansados pudo ver con claridad
cuál era el contenido de aquellos camiones
fantasmas que se deslizaban sigilosamente en la
madrugada.
Este hecho coincide con el rumor de que en los
centros de trabajo se están creando unidades
de combate divididas en diferentes secciones para
el caso de una invasión norteamericana.
También se comenta entre trabajadores de
varios centros laborales de La Habana, que existe
la orden de fusilar en el acto a todo el que se
niegue a empuñar un arma llegado el momento.
Aunque el enemigo histórico del régimen
cubano, Estados Unidos, ha reiterado que con Cuba
no habrá solución militar mientras
no sea un peligro para su seguridad nacional,
el régimen quiere hacer creer que en la
Isla está presente el peligro de una invasión.
Muchos dentro de Cuba consideran que esto es
imposible, y que la mayoría de la comunidad
del exilio no apoyaría una intervención
armada. Otros creen que los encontronazos entre
Cuba y los Estados Unidos pueden desembocar en
un conflicto.
Tal vez lo más cierto de toda esta historia
guerrerista es que está siendo invocada
en un momento en que el deterioro social y económico
va en aumento, y el sistema no posee respuesta
ante el desastre que se le avecina.
El miedo a un estallido social y el mal recuerdo
de los sucesos de agosto del 94, también
puede ser la causa del despliegue de armamentos
hacia las cercanías de la capital.
El descontento cada vez más creciente
de la población, la huida del país
a cualquier precio, la proliferación de
partidos opositores y una sociedad civil que va
cogiendo cuerpo, son las señales de un
país que se resiste a seguir el camino
iniciado en 1959.
El síndrome de plaza sitiada que justifica
el estrangulamiento de las libertades civiles
ya no es creíble ni dentro, ni fuera. Por
ello el régimen se prepara para hacer uso
de la fuerza, no contra una invasión que
siempre ha sido quimérica, sino para repetir
un nuevo Tiannamen si fuera necesario. cnet/32
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